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Covid-19

La Habana: ¿Toque de queda o la soga al cuello?

Vendedores ambulantes y cuentapropistas declaran las imposibilidades que les traen las nuevas medidas contra el Covid-19.

La Habana
Vendedora ambulante en La Habana.
Vendedora ambulante en La Habana. J. E. Rodríguez

Desde hace cinco años Alina Mesa Guzmán se dedica a la venta ambulante de instrumentos de limpieza y menajes de cocina. Es su único sustento económico y necesita atravesar media ciudad para reabastecerse de la mercadería que oferta.

"Cuando quitaron el transporte la primera vez me las vi negra, y ni siquiera tuve tiempo de proveerme antes del rebrote. Vivo en Los Pinos y tengo que desplazarme hasta La Cuevita donde me abastezco de todas las mercancías que vendo", relató Mesa Guzmán, madre divorciada y con dos hijos menores de edad, puntualizando que la distancia entre un municipio y otro supera los 25 kilómetros.  

El toque de queda decretado en La Habana a partir del próximo 1 de septiembre para intentar controlar la expansión del Covid-19, y que se prevé tenga una duración de 15 días, limitará el traslado entre municipios de las personas que ejercen la actividad de vendedor ambulante particular.

"Según lo que informaron en la televisión, los vendedores ambulantes no pueden moverse de un municipio a otro. Qué me hago entonces durante esas dos semanas, porque la lógica de ser 'ambulante' supone que la fluidez del negocio no está en establecerse en un lugar fijo", señaló Mesa Guzmán, quien está de acuerdo en que deben tomarse medidas para contener el contagio del Covid-19.

"Pero se tiene que tener en cuenta los niveles de afectaciones en una circunstancia donde el desabastecimiento y la escasez es mucho más cruda en los barrios y para los que tenemos menos recursos", agregó.   

En situación similar se encuentra Oscar Urquiza, albañil y plomero privado, padre de dos menores edad y una adolescente. A pesar de la "abundante" información del Consejo de Defensa Provincial (CDP) en referencia al toque de queda, consideró que lo importante no se detalló, dando margen a interpretaciones personales de las autoridades a cargo de velar por el cumplimiento de las venideras medidas.

"Cómo haremos los cuentapropistas que dependemos totalmente de la movilidad; qué nos hacemos durante los 15 días que va a durar el toque de queda; quién evaluará los casos excepcionales", cuestionó Urquiza, refiriéndose a que las autoridades provinciales limitarán la venta de combustible y que se evaluará los casos excepcionales de vehículos particulares que precisen trasladarse dentro de la provincia.

"Mi trabajo depende, precisamente, del traslado de materiales y mío propio. La suspensión del transporte público estatal no está mal, se comprende que es necesario, pero dejarnos sin la opción particular es ponernos una soga en el cuello. Por muy loable que se quiera pintar, este aspecto del toque de queda deja sin trabajo a centenares de personas, para no decir que a miles. La situación con la pandemia se le fue de las manos al Gobierno, y los platos rotos se justificaron tras la indisciplina social para pagarlos nosotros, la población", fustigó Urquiza.     

Después de casi 35 años de trabajo como fresador y tornero, Roberto Mendoza Sánchez, de 70 años de edad, tiene como retribución una chequera de jubilación de apenas 415 pesos mensuales.

Entre las medidas que implicará el toque de queda, según las autoridades del CDP, se impondrá un diseño de acciones para las tiendas recaudadoras de divisas CUC, Mercados Artesanales Industriales (MAI) y los llamados Mercados Ideales: las compras de productos de alta demanda serán restringidas solo al municipio de residencia de las personas, y el documento que lo acredite será el carné de identidad.

"Esa es una promesa vieja, desde que se inició la cuarentena hace más de cinco meses, y no se cumplió jamás. Tanto los MAI como los mercados Ideales, que son la única posibilidad acorde a mi chequera y al salario obrero promedio en Cuba, están prácticamente vacíos, y cuando los surten agárrense con las colas", recordó Mendoza Sánchez, quien "salva el mes" con trabajos ocasionales de tornería a vecinos o amistades.

Los MAI y mercados Ideales, describe el Ministerio de Comercio Interior, constituyen "una alternativa para muchas familias habaneras, quienes acuden a ellos buscando productos de primera necesidad comercializados en moneda nacional en dichos establecimientos", y que son abastecidos por los Almacenes Centrales a partir de un plan de abastecimiento general de acuerdo al Plan de Circulación Mercantil.

"Lo que no lograron durante estos cinco meses, dudo que lo hagan en estos 15 días o más", recalcó Mendoza Sánchez, quien coincidió con decenas de habaneros encuestados en que el toque de queda se extenderá más allá de los 15 días anunciados.

Trabajadora de una UEB farmacéutica y madre de dos menores de edad, Raquel Núñez sobrevive únicamente con su salario básico que no sobrepasa los 500 pesos, más el estímulo salarial de diez CUC. Desde hace cuatro meses está interrupta, con el 60% del salario.

"No tengo familiares en el extranjero que me envíen remesas, y poder comprar en las tiendas en dólares, tengo que esperar a surtan los mercados en moneda nacional. Este toque de queda reduce mis posibilidades porque las colas son la evidencia de que en muchos municipios alejados del centro de La Habana están muchísimo menos abastecidos", remarcó Núñez, quien se siente desamparada pues también tiene a su cargo a su madre diabética, jubilada antes de tiempo por peritaje médico con una chequera de apenas 200 pesos.

Para no pocos habaneros la creación de "grupos barriales" integrado por las llamadas organizaciones de masas —CDR, FMC y ACR— para controlar a las personas, presuntamente solo durante el período de toque de queda, significa que el Gobierno justificará el control y la represión a manos de un sector civil y no militar.

"Saben que en los barrios la situación es más caótica, que a consecuencia de la escasez y el pésimo diseño de distribución la gente está obligada a desplazarse hacia otros territorios para intentar comprar alimentos y productos básicos", puntualizó Damiana Valladares, jubilada y vecina de Altahabana.

Las autoridades del CDP recalcaron que, "de conjunto con el Ministerio del Interior", se reforzará el enfrentamiento en los repartos, barrios y comunidades con el objetivo de hacer cumplir "las medidas aprobadas en esta fase epidémica". Para ello se establecerán "espacios en los medios de comunicación" donde se informe a la población casos de sancionados.

"Aseguraron [las autoridades] que la gente tiene que conocer quiénes son los irresponsables. En ese caso no los conoceremos porque el Gobierno jamás asume sus errores. Donde vivo casi es imposible conseguir alimentos para tres días. Por obligación tengo que moverme a los municipios aledaños, caminando, y con gusto pagaré las multas, pero hambre no voy a pasar", concluyó Valladares.

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4 comentarios

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Mientras guarden energías para después de la pandemia volver a desfilar y a aplaudir en las plazas.

Profile picture for user Gaston Julia

Tuvieron que cerrar la ciudad porque se les está iendo el control de las manos...están cagados del miedo. Los generales no acaban de hacer negocios con su turismo y el tiempo se acaba. Dudo que lleguen a Noviembre.

Las dos cosas.

El Covid19 es EXCUSA HABANERA PARA MÁS REPRESIÓN.