Una familia de nueve miembros duerme desde hace cinco días en la calle, después de que la cubierta de su casa fuera dictaminada con peligro inminente de derrumbe. El relato de Zelandia de la Caridad Pérez Abreu, quien reside en el inmueble ubicado en calle H, Nº159, entre Calzada y 9, municipio Plaza de la Revolución, La Habana, revela un entramado de burocratismo, negligencia y corrupción que dura ya media década.
Hace más de cuatro años el techo del apartamento de Zelandia de la Caridad sufrió severas afectaciones tras un derrumbe parcial del edificio, en el que residen otras 16 familias.
"En aquel entonces estuvimos cinco días con los escombros del derrumbe sobre nuestra placa, a pesar de que aquella noche se personaron aquí casi todas las autoridades del Gobierno municipal", recordó.
"El presidente del Gobierno municipal en aquel tiempo vino esa primera noche, pero nunca más regresó. Tres días después se presentaron dos funcionarios de la Dirección de Albergues y de Vivienda junto con un arquitecto para realizar el dictamen técnico", añadió.
"Pero los escombros permanecieron sobre mi placa hasta que remití mi queja al Partido Provincial, que fue cuando finalmente tomaron cartas en el asunto".
Solo tras reiteradas quejas ante las instancias municipales, fueron apuntaladas las partes afectadas. Un mes más tarde, los obreros regresaron para instalar las vigas del techo del apartamento.
Sin embargo, "nunca pusieron todas las vigas requeridas, y las que pusieron ni siquiera eran de las medidas correspondientes. Tampoco regresaron a retirar el pedazo de una escalera de hierro que, de desprenderse, podría tener consecuencias fatales para quienes residimos en el edificio".
Una reparación fantasma
Las condiciones, tanto en el domicilio de Zelandia de la Caridad como en otros apartamentos del edificio —declarado inhabitable reparable desde el año 1971 por el fallecido arquitecto Jorge de la Llama— continuaron agravándose. Las afectaciones fueron denunciadas en numerosas cartas remitidas a las diferentes autoridades del municipio y la provincia.
"Hace tres años, un funcionario nos informó que tenía notificado que nuestro edificio había sido recientemente reparado. En su poder tenía los informes y vales de los materiales, de los recursos y de la brigada a cargo. Aparecían firmados incluso por los vecinos… Pero ninguna de aquellas firmas coincidía con las de los habitantes de este edificio".
A raíz de ese incidente, varios funcionarios fueron procesados judicialmente. No obstante, el problema de la edificación quedó sin solución.
En agosto de 2015, como parte del "maquillaje" para la visita del entonces secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, el Gobierno provincial emprendió el conocido "Plan Imagen", que consistió en la remodelación de algunas zonas y edificaciones habaneras.
"Supuestamente se había otorgado un presupuesto para reparaciones y para impermeabilizar la cubierta de nuestra edificación. Pero nos dijeron, en el Gobierno municipal, que se había reasignado como prioridad para el Plan Imagen".
Tras cinco años de quejas para las que no ha encontrado oídos, el apartamento de Zelandia de la Caridad ha terminado por colapsar.
"Hace dos noches, después de los grandes aguaceros, mi hija, su esposo y su bebé sintieron un traqueo en la cubierta, que comenzó a llenarse de huecos y a filtrar el agua. Se asustaron porque ya habían vivido el derrumbe de hace cinco años, y salieron corriendo", contó Zelandia de la Caridad. Agregó que llamó de inmediato al puesto de mando de Vivienda sin resultado alguno.
Al día siguiente, un funcionario de Vivienda que acudió al edificio por la queja de otra vecina fue avisado sobre lo sucedido en el apartamento de Zelandia de la Caridad. Durante su inspección la placa volvió a traquear, y el funcionario comunicó a la familia, alarmado, que tenían que salir de allí inmediatamente por el peligro inminente de derrumbe.
"Le pregunté que para dónde íbamos a ir si en toda La Habana no hay disponibilidad de albergues. Me dijo que él no tenía esas respuestas ni tampoco una solución, y me prometió que regresaría al día siguiente para hacer un dictamen técnico. No regresó. Entonces, decidí ir al Gobierno municipal".
En el Departamento de Atención a la Población le comunicaron que el Gobierno solo monitorea, que no tiene potestad para otorgar viviendas ni asignar locales, que eso era prerrogativa de las autoridades de Vivienda.
"Le recordé a la funcionaria que recientemente Miguel Díaz-Canel afirmó que mientras hubiese un local cerrado no puede haber una familia en la calle. Y yo estoy durmiendo con mi familia en la calle", relató Zelandia de la Caridad. "Como única solución, me propuso un turno para entrevistarme con las autoridades de Vivienda al día siguiente en la mañana".
En la dirección municipal de Vivienda, el funcionario Vladimir le prometió a Zelandia de la Caridad enviar, esa misma tarde, a un especialista junto a una brigada de la empresa constructora SECOM.
"El jefe de esta brigada vino con un camión preguntando por el especialista. Como este no llegó, el jefe de brigada alegó no saber qué hacer y se marchó. Me dirigí de inmediato a Vivienda. Casualmente estaban en ese momento todos los factores, quienes de inmediato se reunieron y me aseguraron que al día siguiente enviarían al especialista con el camión y la brigada de SECOM".
Zelandia de la Caridad todavía está esperando, mientras continúa durmiendo junto a su familia en la calle.
Una fuente de Planificación Física en el municipio Plaza aseguró que unas 156 familias de ese territorio se encuentran sin viviendas y sin opciones de reubicación, ya que en los albergues de la provincia no hay capacidades.
"Si mi situación no se resuelve en las próximas 24 horas, voy para la Plaza", concluyó Zelandia de la Caridad.
Si los tienen bien puestos cuelense en un hotel de Lopez Callejas...