Una de las medidas más polémicas tomadas por el Gobierno cubano en tiempos de cuarentena ha sido el incremento de las tiendas virtuales, y la exhortación a la población a que utilice un servicio que, según el concepto, debería suponer un avance.
Sin embargo, otra vez el cliente cubano se desengaña y esto ha repercutido al punto de llevar a la corporación CIMEX, propiedad de los militares, al cierre temporal de dichas tiendas, según se anunció el pasado 9 de junio en varios medios oficiales.
A través de un comunicado, CIMEX reconoció la gravedad de la situación, afirmó no haber "alcanzado el resultado esperado y (que) en lugar de disminuir ha crecido la insatisfacción de la demanda".
La corporación señaló como problemas: el desempeño deficiente de los sistemas informáticos, el inadecuado completamiento y preparación del personal, el transporte insuficiente para la distribución, el déficit de áreas para conformar pedidos, las fallas en procesos de pago y devolución, entre otros.
Estas deficiencias, sin embargo, adquieren matices de absurdo cuando se trasladan a las vidas de miles de personas, esperanzadas en solventar la escasez actual a través de dicho servicio. La historia de Rolando, vecino del Cerro, es una muestra.
"Hice una compra en Carlos III y después de un mes de espera inútil les tuve que escribir pidiendo la devolución de mi dinero. Los llamé ladrones, porque no tiene sentido que tú hagas una compra, pagues en el momento y luego te digan que los productos se agotaron", expresa.
"Es un descaro. Siempre perjudicando al pueblo. A estas tiendas, ¿por qué les llaman virtuales? ¿porque en realidad no existen?", se pregunta el joven Aníbal, graduado de Informática.
El caso de Osmany, también del Cerro, recibió una exigua parte de lo que compró en Carlos III, siendo el monto de la compra casi similar a lo que pagó por el transporte. "Se aparecieron con dos paqueticos de galletas de 40 centavos, porque las maltas que ya había pagado se les habían acabado. 20 pesos por las galletas y 12 por el transporte".
Para municipios como Habana del Este, donde la tarifa de transporte es de 90 pesos, el desbalance es inaceptable.
Desde el pasado 27 de abril, Correos de Cuba, entidad encargada de la entrega de pedidos a domicilio, comenzó a cobrar un peso en moneda nacional por cada kilómetro recorrido, en lo que constituyó la segunda rebaja en lo que va de año. No obstante, la tarifa continúa siendo alta.
En cuanto a la cantidad de productos que se pueden comprar, para la mayoría es de dos. No obstante, la población se pregunta qué efectividad tiene esa limitación, pues las tiendas, aun así, se encuentran desabastecidas.
"Los trabajadores de las tiendas compran para ellos y avisan a su familia y amigos para que compren a costa de los mismos productos que ya hemos pagado con nuestra tarjeta. Lo sé porque la hija de una vecina trabaja en 5ta y 42 y lo comenta", dice Martha, residente en Habana del Este.
La mala conexión también ayuda a hacer de estas compras una experiencia decepcionante. "Hay que conectarse por la madrugada, después de las 2:00", esa fue la solución dada por un empleado de Carlos III a un cliente.
Yanko, trabajador de una "clínica de celulares", opina que "las páginas virtuales de estas tiendas tampoco son nada amigables ni intuitivas. El cliente a menudo se desorienta, y si a eso le sumas que las ofertas están flojas, ¿a dónde vamos a parar?".
El plazo para la entrega de las compras en la mayoría de estas tiendas era de entre cinco y siete días hábiles antes del reordenamiento, pero hay casos que rebasan ya los 40 días de espera. Luego de la reapertura, el nuevo plazo será de diez días.
Otro de los anuncios que ha hecho CIMEX es que las ventas serán solo de módulos que costarán 10, 15, 20 y 30CUC, pero no ha especificado qué productos integrarán estos módulos. Desde ya, muchos se preguntan si tendrán que pagar por productos que no necesitan con tal que adquirir los de primera necesidad, mientras otros están seguros de no poder pagarlos.
"A mí no me extraña que te quieren empujar los productos de poca salida. Ahí verás los pomos de ají en conserva y todas esas boberías que nadie necesita", piensa Humberto, trabajador de un agromercado.
La corporación de los militares ya ha anunciado que se venderá según la existencia de los productos y la capacidad de facturación y entrega diaria de cada tienda.
Sobre las entregas pendientes, CIMEX no aclaró si devolverá el dinero a los clientes o se les entregarán finalmente los productos facturados. Tampoco precisó si prevén ponerse al día con las entregas pendientes antes de la eventual reapertura las tiendas.
¡Qué desastre! ¡Qué arroz con mango! Los dueños de esas tiendas saben como funcionan afuera y no le da pena al saber que no le trabajas. Y los cubanos de a pie tienen ya 60 años tragando polvo.