El pequeño Cristian es uno de los casi 110.000 niños nacidos en Cuba en 2019. Para cada uno de estos bebés, en teoría, el Estado cubano dice garantizar una canastilla que cubre una parte de las necesidades del recién nacido, y que es vista comúnmente por los padres como "al menos, una ayuda".
Cristian solo cuenta con el salario de su padre, que trabaja a tiempo parcial en una tienda de artesanías y por las noches da clases de Electricidad Aplicada. Con su trabajo, logra juntar el equivalente a unos 70CUC mensuales, mientras su esposa hará las veces de ama de casa hasta que el bebé arribe a la edad escolar.
Cuando Cristian llegó al mundo, sus padres no tenían condiciones para atenderlo, y aun hoy pasan mucho trabajo, a pesar de la supuesta ayuda que garantiza el Estado.
"Nos dieron dos toallas, tres fundas para almohadas, un pequeño pulóver, un calzoncillo, un par de medias, diez metros de tela antiséptica, diez culeros de gasa, dos estuches de crema para la piel, un pomo de colonia, tres jabones, un pomo de aceite capilar, dos biberones, un juguete, un mosquitero y un orinal", dice la madre.
Pero cuando afirma que "nos dieron", se refiere a la venta subsidiada de unos artículos que, en su totalidad, contando un colchón para cuna que aún no han recibido, está fijado en 154CUP.
En el caso de los colchones, y más aún las cunas, generalmente llegan cuando el bebé ya ha nacido, y se han dado casos de niños que ya se encuentran cercanos al año de edad cuando llegan estos artículos a la tienda especial para gestantes.
"Hay que estar yendo todos los días a averiguar, o te dan el teléfono para que llames, y cuando llegan las cunas y los colchones se acaban al momento", cuenta la madre de Cristian.
Carla, una bebé nacida en medio de la pandemia de Covid-19, tuvo la suerte de que sus padres son solventes económicamente. El, diseñador; ella, psicóloga que recibe una amplia ayuda de su familia desde el exterior.
Le compraron la cuna, el colchón y el coche desde antes de su nacimiento, mientras que la familia ayudó con dinero para pampers y "un montón de ropita que se le va a quedar enseguida", afirma la madre.
El precio de un coche para bebés, en dependencia de la calidad y cuando aparece, puede superar fácilmente los 100CUC en las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD), mientras que las cunas y los colchones no se quedan muy atrás.
"El colchón de nuestro hijo lo fuimos a buscar a Marianao. Estaba usado, pero fue lo mejor que encontramos en Revolico.com y a un precio que podíamos pagar. Como somos de Alamar, tuvimos que pagarle 20CUC a un botero para que nos llevara a buscarlo, así que en total nos salió en 65CUC", dice el padre de Josué, otro recién nacido en este año.
La Directora de Ventas Minoristas del Ministerio de Comercio Interior, Marpesa Portal, anunció recientemente la inclusión de "una prenda inferior" a la canastilla, así como un par de medias, un set de almohadas, seis percheros, una palangana, una jabonera y una silla sanitaria.
Sin embargo, la dirigente aclaró que "estos artículos tienen un comportamiento de entrega similar al de las cunas", es decir, que se priorizan para el Plan Turquino y los casos sociales. Estas ventas, además, se prevé inicien a partir de la segunda mitad del año.
El llamado subsidio de muchos de estos artículos no es más que un racionamiento, parecido al de la bodega, pero mucho más caro. Las palanganas que dice Portal introducirán al precio de 200CUP (8CUC) en el caso de La Habana, están por el mismo orden de las que ofrecen en las TRD.
Para padres como los de Cristian, la mayoría de estos precios han resultado inaccesibles. Para otros, como los de Carla, la compra de colchón y cuna depende de su familia radicada en el exterior, y aun así no son artículos fáciles de encontrar.
"Un colchón de cuna en Revolico.com te puede salir en 100CUC, mientras que un escaparate para niños puede costar 200CUC y un par de sillones, 120CUC", asegura el padre de Josué, quien tuvo que estudiar todas las opciones antes emprender las compras.
Todo este panorama se complica mucho con la pandemia. Los padres que acaban de recibir la noticia de un futuro bebé se llevan las manos a la cabeza, pensando en como van a resolver todas estas necesidades.
"Ahora que las tiendas están cerradas, que uno no puede ni salir de la casa, ¿cómo voy a conseguir la cuna, el coche, y todas las cosas que necesitamos para tener a nuestro bebé?", se pregunta una joven madre, oriunda de Santos Suárez, en el municipio Diez de Octubre.
Muchos de los bebés cubanos superan esta etapa gracias a la solidaridad entre padres, que regalan a los nuevos padres los artículos que ya no piensan usar. Otros, se salvan al tener familiares viviendo en el exterior, o tienen la suerte del buen poder adquisitivo.
En medio de todo ello, el Estado cubano se jacta de apoyar a las parejas que deciden tener hijos con una canastilla que es pobre y resulta demasiado cara, en franca contradicción con su política de estimular la natalidad.
Ya podría el gobierno cubano tomar ejemplo del finlandés.
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Eso sí es bienestar social, y no la m... que predican en Cuba, después quieren que las cubanas traigan más hijos/esclavos.