Las autoridades cubanas de Salud anunciaron el desarrollo de un ensayo clínico con pacientes voluntarios sospechosos de ser portadores del Covid-19 de una fármaco con tecnología propia para combatir el virus, y que estaría orientada a activar el sistema inmunológico para mejorar las defensas del organismo.
Gerardo Guillén, director de investigaciones del estatal Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), aseguró que el ensayo del nuevo medicamento, nombrado CIGB 2020, se desarrolla en el hospital Luis Díaz Soto, de La Habana.
El fármaco en ensayo se aplica de forma nasal y sublingual, y según Guillén, los investigadores "han observado resultados alentadores respeto a la activación del sistema inmune innato", reportó la agencia oficial Prensa Latina.
"Hemos visto cómo se estimulan las moléculas de la superficie celular que marcan el sistema inmune innato relacionado con los virus fundamentalmente y además estamos evidenciando a nivel de sangre que se están estimulando linfocitos y otros cromatógrafos que son encargados de presentar los antígenos al coronavirus", explicó el investigador.
El CIGB 2020 forma parte, junto con otra vacuna cubana desarrollada por el Instituto Finlay de La Habana, de un área de investigación que buscaría estimular la inmunidad innata, dijo Guillén, quien precisó que el nuevo fármaco no se trata de una cura, sino de un medicamento que hace más resistente al organismo frente al Covid-19.
BioCubaFarma ha atribuido las "bajas cifras de letalidad" que está registrando Cuba por el nuevo coronavirus al uso de Interferón Alfa 2B Recombinante, un producto que fabrica la entidad farmacéutica, pero que no es un invento cubano.
Eduardo Martínez Díaz, presidente de BioCubaFarma, dijo que el interferón es uno de los componentes del sistema inmunológico que activa los mecanismos de protección viral en el organismo, de ahí el uso del medicamento para el tratamiento de los pacientes con Covid-19.
En el protocolo actual del sistema de salud de la Isla para el tratamiento de los enfermos con Covid-19 está incluido el uso del Interferón Alfa 2B Recombinante, junto con otros antivirales que también se fabrican en el país.
Asimismo, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) cubano ha indicado el uso masivo de tratamientos homeopáticos como "estrategia de prevención" ante el virus, mientras en varios territorios recurren a otros medicamentos de este tipo, como las tabletas de Anamú, producidas a partir de la planta del mismo nombre.
La supuesta "curación" de miles de pacientes chinos del Covid-19 con el interferón de tecnología cubana originó en medio del despunte de la pandemia informaciones falsas y reclamos de más de 70 países para que los gobiernos compraran el medicamento a La Habana.
Algunos políticos latinoamericanos incluso vincularon el fármaco con el control de la epidemia en China.
Sin embargo, a medida que a comunidad científica internacional ha ido conociendo más sobre la enfermedad que causa la actual pandemia, las dudas en torno a la utilidad real de los interferones han crecido.
Los interferones se utilizan cuando no existe una vacuna o un antiviral. Por ejemplo, se han empleado contra la hepatitis C antes de tener tratamientos eficaces contra el virus, y se han utilizado para tratar el Covid-19, pero a falta de ensayos controlados no se sabe si ayudaron, empeoraron o no hicieron nada.
"Estamos viendo que muchas decisiones sobre los tratamientos para esta enfermedad están basadas, como mucho, en muy poca ciencia. La gente quiere aplicar lo antes posible cualquier cosa", advirtió Jesús Rodríguez Baño, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Virgen de la Macarena de Sevilla, en declaraciones al diario español El País.
Un artículo que está en revisión para su publicación en la revista especializada Cell sugiere que proporcionar interferón a un paciente aceleraría la producción de las dos proteínas que le sirven de puerta de entrada al coronavirus, facilitando la invasión del organismo.
Análisis realizados en pacientes del hospital Ramón y Cajal de Madrid en las últimas semanas sugieren que el uso de interferones facilita la infección.
"Los interferones tipo 1, como el alfa y el beta, tienen un posible efecto antiviral y se considera su uso en infecciones como esta, pero nuestros datos indicaban que los resultados no eran los esperados", explicó Luisa Villar, jefa de Inmunología del Ramón y Cajal.
"El interferón induce el receptor del virus en muchas células que no lo expresan y lo aumenta en células que ya lo expresan. Así se facilita la infección y es algo que obviamente no queremos", concluyó.
África González, presidenta de la Sociedad Española de Inmunología, indicó que, a partir del trabajo de Villar, ya había información en la comunidad médica sobre las dudas respecto a los interferones. Por un lado "ya hay una nota del ministerio que dice que no están recomendados porque se emplean para enfermedades autoinmunes", apuntó.
Resultados como los presentados en Cell "apoyarían, junto a los datos clínicos, que no deberían utilizarse interferones en estos pacientes", aseguró González.