Las reacciones por las recientes pintadas del grupo Clandestinos contra imágenes y bustos de José Martí y Fidel Castro, juntos y por separado, vienen a recordar la urgencia de un postergado debate.
Sabemos que el pensamiento de Martí ha sido manipulado por Fidel. Esa obsesión comparativa concluye con el depósito del esotérico mojón castrista a pocos pasos del mausoleo martiano en el Cementerio de Santa Ifigenia.
Una vez reconocido que es una apropiación oportunista, sostenida por la propaganda y la educación de un régimen totalitario, a despecho de la inequívoca aspiración libertaria del prócer independentista, quedan en pie ardientes preguntas: ¿Hay algo en ese pensamiento que tolera la apropiación? ¿La sacralización del héroe muerto facilita la sacralización del héroe vivo?
Las respuestas, quizás, no estén en nuestro inmediato horizonte. Esos debates, lleven a donde lleven, forman parte de una lenta construcción intelectual. Obviamente, a Martí no podemos hacerlo responsable de 61 años de castrismo. A pesar de las ambigüedades y contradicciones de su pensamiento. Fidel, creo yo, le hubiera parecido una abominación, un sanguinario payaso.
Asimismo, el afán de Martí por la imposición revolucionaria, rechazada por la mayoría de los cubanos a fines del siglo XIX, no partía de una voluntad programática de dominio. Para empezar, carecía del aguzado instinto de conservación que distingue a los dictadores. Su caída en Dos Ríos, después del amargo encontronazo de La Mejorana, tiene el aura de un suicidio por fuego enemigo.
Esta imposición revolucionaria apenas le sobrevive dos años. Muy lejos de ser un especialista, como interesado lector de nuestra historia no encuentro un dato que me convenza de la efectividad militar de los mambises frente al combinado poder de soldados españoles y voluntarios en 1897. Transparente, sin embargo, es el rechazo a la estrategia de tea incendiaria, a la "guerra necesaria", que destruyó, tal como destruiría Fidel en 1959, una era de prosperidad.
Vengan a mano unos pocos detalles. En carta del 28 de abril de 1897, ya el general Calixto García sugiere al general Máximo Gómez la disolución de la tropa independentista. En noviembre, España concede la autonomía (lamentablemente tardía) con igualdad de derechos para insulares y peninsulares. La única protesta significativa procede del bando integrista que se manifiesta en Nochebuena frente al Diario de la Marina, al grito de "¡Viva Weyler!"
El 1 de enero de 1898 entra en funciones el Gobierno autonomista, elegido por el 80% de los votantes. A los tres meses, reducido el número de soldados españoles en la Isla, el capitán general Ramón Blanco Erenas decreta unilateralmente el fin de las hostilidades. Repito: unilateralmente. Sin tomar en cuenta la amenaza contraria.
Hugh Thomas cita en su magnífico Cuba: la lucha por la libertad (Debate, Barcelona, 2004), las observaciones del magnate y filántropo norteamericano Edwin Atkins.
"No encuentro oposición a la autonomía en ninguna parte, sino que ahora se difunde por toda la comunidad una opinión general favorable a la anexión […]", dice Atkins. "Todos los cubanos de categoría temen la independencia".
Pasarán más de 20 años, hasta que vuelva a ser reflotada la imposición revolucionaria y cobre auge la sacralización de Martí. Revolucionarios y martianos serán figuras tan disímiles como Julio Antonio Mella y Fulgencio Batista, Blas Roca y Gerardo Machado, Rubén Martínez Villena y Jorge Mañach.
Pomposos en la retórica, confusos en sus postulados y, con frecuencia, brutales en sus propósitos, pistoleros y presidentes, sindicalistas y policías, comunistas y anticomunistas, abrazarán en Martí una universal coartada patriótica y el mito compensatorio a las deficiencias de nuestra identidad.
Aun así, el desarrollo de la economía y la sociedad al margen de la turbulencia política, había mermado ya para 1953 el prestigio de la imposición revolucionaria. "Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario", diría Fidel con extraordinario tino en el juicio por el asalto al Moncada. La realidad había estado a punto de ganar la partida.
Quiero pensar que a Martí, muerto a los 42 años, le hubiera sobrado el coraje y la humildad para caminar sobre los escombros de un nacionalismo mesiánico que partía del inmaduro desconocimiento de la idiosincrasia de las gentes y las potencialidades del país, el anclaje en el obtuso marco intelectual de la España decimonónica y un craso, a todas luces deliberado, error geográfico.
Las virtudes para emprender ese viaje estaban en su carácter, brillan en lo mejor de su obra. ¿Por qué no acabamos de echar a andar nosotros?
En la literatura Martiana, siempre lo que más me gustó fueron sus trabajos periodísticos de apología a los Estados Unidos, la Estatua de la Libertad y el equilibrio internacional. De todo lo demás el estado cubano se adueñó oportunistamente, manipuló, sacralizó y exageró su vida y obra; por lo tanto, de él leí poco, indagué, o disfruté poco, aparte de algunos trabajos, poesías y obras aisladas. Por ende, de Martí, solo tengo dudas sobre sus intenciones revolucionarias, pues todo esto deviene de lo que los demás escribieron o las interpretaron de sus intenciones o su interés en el futuro de Cuba. ¿Quizás podría yo decir: ¿qué diría Martí sobre la globalización? Todas son extrapolaciones que el muerto ya no puede discutir; aunque sigan siendo interpretaciones de la intensión causal y limitada de un ser humano, que no puede calcular las consecuencias totales, de su supuesta intensión, si es que la hubo. Cambio, no necesariamente requiere destrucción, ¿me pregunto si Martí consideraba eso?
Lo lamentablemente tardía de la automomia validó la via tomada por Marti, pero no fue solo él quien la propuso, hay una hilera de nombres que lo antecedieron.
La temprana muerte de Martí dejó su obra escrita como único activo. Hubiera sido favorable, para las generaciones futuras, el desempeño como funcionario post revolucionario, para tomarlo como referente. Lamentablemente, la interpretación de sus dichos ha sido manipulada por el régimen e incluso, su aversión al Socialismo, como lo expresara en su carta a Serafín Sánchez.
Porque creo que la familia Castro ha conducido a los mulatos en dirección contraria al legado martiano. Muy buen articulo, desafortunadamente estamos ante una sociedad incapaz de comprenderlo y que se contenta mas con un concierto de Gente de Zona y una pipa de lager.
Yo no tengo la respuesta a la pregunta final en el articulo de Reynaldo. Pero si el embargo/bloqueo no funcionó en todos estos años y la 82 division está descartada, es hora de pensar en otra cosa. Criticamos a Obama por el "acercamiento", pero el realmente le puso"malo el picao" a los hijoeputas esos. Muestra de ello es que incluso hace unos dias, a raiz de la "no sancion" del actor de Vivir del Cuento, le achacaban a los responsables del programa el haber permitido a Obama "envenenar al pueblo" y los que vimos el programita o el video en Youtube sabemos que fue algo totalmente inocuo incluso para la mas intransigente de las "revoluciones". Al grado de infiltracion del G2 en la poblacion cubana, lo unico que puede pasar en Cuba es un levantamiento subito y sin preparacion previa, al estilo de la primavera arabe. Y para que se produzca la chispa, entre las cosas que tiene que haber estan informacion en la poblacion y diferencias sociales notables. Obama iba en ese sentido.
Mientras los cubanos puedan viajar (una medida tardía, pero inteligente de la dictadura) y pueden seguir llevando y trayendo, allí habrá castrismo hasta que las bisnietas de la Infanta Sofia tengan hijos. El régimen les capó la dignidad y el civismo a los cubanos.
Cuba está sola, ni le interesa a Estados Unidos, que ya no se esforzará en enviar a la 82th USMC y los fenómenos cósmicos no se repiten sino en miles de años. O sea, habrá que esperar a que la Divina Providencia ilumine a grupo de "jóvenes turcos" o aparezca un Anti Fidel Castro que subleve al rebaño. Mientras tanto nosotros viviendo en el estado comunista de Publix, eso sí es comunismo.
yo le pedi a Dios sacarme la lotería, pero después de leer toda esta mierda, mejor que se mueran todos los comunistas!!
Cuando gran parte de los países latinoamericanos habían logrado su independencia, Colombia y México en 1810, Argentina en 1816, Chile en 1818, etc, Cuba NO era una colonia de España. Eramos una provincia de ultramar con los mismos derechos que cualquier otra provincia española. Lo de la "colonia" vino después. El ultimo fue Brasil en 1825. Nosotros logramos la independencia en 1902.
Mas bien que mal o mas mal que bien, pero todos esos países, en lo que se refiere a Parlamentarismo y experiencia política nos llevan casi un siglo de ventaja. En cualquier campo de la política somos los últimos en todo. Hasta para quitarnos el comunismo de arriba.
¿Por qué no acabamos de echar a andar nosotros?
¿Y todavia tenemos que hacernos la pregunta? !!!
Excelente texto. Original y valiente. Su lectura es un verdadero placer.
Incluso en la época de Marti, donde las revoluciones tenian un componente independentista y libertario muy atractivo y por tanto mas dificil de combatir y contrarrestar, hay que reconocer que los resultados de las revoluciones fueron por lo menos controvertidos. Los escasos territorios americanos que quedaron sin independizar, hoy ofrecen, como promedio, una estabilidad y un nivel de vida muy por encima de los que lograron la independencia. En España, a pesar del lastre cultural inherente, los territorios que no se independizaron, como Islas Canarias, el Pais Vasco y Cataluña tienen un nivel de vida envidiable comparado con Cuba, el ultimo territorio que se separó . En la America anglosajona: Canada, que nunca tuvo su revolución independentista, termino teniendo una historia mucho menos conflictiva y accidentada que la de EEUU, con resultados de nivel de vida comparables e incluso superiores en muchos campos.
Yo creo que los contra-revolucionarios tenemos que imponer un paradigma mas realista que sirva mejor a nuestros propósitos. Y este paradigma empieza por desmontar la fantasia que encierra el concepto de “pueblo”. Pueblo es en realidad una entelequia falsa para entretener ignorantes. Lo que realmente existe es individuos y grupos con intereses contrapuestos. Los contrarrevolucionarios tenemos que defender los intereses de la parte de la sociedad que produce, que tiene ambición y tenemos que poner en evidencia a los que pretenden vivir a costa de otros. Por delante de la fantasía igualitaria que tanto conmueve al individuo ordinario, hay que poner el derecho a la propiedad privada, la libertad, la competencia y la responsabilidad. Es un mensaje que por supuesto no agrada a la plebe, pero es el unico mensaje que sirve para mantener a raya a los revolucionarios.
Me gusta mucho esa combination de palabras: imposición revolucionaría. Asi es como funciona la cosa. Un grupo de revolucionarios iluminados se impone sobre la masa inerte. La plebe ignorante aplaude al que promete cambios mágicos. Los que crean, trabajan y producen tienen que someterse a la marea de la masa enfurecida, soliviantada por un puñado de impostores, que quiere construir un mundo irreal.
Contra este mecanismo suicida de la revolución, creo que el mejor antídoto, aunque precario y temporal, es la contrarrevolución de los que saben y han acumulado algo de poder y riqueza. A la fuerza revolucionaria hay que oponer la fuerza contrarevolucionaria de los que creen en las instituciones, el libre mercado, la propiedad privada. La parte de la sociedad responsable, que trabaja y produce, tiene no solo la carga de mantener al resto, sino de neutralizar a los revolucionarios con cualquier método que sea necesario. La masa inerte esta en el medio para obedecer.
// Excelente e instructivo artículo. Gracias Andrés Reynaldo. //
- - Pregunta primordial "¿Por qué no acabamos de echar a andar nosotros?"
- - Mi interpretación de la situación y respuesta a la pregunta: Porque no se estimula ni se ha estimulado, bien, el proceso de maduración que requerimos.
- - ¿Quiénes, qué, podrían hacer una gran diferencia a favor de esa maduración? Nuestros medios masivos de comunicación.
- - ¿Cómo? A mi entender, el cómo es tan simple de resumir y emprender que avergüenza su falta: Aprovechando al máximo las tecnologías que AHORA SON DISPONIBLES para crear BUENOS SISTEMAS PARA LA DISCUSIÓN, DIFUSIÓN E INTECAMBIO DE IDEAS.
- - Ahora podemos hacer lo que era imposible en los siglos pasados. ¡Hagámoslo, para detener el sufrimiento y echar adelante Cuba BIEN!
Un gobierno no se tumba con pinturitas al busto de Marti,sino destruyendo las iendas TRD de los militares,poniendo "Miguelitos" en las arterias principals por donde circulan los autos de Turismo,apedreando desde lejos con tirapiedras las ventanas de los hoteles o autos policias cuando esten realizando una detencion.El gobierno usa tropas de elite contra el pueblo,llegara quizas un dia a suceder lo de Rumania,por como vienen las cosas,esto parece venir,ahora es sangre de cerdo,mañana la de los compatriotas,pues el gobierno no acepta otra opinion que la suya.Por imponer esta no escatimara' sangre recursos o vidas,60 años lo han demostrado.Creo que al apostol tampoco lehubiese gustado tanto busto y monumento,pues era un hombre sencillo y modesto.
Ay maestro! Acaba Ud. de rozar la sacrosanta ortodoxia de "la inevitabilidad de la vía revolucionaria". La andanada de improperios no se hará esperar. :-(
Ninguno hasta ahora...