Autoridades del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) estimaron que 2019 cerrará con una tasa de cinco muertes por cada 1.000 nacidos vivos, lo que representa un aumento de 0,1 puntos con respecto a 2018, reportó la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN).
En un acto celebrado en la sede del MINSAP este 28 de diciembre el ministro de Salud Pública de Cuba, José Ángel Portal, reconoció los "progresos" en los principales indicadores, "como resultado de la consolidación del Sistema Nacional de Salud, el desarrollo integral de los programas del sector y la aplicación permanente de los avances de la ciencia".
A pesar de que el Gobierno cubano ha sido acusado de falsear sus estadísticas para mostrar al mundo indicadores semejantes a los de países del primer mundo, el funcionario cubano también aludió al aumento de la mortalidad infantil, que todavía ―según cálculos de expertos― quedaría por debajo de las cifras reales.
En enero de este año el Gobierno dijo que Cuba había cerrado el 2018 con un índice de mortalidad infantil de 3,9 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, la cifra más baja de la historia por segundo año consecutivo, dijeron las autoridades sanitarias en ese momento.
El Gobierno cubano suele ser criticado por falta de transparencia en sus métodos para calcular la mortalidad infantil. Además, expertos internacionales han dicho que las autoridades presionan a los médicos para que falseen cifras sobre defunciones en el primer año de vida, además de evitar que embarazos de "alto riesgo" lleguen a término, para evitar afectaciones a las estadísticas oficiales.
En un estudio publicado en junio de 2018 por la revista Health Policy and Planning, los economistas Vincent Geloso y Benjamin Powell, junto con el profesor de Medicina Gilbert Berdine, analizan los datos del sistema de salud de la Isla y concluyeron que buena parte de su aparente éxito se debe a la manipulación estadística y a la represión estatal.
A juicio de esos expertos, el Gobierno cubano "reclasifica" muertes ocurridas en la primera semana de vida del recién nacido como muertes fetales, para que no computen en el indicador.
Señalan que la relación entre muertes fetales y neonatales suele oscilar en el mundo entre 1,04 y 3,03. En Cuba, extrañamente, la mortalidad fetal es seis veces superior a la neonatal, dicen.
Partiendo de esta anomalía estadística, los investigadores creen que, de corregirse la trampa, la mortalidad infantil de Cuba se ubicaría entre 7,45 y 11,16 por 1.000 nacidos.
Otro mecanismo para falsear las cifras son los abortos forzados de mujeres con embarazos de riesgo, que inciden no solo en los datos de mortalidad infantil, sino también en las estadísticas de esperanza de vida.
"Si los fetos con mayores problemas de viabilidad no llegan a nacer, entonces la mortalidad infantil se reduce", indicaron los autores del estudio.
Cuba es uno de los países con mayor índice de abortos. "Se practican 72,8 abortos por cada 100 nacimientos (en contraste, en EEUU son 18,8 y, en Suecia, 33,1)". Si solo el 5% de esos abortos se evitara, "la esperanza de vida de las personas disminuiría entre 1,46 y 1,79 años, de modo que ya pasaría a ser inferior a la de EEUU", explican.
¡¡Otro descarado fraude!! Esconden -técnicamente- la mortalidad infantil desde hace medio siglo. ¡¡Qué hablen los médicos cubanos en el extranjero!!