La prensa oficial presume de un movimiento constructivo en zonas de La Habana que ratifican la apuesta del Gobierno cubano por el desarrollo de la infraestructura y capacidades turísticas, pese a la baja del sector por las restricciones a los viajes impuestas por Washington y en medio de la crítica situación de la vivienda.
"Un cielo de grúas en movimiento tiene La Habana. Grúas repartidas en proyectos, lo mismo en el centro histórico como en las zonas más modernas de Miramar y el Vedado. Hace cinco años esos 'elevadores' reinaban casi en solitario en la antigua Manzana de Gómez —hoy Hotel Kempinski. Ahora no son difíciles de encontrar; delatan inversiones en marcha", destaca el sitio oficial Cubadebate.
Estas inversiones, sin embargo, no son para dar un nuevo aire al fondo habitacional de la capital cubana, cada vez más deteriorado, sino que "dan forma al ambicioso plan de incrementar, a corto y mediano plazos, el número de habitaciones hoteleras de la ciudad".
Según datos oficiales, solo este año está previsto abrirse una docena de instalaciones, algunas hasta hace poco deterioradas, hasta alcanzar la meta de 3.808 cuartos.
El medio admite que el programa constructivo se sigue adelante en medio de una "situación compleja" para de forma inmediata justificar con recientes "advertencias" de Miguel Díaz-Canel.
Según el gobernante no se puede esperar el fin del embargo "para construir la planta hotelera", pues lo que dispone el Gobierno para "pagar créditos, materia prima e invertir, proviene del turismo".
Lo cierto es que, según los propios datos oficiales, La Habana encuentra una fuente tan o aún más solvente en la venta de servicios profesionales, fundamentalmente médicos. Pero durante los últimos meses también ha recibido el impacto de las políticas de Washington para frenar lo que la Administración Trump describe en sus medidas como "esclavitud moderna".
Este año Cuba no superará los cinco millones de visitantes previstos, con el correspondiente menor ingreso.
Para Cubadebate, "aun en ese escenario la apuesta cubana encuentra coherencia" y la "condición de Isla caribeña la convoca a aferrarse a la industria del ocio".
Ubica dentro de las fronteras "los mayores desafíos"; uno de ellos, organizar y hacer funcionar los encadenamientos productivos con el turismo. También en la búsqueda de otros mercados emisores, entre los que menciona a China y lo describe como "prometedor".
El turismo internacional hacia Cuba registró desde enero hasta el cierre de septiembre un decrecimiento del 6% en comparación con igual etapa de 2018. Ya el año pasado, el Gobierno tuvo que redirigir sus esfuerzos de promoción turística hacia Rusia, Latinoamérica y Europa, para intentar salvarse de la caída del mercado estadounidense.
Los esfuerzos no fueron suficientes, pues la llegada de turistas a Cuba se desplomó un 23,6% en julio. Los datos de la ONEI ya habían mostrado un desplome del 20% del arribo de visitantes extranjeros en junio, el mismo mes en que Washington prohibió las visitas de cruceros a Cuba y dificultó a los ciudadanos estadounidenses obtener una exención a la prohibición para viajar a la Isla.
Se preparan para recibir a miles y miles de turistas rusos , otro tanto de Bielorrusia y otros de Corea del Norte. ¿Viviendas para el pueblo...? NO, eso es un desperdicio de recursos... hay que recaudar hasta el último centavo...
Mar de grúas”, esos jamas han visto un verdadero boom constructivo