El recién nombrado vicepresidente de la República de Cuba y varios ministros se reunieron ante las cámaras de la Mesa Redonda para anunciar nuevas medidas y, al final, es más de lo mismo. Nuevas tarjetas bancarias y 13 nuevas tiendas para la misma política calamitosa de siempre.
Que el dinero de las remesas familiares vaya a desembocar en esas nuevas tarjetas es otra variante del recurrente ordeño de la emigración.
Arrebatarle a las "mulas" la salida económica que se habían inventado es otra variante del ahogamiento de emprendedores que el régimen practica.
Hace unas semanas, durante varias ediciones, el diario Granma peleaba contra el enriquecimiento de los intermediarios. Las "mulas", ciudadanos cubanos con pasaporte extranjero que pueden viajar a otros países y llevar a Cuba bienes que revenden, son intermediarios con pasaporte a combatir por las autoridades.
El reparto de roles impuesto por el castrismo no puede ser más restringido. Los que se hayan ido a vivir fuera, que envíen dólares. Los que residen en Cuba con otra nacionalidad, que no se saquen demasiada ventaja de ese otro pasaporte. Y quienes no se han ido y no tienen más nacionalidad que la cubana, que exijan dólares a sus familiares en el extranjero porque no tendrán casi chance de emprendimiento y el Estado no va a hacerse cargo de ellos.
Las nuevas medidas han sido diseñadas para acabar con las "mulas", seguir ordeñando a la emigración cubana y garantizar que el cubano de la Isla sea tan pasivo económica como políticamente. Que tenga a mano una tarjeta bancaria regada por los parientes lejanos y que alce esa mano en unanimidad cada vez que convenga a los dueños del país, que para eso mandan.
En 60 años el castrismo lo que ha dejado una economía en ruinas , lo único que se les ocurre es el parasitismo: vivir de los que se fueron.
Ya Venezuela está con el mismo plan......
que se limiten las remesas a 1000 cada 6 meses
son como el eprro del hortelano,ni comen ni dejan comer
Judge: Ninguna frase es mas apropiada que esa para evaluar las políticas económicas del gobierno cubano. Probablemente es el reflejo de profundas contradicciones internas, contradicciones generacionales. A estas alturas, es un mal atajo que no lleva a ningún lugar.