Muchos bancos occidentales han rechazado durante mucho tiempo los negocios relacionados con Cuba por temor a infringir las sanciones de EEUU y enfrentar fuertes multas, así como por el mal historial crediticio del país, pero la situación actual del mercado en la Isla es aún peor.
Ahora, se ha conjugado el recrudecimiento de la política de Donald Trump hacia La Habana y las nuevas sanciones con el miedo de las entidades financieras a ser demandadas por la Ley Helms-Burton y la crisis económica en la Isla.
"La situación es catastrófica, al menos para los países occidentales. No puedo hablar por Rusia o decir China", dijo a Reuters un agregado comercial europeo, que pidió no ser identificado.
PostFinance, el último banco suizo en procesar transacciones relacionadas con Cuba, informó el mes pasado a sus clientes que ya no lo hará. Rinaldo Tibolla, portavoz del banco, dijo en un correo electrónico que PostFinance confiaba en una red de bancos corresponsales basada en fideicomisos, así como en el acceso a pagos en dólares estadounidenses.
"Existe el riesgo de que seamos excluidos de este acceso si se permite que continúen los pagos a Cuba, que pueden estar sujetos a sanciones de EEUU", señaló.
Multibank de Panamá cerró este año numerosas cuentas relacionadas con Cuba y los bancos europeos están restringiendo los clientes asociados con Cuba a sus propios ciudadanos.
Empresarios y diplomáticos dijeron que los grandes bancos franceses, incluido Societe Generale, no quieren tener nada que ver con Cuba y algunos están suspendiendo los pagos a los pensionistas que viven en la Isla.
Por primera vez en años, el Gobierno de Cuba ha tenido problemas para financiar la cosecha de azúcar. Varios proyectos de emprendimientos conjuntos, desde complejos de golf hasta energía alternativa, encuentran casi imposible obtener crédito privado, dijeron ejecutivos, diplomáticos y otras fuentes a la agencia británica.
"Las sanciones financieras son armas de destrucción masiva", dijo John Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial de EEUU y Cuba, que observa de cerca los vínculos entre Washington y La Habana.
No vale el riesgo
Cada vez que se presenta una demanda de la Ley Helms-Burton o Washington sanciona a un banco por violar el embargo, las autoridades corporativas de pronto sostienen que los negocios en Cuba no valen la pena, según las fuentes.
Clientes de Canadá, Europa e incluso China todavía están interesados en Cuba, dijo el abogado canadiense Gregory Biniowsky, que reside en La Habana y asesora a empresas extranjeras para el bufete Gowlings Consulting Inc.
"Lo que ha cambiado son sus cálculos a corto y mediano plazo, como en el caso de que dejemos de lado esto por ahora y sigamos con un patrón de espera al menos hasta noviembre de 2020", dijo.
Las recientes sanciones de Washington han preocupado a muchos socios potenciales, no así a unas 200 empresas conjuntas existentes en Cuba. Varias multinacionales como Nestlé, Unilever, Sheraton, Pernod-Ricard, Total y AB InBev tienen negocios en la Isla y hasta ahora ninguna ha dejado el país en respuesta a las sanciones de EEUU.