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Economía

Colas de hasta cinco horas y con policías para echar combustible en La Habana

'Si no logro echar gasolina ahora, tengo solo para llegar a mi casa y parquear el carro', dice un conductor.

La Habana
Fila para echar combustible en La Habana.
Fila para echar combustible en La Habana. AP

Lo más visible de la crisis energética por la que atraviesa Cuba está en las calles: además del caos en las paradas de ómnibus, filas que se extienden varias cuadras y que obligan a la gente a esperar hasta cinco horas para cargar combustible.

La gasolina comenzó a faltar esta semana, poco después de que Miguel Díaz-Canel reconociera que la Isla enfrenta un déficit de combustible de la cual culpó a las sanciones impuestas por el Gobierno de Donald Trump.

"Si no logro echar gasolina ahora, tengo solo combustible para llegar a mi casa y parquear el carro ahí", dijo alarmado Karel Pérez, un empleado gastronómico de 44 años quien en su Lada hacía una fila de varias hileras en el Malecón habanero. Llevaba allí cerca de dos horas, reporta la AP.

Según la agencia, un recorrido por un puñado de gasolineras reveló extensas colas, discusiones entre choferes irritados por la espera o porque algunos se colaban, presencia policial para organizar las filas y hasta surtidores cerrados por falta de combustible. Uno de los choferes dijo que en días previos había estado cinco horas esperando para llenar su tanque.

El Gobierno ha dicho que el problema es pasajero.

El transporte público y los ómnibus obreros, así como la flota de automóviles perteneciente a dependencias gubernamentales, son vitales para mover a la población en la Isla, donde el parque vehicular particular es escaso o viejo.

"Desde que el transporte está tan malo, trato de no salir y llego caminando a mi trabajo", comentó a la AP Jacqueline Pereira, de 35 años y empleada de una empresa náutica estatal. "Era una niña en el 'Periodo Especial' y no recuerdo mucho, pero ahora soy madre y estoy preocupada. La gente está tensa".

La situación se suma a meses de carencias en los mercados y un desabastecimiento intermitente de productos debido a la falta de liquidez para adquirirlos en el exterior: cuando hay jabón desaparece el detergente o hay momentos en que los anaqueles están llenos de papel sanitario pero no se encuentra arroz, en un país con poca variedad para el consumo particular.

Algunos espantan el fantasma del "Periodo Especial", eufemismo que creó el Gobierno para nombra la crisis de los noventa, alegando que se trata de otro momento y que hasta ahora los temidos apagones, que entonces aterrorizaron a la población, no han ocurrido.

"Me imagino que sea algo coyuntural. Estamos en otra época", dijo Elio Santana, un chofer de 52 años que llevaba casi dos horas tratando de cargar combustible en el automóvil de un banco del que es el conductor. "Es cierto que hago muchas colas, pero no tengo apagones".

Díaz-Canel reconoció que la Isla sufre muchas ineficiencias de gestión, pero dijo que la idea de Washington es asfixiar a la economía para derrocar a su Gobierno.

Trump restringió los viajes de los estadounidenses a la Isla, limitó las remesas que pueden enviar los emigrados, creó listas negras de empresas cubanas, canceló los permisos para cruceros a Cuba y repatrió a casi todos los funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en La Habana.

Recientemente activó un título de la Ley Helms-Burton que permite los procesos judiciales de estadounidenses contra empresas de otras naciones que operen propiedades confiscadas por el Gobierno cubano, y comenzó a perseguir a las navieras que llevan a la Isla el crudo venezolano.

Cuba depende de Venezuela para cubrir un 60% del combustible que su economía necesita y actualmente el país sudamericano enfrenta una crisis política y una baja en la producción de crudo.

"Estratégicamente cometieron el gran error una vez más de poner todos los huevos en una sola canasta, es decir, no aprendieron la lección de los años 80 cuando dependían de la Unión Soviética... sin tener una póliza de seguro que los protegiera de cambios políticos", declaró a AP Jorge Piñón, experto en energía de la Universidad de Texas.

Según Piñón, Cuba produce unos 42.000 barriles de crudo diarios en pozos que ya tienen unos 25 años de explotación y su déficit alcanza los 60.000 barriles diarios, por lo que si Venezuela deja de enviar crudo como lo hace actualmente mediante créditos blandos, la Isla deberá pagar en el mercado internacional unos 1.300 millones de dólares.

Para el experto "sin dudas" las sanciones de Estados Unidos tienen un impacto negativo para Cuba porque la obligan a pagar "como una prima de guerra" a las navieras que se atrevan a llevar petróleo, pero "no se puede echar la culpa al 100% a las sanciones".

Las autoridades aseguraron que garantizarán los servicios básicos y que la economía no se paralizará, y están aplicando medidas como recortes horarios en universidades y centros de trabajo y en el uso de los vehículos estatales para mover a la población, o apagar los aires acondicionados de las dependencias públicas.

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1 comentario

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Y la fotografía recuerda al Período Especial, con carros de aquellos tiempos, como los Lada y los Moscovich.