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Sociedad

¿Ley de Bienestar Animal en Cuba? Autoridades coordinan una comisión para su redacción

Los activistas quieren más que eso: normas que también protejan a los animales de métodos como el sacrificio con estricnina de Zoonosis.

La Habana

Aunque la Unión Europea (UE) prohibió su uso en septiembre de 2006, la Sociedad Mundial para la Protección de los Animales (WSPA) considera su uso como un método totalmente inaceptable y las Organizaciónes Mundial de Sanidad Animal y Panamericana de la Salud, desestima completamente su aplicación, la estricnina se emplea en Cuba para sacrificar animales callejeros.

El veneno, un alcaloide de la nuez vómica, un árbol originario del sudeste asiático, sigue suministrándose cada martes y viernes para "hacer limpieza" de perros y gatos cazados por el departamento de Zoonosis de La Habana, como recoge un inusual reportaje de la revista Bohemia sobre un tema ausente de las páginas de la prensa oficial.

Es una muerte en solo tres minutos, pero es altamente invasiva y violenta. No es considerado un método humanitario para acabar con la vida del animal.

El doctor Armando Vázquez, jefe del Programa de Zoonosis en La Habana, asegura que el principal motivo para su empleo es el costo de la sustancia.

Vázquez reconoce que la aplicación de la inyección no entra bajo el concepto de eutanasia, que significa, en griego, "buena muerte" o "muerte dulce". La muerte por estricnina no es indolora, ni los elegidos pierden rápidamente el conocimiento, ni minimiza el miedo y el sufrimiento de estos.

"La aplicación de la estricnina (…) es un sacrificio. Es un saneamiento. Las condiciones del Centro de Observación Canina, desafortunadamente, tampoco pueden asegurar un período de paz previo a la muerte del animal", admite.

En el centro, muy deteriorado tras el huracán Irma, hay tres jaulas enormes. La primera es para los recién llegados. A la segunda los transfieren al día siguiente, y ahí vivirán hasta que llegue la hora del saneamiento. Están hechas de una losa blanca que se mancha fácilmente de deshechos y orines. En el bloque contiguo, están las jaulitas individuales donde aguardan los cachorros, los enfermos, los que han lesionado a un ser humano y las hembras gestantes.

En 2007, el Instituto Nacional de Medicina Veterinaria aseguraba que la masa canina controlada ascendía a casi dos millones y la de gatos a 500.000.

Sin embargo, hoy las cifras son vagas, a falta de datos oficiales, como ocurre en otros campos en Cuba. Las estimaciones realizadas por la Dirección Nacional de Higiene y Epidemiología calculan un perro por cada diez personas. En La Habana solamente habría más de 200.000.

Los animales callejeros pueden contagiar la rabia, la leptospirosis y la toxoplasmosis a seres humanos. Estas enfermedades son transmitidas mediante la mordida del animal, por la interacción con sus fluidos o por el contacto directo o indirecto con aguas, suelos y alimentos previamente contaminados.

Según datos del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), cada año son reportados más de 20.000 lesionados por mordeduras de animales.

El sacrificio no es la solución

Nora García, presidenta de ANIPLANT, la única sociedad protectora cubana reconocida por la Ley de Asociaciones, considera que "el sacrificio de animales no es una solución efectiva para controlar la población".

"El Programa Nacional de Rabia, que es como la biblia de dirigir la muerte de animales, reconoce incluso el trabajo de nuestra sociedad y señala la esterilización como solución más eficiente", dice esta mujer que a menudo se ha marchado abruptamente de la mesa de negociaciones donde defiende el bienestar animal.

"Hay que censar, vacunar contra la rabia y esterilizar. Le pedí a Zoonosis que me diera un área para trabajar sin que entre el carro a capturar, y en un año veamos qué pasa. Zoonosis se negó", lamenta.

El doctor Vázquez, de Zoonosis, justifica que las campañas de esterilización son inviables para el Estado cubano por su alto costo económico, sobre todo por la utilización de la anestesia, que es una sustancia de uso exclusivo de hospitales. Dice que la solución al problema es la concientización de los dueños de animales.

En los últimos años, y sobre todo al calor de la reciente reforma constitucional, han surgido varias organizaciones sin ánimo de lucro, refugios, iniciativas de cada vez más ciudadanos que se oponen al maltrato y piden una Ley de Bienestar Animal en Cuba, hasta ahora infructuosamente.

"No existe normativa ninguna para proteger a los animales. Puedes invocar artículos de la Ley No. 81 de Medio Ambiente… pero no existe una ley específica dedicada a los animales", asegura el abogado Alan González Consuegra, citado por Bohemia.

¿Ley de Bienestar Animal? Mejor de Protección Animal

El medio asegura, sin embargo, que actualmente el Ministerio de la Agricultura (MINAG) coordina la comisión nacional encargada de concebir la primera ley de bienestar animal en Cuba, en la que participan especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, de los zoológicos, de Higiene y Epidemiología, de los institutos y clínicas veterinarias, entre otras instituciones.

Según González Consuegra, se han presentado cuatro anteproyectos de ley, pero ahora es que finalmente se considerará su trabajo para las nuevas reformas legislativas. Todavía el documento debe ir a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) y ser aprobado. El medio dice que no pudo acceder al contenido de este anteproyecto.

González Consuegra, trabajador de Copextel, al frente de un grupo de activistas y representante jurídico de una propuesta que también aspira a ser presentada ante la ANPP, aboga por, más que una ley de bienestar, una de protección animal, la cual incluye "las acciones que realiza el ser humano para garantizar el bienestar animal".

El abogado y sus compañeros proponen regular con "buenas prácticas" el Programa de Zoonosis; también temas relacionados con la comercialización de animales de compañía (salvedad para los clubes de razas); la cuestión sucesoria de la mascota (qué sucede con esta cuando su dueño fallece); la disección, el sexo con animales, el "zoocidio"; incluso crear un registro público de animales.

Los países del continente más avanzados en leyes animalistas, según este jurista, son Costa Rica, Venezuela, Argentina, Puerto Rico y Colombia. Pero su mayor referente es Holanda, donde ya no se ven animales callejeros. "El problema se resolvió con campañas de esterilización y al prohibirse su venta".

El abogado piensa que probablemente el anteproyecto coordinado por el MINAG sea el más viable para el contexto cubano, pero que a la vez pudiera quedarse corto de miras y con un enfoque demasiado antropocéntrico.

"Está siendo redactado por personas que son juez y parte", sentencia.

La presidenta de ANIPLANT, también fue invitada a participar en la comisión del MINAG. Sería la contraparte no gubernamental. "Pero ella decidió no trabajar con nosotros", señala el doctor Armando Vázquez, también miembro de la comisión.

¿Prevención de enfermedades?

Jusayma González, desde 2012 está al frente de los programas de Zoonosis a nivel nacional, justifica el trabajo de su departamento.

"Que quede claro que no hacemos captura y sacrificio con el objetivo de controlar la población animal, sino para reducir la incidencia en el humano de cualquier enfermedad zoonótica. A uno le duele muchísimo que no se le reconozca su trabajo, porque está tratando de proteger la salud del pueblo", dice.

Sin embargo, la ocurrencia de las enfermedades zoonóticas en Cuba es muy baja. No hay rabia desde hace décadas y la leptospirosis, el mal transmisible de los animales que más afecta a la población (entre 2017 y 2018 arrojó un saldo de 21 y 45 defunciones, respectivamente) se presenta en zonas pantanosas, donde hay abundancia de ratas. En los anuarios no se especifica el origen de la enfermedad. Higiene y Epidemiología carece de estadísticas certeras.

No hay forma de probar que los animales callejeros sean los causantes de estos casos. A los capturados no se les hacen prueba. Básicamente están condenados a una muerte preventiva, concluye Bohemia.

"Hay más mito que realidad detrás de la necesidad del sacrificio", dice Valia Rodríguez, científica del Centro de Neurociencias de Cuba, simpatizante de los derechos de los animales, que en muchas ocasiones ha denunciado casos de maltrato en las instituciones de Zoonosis.

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