No sería la primera vez que los gobernantes cubanos retienen o estimulan la circulación de determinado libro en aras de su conveniencia. Hay que recordar lo sucedido, por ejemplo, con Ese sol del mundo moral, de Cintio Vitier. La primera edición de ese texto vio la luz en México en 1975, pero la edición cubana debió esperar 20 años. ¿La razón? Pues que un libro con recurrencias a las raíces católicas de nuestra nación no tenía cabida en la Isla a mediados de los años 70, cuando el ateísmo científico contenido en los manuales soviéticos era el pan nuestro de cada día.
Sin embargo, ya en 1995, tras la admisión de los religiosos en el Partido Comunista (PCC), el libro de Cintio casi se volvió necesario. Comenzó así el maridaje entre el poeta de Orígenes y el aparato cultural del castrismo.
Algo parecido ha sucedido con El pensamiento económico del Che, un libro de la autoría del académico cubano Carlos Tablada. El autor tenía el texto listo para su publicación en 1984, pero no pudo conseguir su objetivo en esa fecha.
Tras una acuciosa investigación de las ideas económicas del guerrillero argentino-cubano, entre otras cosas Tablada justifica el idealismo del "Che" al alertar contra el empleo de las "armas melladas" del capitalismo en la construcción de la sociedad socialista. Semejante punto de vista entraba en contradicción con los postulados del Sistema de Cálculo Económico que todavía se aplicaba en Cuba en 1984, y que de una manera tímida tomaba en cuenta ciertas palancas del mercado, como la ley del valor y las relaciones monetario-mercantiles entre las empresas.
Mas dos años después, en 1986, el panorama comenzaba a cambiar. Fidel Castro decidió alejarse gradualmente de la perestroika gorbachoviana, y empezó por renunciar a los mecanismos de mercado que se aplicaban en la economía cubana en el contexto del denominado Proceso de rectificación de errores y tendencias negativas. Era el momento preciso para retomar las ideas del "Che", y por supuesto para promover la circulación de un libro como el de Carlos Tablada.
Así las cosas, El pensamiento económico del Che obtuvo el premio Casa de las Américas en 1987. Tras lo cual el propio Fidel Castro sería el principal promotor de esa obra. Hizo que Tablada les impartiera conferencias a todos los cuadros y dirigentes del país, incluyendo al generalato de las Fuerzas Armadas (FAR) y el Ministerio del Interior (MININT). Después envió al autor a ofrecer charlas y conversatorios en varias decenas de países.
El texto llegó a convertirse en una especie de ícono para la izquierda internacional. Hasta hoy cuenta con 36 ediciones, de ellas ocho en Cuba. La más reciente edición cubana aconteció en 2017, a raíz de conmemorarse el cincuentenario de la caída del "Che" en Bolivia. Todo indica que cada nueva aparición del libro de Tablada en nuestro país le aporte un filón utilitario a la maquinaria del poder en la Isla.
El pasado sábado 15 de junio tuvo lugar, en el espacio Sábado del Libro que se efectúa en el casco histórico de La Habana Vieja, otra presentación de El pensamiento económico del Che. A ello se agrega que el pensamiento económico guevariano fue objeto de debate en el recién finalizado VIII Congreso de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC).
Esta especie de revitalización de las ideas del "Che" haría pensar a cualquiera que los elementos de línea dura de la nomenclatura, aquellos que intentan restringir al mínimo los espacios del mercado, son los que llevan la voz cantante en la actualización del modelo económico.
Tal vez el equipo de Miguel Díaz-Canel, más allá de una continuidad con respecto a la política raulista, se proyecte incluso como un ente que ralentiza los cambios económicos.