A casi todos los territorios del municipio Centro Habana el agua potable llega en días alternos, atestiguan vecinos de la comunidad Los Sitios. El horario del servicio es irregular y, una vez "que entra", nunca dura más de tres horas, "con suerte cuatro y no siempre con la fuerza suficiente".
No basta tener dos o tres tanques para recolectar agua. Si no tienes un buen motor, "estás embarcado", afirmó Mario Esquivel, padre de dos menores de uno y dos años de edad.
"Los días que debe entrar el agua tienes que montar guardia. Lo mismo la ponen a las 4:00 de la tarde que a las 11:00 de la noche. Ese día no puedes hacer ningún tipo de planes, así sea sábado o domingo", relató Esquivel. Su familia convive con otras 12 en una cuartería que no cuenta con cisterna común.
Cada familia en este solar tiene dos o tres tanques para el acopio del agua potable, y el respectivo motor. Además de peligrar las cubiertas de cada domicilio por el peso de los tanques, la docena de motores dificulta el flujo del agua por la tubería principal. Las discusiones entre los vecinos suben de tono con frecuencia.
"Se acusan unos a otros sin sentido ninguno, porque nadie tiene culpa de que el otro tenga un mejor motor. La culpa es del Estado, que en 60 años no ha sido capaz de resolver el tema del abastecimiento de agua en Centro Habana", sentenció Esquivel.
Arletis y Amed, un matrimonio de jóvenes vecinos de la calle Manrique y padres de una pequeña de año y medio de edad, dicen dedicar "más tiempo a vigilar cuándo entra el agua que a criar a la niña". La edificación donde conviven con otros cuatro núcleos familiares tampoco cuenta con una cisterna.
"Incluso hacer una fiesta requiere planificación: el día anterior no puedes lavar ni limpiar la casa, y tienes que asegurarte que el día festivo sea día de agua, porque de lo contrario te las verás negras", dijo Arletis. Aseguró que no pudo celebrar el Día de las Madres, pues el día anterior no entró el agua potable por interrupciones en el servicio, y la empresa Aguas de La Habana no avisó con antelación a través de los medios de prensa.
Con frecuencia, las empresas estatales de servicio a la población, como Aguas de La Habana, "informan sobre las roturas o las interrupciones días después", provocando oleadas de quejas de afectados, "y cuando ya a la gente se le jodió la vida", apuntó Amed.
Roturas, interrupciones y corrupción
En el edificio ubicado en Consulado #259 entre Ánimas y Virtudes, los vecinos viven en "batalla campal" entre ellos. Desde hace alrededor de tres meses, la zona tiene afectaciones en el servicio de abastecimiento de agua y la cisterna del inmueble apenas se llena hasta la mitad de su capacidad.
Luis Herrera Paz, encargado del funcionamiento del motor, es blanco de acusaciones, aunque al ser preguntados la mayoría de los vecinos afirma que el servicio en los últimos meses es irregular; el agua no entra todos los días.
"Además de a mí, se acusan unos a otros de tener 'ladrones de agua' y, aunque saben que hay un problema general en el municipio con el abasto, no son capaces de quejarse ante el gobierno del municipio", señaló Herrera Paz.
En La Habana Vieja se supone que debe mejorar el abasto de agua potable con la terminación de la conductora de 8,7 kilómetros, una instalación que nace en el consejo popular Palatino y que llegará hasta la intersección de Prado y Malecón. Según la prensa estatal, esa estructura beneficiará a casi 91.000 residentes del municipio y mejorará el suministro en los hoteles de la zona.
Sin embargo, una encuesta entre vecinos arrojó que en muchas zonas el servicio de abastecimiento de agua potable ha empeorado notablemente.
"Muchos saben que el mejor servicio se está desviando para los hoteles, pero nadie es capaz de decirlo en las reuniones. Es más fácil fajarnos y ponernos más obstáculos entre nosotros empeorando las cosas", dijo Herrera Paz, en referencia a que los vecinos de su edificio han decidido comprar motores individuales, lo que dificultará mucho más el acopio de agua potable en cada vivienda.
Respecto a las zonas de Centro Habana y Habana Vieja que aún dependen del abastecimiento de agua potable mediante los camiones cisternas, conocidos como pipas, el panorama también es irregular.
Aunque la empresa Aguas de La Habana admitió que existe déficit en el servicio de pipas por falta de combustible, y en ocasiones por negligencia en los puestos de mando de la zona, no pocos vecinos de estas barriadas alegaron que también existe corrupción.
"Si pagas la pipa enseguida aparece, a cualquier hora y en cualquier lugar, pero los precios subieron de 30 a 50CUC… hay que sobornar a mucha gente por el camino porque 'el dado está malísimo'", aseguraron bajo condición de anonimato dos "piperos" que abastecen "por la izquierda" a restaurantes y hostales privados en La Habana Vieja.
El pasado 30 de abril los vecinos del edificio multifamiliar ubicado en calle Sol #470 realizaron un plantón que logró al menos que el gobierno municipal prometiera restablecer el servicio de abastecimiento de agua potable mediante pipas, interrumpido sin previo aviso durante más de 15 días.
Días más tarde, vecinos de la barriada Las Cañas, en el municipio Cerro, también protestaron públicamente por el mismo motivo.
En un recorrido por las zonas cercanas a los hoteles de La Habana Vieja y Centro Habana, los vecinos aseguraron no tener ningún problema con el abasto de agua potable.