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Sociedad

Ni pan, ni pollo, ni medicamentos: el año arranca 'complejo' en Holguín

Y 'dicen que tampoco hay casi puercos porque no hay pienso', se quejan cubanos residentes en esa provincia.

Holguín

"Este año ha comenzado malísimo. No han sacado pollo todavía, hace más de un mes que está en falta. En la shopping han vendido dos o tres veces, pero por cajas, y los revendedores o la gente con dinero los compra en pocas horas. Es que hasta la carne de puerco en los puntos particulares está perdida, dicen que no hay casi puercos porque no hay pienso", comenta Isabel, una ama de casa frustrada por no encontrar lo que buscaba en el Mercado Ideal de Mayarí, Holguín. "Yo pensaba que esto no se podía poner peor", dice.

La esperanza en que la situación mejorara con el inicio del año se ha desvanecido en Mayarí como en San Germán y otras localidades de la provincia.

La falta de harina para producir pan y la escasez de otros alimentos se ha sumado a la larga crisis de los medicamentos, y no parece que la situación vaya a mejorar, al menos a corto plazo.

"Desde hace por lo menos tres meses hay mayor escasez de alimentos y medicamentos", calcula Manuel.

"El aceite se pierde hasta una semana, pollo no hay y hasta el chícharo está escaso", añade. "Ayer abastecieron los medicamentos en la farmacia y no trajeron ni dipirona. Esto está malo y la gente ya no aguanta más. Si yo estuviera un poco más joven vendía mi casa y me perdía de todo esto. El joven que no se vaya de este país está loco, esto no tiene futuro".

Uno de los problemas más molestos para la población es el déficit de harina de trigo. Desde el último trimestre de 2018 se ha registrado inestabilidad en el abastecimiento de pan normado y la calidad del producto ha empeorado.

"El pan es una cosa horrible, pero no hay otro, hay que comérselo como venga. Ni dulces o pizzas es fácil encontrar. En las cafeterías vendían unos bocaditos a peso, con mortadela o guayaba y uno resolvía para los niños. Pero ya no los sacan, dicen que no hay harina. No sé qué pasa, pero parece que alguien está trabajado mal. Cada día estamos peor", dice Migdalis, bastante acalorada.

Pedro y Katerine viajaron a Mayarí desde a Habana a pasar unos días con la familia.

"Fuimos a tomar helado en la Cremería El Río y no había helado, solo yogur de soya. Decidimos comer pizza en la pizzería Pinares de Mayarí, que está al lado, pero tampoco había pizza. Dijeron que por falta de harina", relata .

"Por suerte hubo espagueti y pudimos comer algo. Pero seguidamente llegó una señora con su hijo y le dijeron que se habían acabado, que fuimos los últimos en alcanzar. La señora se irritó mucho pues apenas era el horario de almuerzo", agregan. "En La Habana también las cosas escasean, pero aquí están peor".

No hay pan y tampoco casabe

Las pizzerías y dulcerías particulares de Mayarí sienten intensamente el peso de esta crisis. Muchas no están trabajando o venden solo de vez en vez.

Los cuentapropistas se abastecen de materia prima en el mercado minorista o el mercado negro, por lo que sus proveedores son inestables y riesgosos. Y en tiempos de escasez, como estos, se convierten en blanco fácil de los inspectores.

En San Germán, incluso el pan distribuido a través del sistema de racionamiento "ha fallado", comentan vecinos.

Un maestro panadero que trabaja en una unidad donde se elabora el pan racionado afirma que cada tres días llega un carro desde la provincia con 12 sacos de harina, cantidad insuficiente —dice— para la producción total del municipio, con una población urbana de alrededor de 30.000 habitantes.

La famosa frase cubana de "a falta de pan, casabe" no se ha concretado, a pesar de que la yuca no ha faltado en los mercados.

"Parece que ya no existen los lugares para producir el casabe que años atrás no faltaba en la mesa del campesino, principalmente en fin de año", lamenta un vecino.

Los panaderos se quejan de que la falta de materia prima para producir les afecta el salario, ya que están vinculados.

Señalan que no es culpa de ellos la escasez de harina que afecta al país.

La Empresa Productora de Alimentos (EPA) cuenta con tres unidades en la zona urbana de San Germán y otra en la rural. La Cadena del Pan cuenta con una unidad para fabricar el que se vende liberado a un precio que oscila entre tres y siete pesos (moneda nacional), según el peso y calidad.

Un ayudante de panadería que pidió no ser identificado, lamentaba la situación por la que atraviesa San Germán y no solo por la ausencia del pan.

"La última feria realizada el pasado 30 de diciembre fue la peor del año, dice. No hubo en las ofertas plátano, una de las viandas más consumidas. Tampoco hubo pepino, y los precios del tomate y el pimiento eran altos, a pesar de encontrarse en plena cosecha".

El panorama no es exclusivo de Holguín, se repite en todo el país en mayor o menor grado.

El propio Gobierno ha dicho que será un año "muy complejo", por la caótica situación financiera que atraviesa Cuba, consecuencia del fracaso económico del modelo estatal-socialista-centralizado.

*Con la colaboración del periodista Elicer Palma Pupo.

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