Los hackers que acechan en los puntos WiFi públicos de Guantánamo han sofisticado sus técnicas de piratería digital, causando verdaderos estragos a quienes hacen esfuerzos para pagar la carísima conexión a internet que monopoliza la estatal ETECSA.
"Ayer me disgusté tanto que hasta la presión me subió. Activé el WiFi de mi teléfono y el Portal Nauta no salía. Sin embargo, decía en inglés que estaba siendo víctima de los hackers", cuenta Liliana, una joven visiblemente encolerizada.
La herramienta que posibilita estas acciones ilegales se llama WiFiSlax y fue creada originalmente para comprobar la seguridad en la red. Paradójicamente, ha acabado sirviendo al robo de contraseñas e información personal.
"Reparten conexión más barata que ETECSA. Se conectan con su cuenta Nauta y, mediante un programa y una antena o router, pueden conectar a varias personas; pero para que la señal sea buena deben cortar el acceso a otra gente que también vaya a usar su propia cuenta y, de paso, si le roban la contraseña, le roban el saldo", revela sobre los hackers un joven que antes se dedicaba a esa actividad y que pidió mantenerse en el anonimato.
Aun cuando ETECSA ofrece servicios de internet a través de datos móviles, por su costo los cubanos prefieren abordar los parques y plazas para conectarse a través de la señal WiFi.
En esos puntos públicos es frecuente encontrar a quienes reparten conexión a 10 pesos por hora, 15 por debajo al precio establecido por el monopolio de la comunicaciones de Cuba.
"Mi papá y mi tía me recargan todos los meses, pero prefiero vender el saldo y recargar la cuenta Nauta, que perder cuatro o cinco CUC de saldo en diez minutos. Estamos hablando también de cuatro o cinco horas de internet", dice Yasmani Ramírez, un joven que se conecta en el Parque Martí, en el centro de la ciudad de Guantánamo.
Casos de afectados por hackers no solo se reportan en Guantánamo, sino que el fenómeno se extiende y, lo que es peor, quienes defienden esta práctica son muchos.
"Gracias a ellos me puedo conectar con más frecuencia porque yo no puedo darme el lujo de pagar un dólar cada vez que quiera comunicarme con mi familia. Ojalá que la conexión de ellos llegara a mi casa para no tener que salir", comenta un cliente asiduo de estos hackers.
La historia es otra para los perjudicados.
"A veces estoy conversando con mi mamá y, de momento, se cae la conexión. Cuando trato de reconectarme es imposible porque sale un letrero que me indica que estoy bajo ataque de hackers. En una ocasión hasta se me reinició el teléfono", comenta Lisnet, una adolescente.
En cuanto a la reacción de las autoridades para impedir estos atropellos, es importante resaltar que, en los inicios de los puntos WiFi en toda Cuba, las fuerzas policiales de Guantánamo detuvieron a un gran número de jóvenes vinculados a esta actividad, a los que les fueron confiscados ordenadores y routers. No obstante, ahora el negocio prospera con total impunidad.
"A nadie le importa eso. Los otros días me puse fatal y llamé a ETECSA para quejarme y la operadora me dejó bien claro que no les preocupa: me respondió que me moviera de lugar", cuenta Frank.
El problema se ha generalizado mientras el Gobierno repite que la Isla "se encuentra inmersa en un proceso de informatización de la sociedad".
En el camino, los internautas se enfrentan a las consecuencias de las vulnerabilidades, por la negligencia del proveedor y la incapacidad de las autoridades de tomar acciones oportunas.