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Economía

Pinar del Río vuelve a sembrar tabaco Virginia para cigarros suaves tras más de 20 años

Pretende abastecer una moderna planta en Mariel propiedad de una empresa mixta cubano-brasileña.

Pinar del Río

El Gobierno cubano retomó la cosecha de tabaco Virginia, abandonada años atrás, para abastecer una moderna fábrica de cigarros que se construye en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, informó la agencia Xinhua.

Unas 50 hectáreas se siembran en el municipio de San Luis, en Pinar del Río, cuna de las mejores hojas para capas.

A corto plazo, se espera sembrar 200 hectáreas en la cosecha 2019-2020 en la localidad de Santa María, una zona donde existió una empresa dedicada al cultivo del Virginia, conocido popularmente como tabaco rubio, el cual desapareció hace más de 20 años.

Los vegueros de la Isla potenciaron el cultivo de variedades como Criollo y Corojo, entre otras, destinadas a la elaboración de los puros habanos y descuidaron la siembra del Virginia, empleada en los cigarros.

El jefe de la actividad tabacalera en esa zona, Virginio Morales, dijo a la prensa que el proyecto se extenderá hasta 1.000 hectáreas en un futuro, repartidas en tres municipios de Pinar del Río.

Sembrada exclusivamente en Vueltabajo, por la calidad de sus suelos y la experiencia de los cosecheros, la variedad se incluye en un proyecto encaminado a garantizar la materia prima indispensable para una moderna fábrica de cigarros suaves que se levanta en el puerto de Mariel.

Los cosecheros cuentan con todas las condiciones garantizadas. Antes de la actual campaña se introdujeron modernas tecnologías para la plantación de la solanácea, que incluye el equipamiento para realizar la siembra de forma mecanizada, diez túneles para producción de posturas y 14 sistemas de riego.

Además, actualmente, se monta una batería de cámaras de cura controlada, que debe estar lista antes de que las plantaciones arriben a la etapa de recolección.

En la cosecha se emplean las variedades San Luis 23 y San Luis 24, obtenidas en la Estación Experimental del Tabaco de San Juan y Martínez, con un alto potencial de rendimiento de sus hojas y la capacidad para producir entre dos y tres toneladas por hectárea, según la tecnología aplicada.

Ambas variedades se desarrollaron en la Isla en cooperación con Brasil y tienen unas 30 hojas más que otras, además de una alta resistencia a las plagas y un estimado productivo de 2,5 toneladas de cigarros por hectárea.

La fábrica que se construye en Mariel desde finales de 2016 es propiedad de BrasCuba, una empresa mixta entre la compañía brasileña Souza Cruz, filial de la British American Tobacco, y el estatal Grupo Empresarial de Tabaco de Cuba, Tabacuba.

En la actualidad, la empresa comercializa unos 4.000 millones de cigarros cada año, pero la nueva planta tendrá una capacidad anual de producción de 8.000 millones en una fase inicial, con la perspectiva de llegar hasta 15.000 millones, de los cuales el 20% se destinarán a exportación y el resto al mercado cubano.

Con una inversión de unos 100 millones de dólares, la planta ocupará 10,9 hectáreas e incluye instalaciones y amplias áreas exteriores y jardines, en las que trabajarán unas 600 personas.

En Cuba, la siembra del tabaco tipo Virginia data de la década de 1930, en la llanura de Pinar del Río, y desde entonces sus hojas, mezcladas con la variedad Burley, se emplean en la elaboración de los cigarros suaves.

Esa variedad debe su nombre al inglés Sir Walter Raleigh (1552-1618), quien a fines del siglo XVI dio el nombre de Virginia al vasto territorio que había descubierto en los actuales EEUU, presuntamente en homenaje a la Reina Isabel I de Inglaterra, conocida también como "la reina virgen".

Pinar del Río es responsable de más del 67% de la producción tabacalera nacional, que complementa Sancti Spíritus, en el centro, con el aporte del 15%. El resto de un 18% corre a cargo de pequeñas áreas distribuidas a lo largo de la Isla.

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