Autoridades de la estatal Federación de Asociaciones Culinarias de la República de Cuba (FACRC) dijeron este miércoles que están realizando "una ofensiva de la gastronomía insular" enfocada al turismo y los visitantes extranjeros, según dio a conocer la agencia oficial Prensa Latina.
El presidente de la FACRC, Eddy Fernández, dijo que su organización cuenta con 70.000 especialistas afiliados con representación en todas las provincias y que este año prevé un amplio programa internacional con la presencia de la culinaria cubana.
Entre los eventos más importantes de 2018 que prevé la FACRC están los concursos de cocineros jóvenes y de profesionales el próximo 26 de abril.
Asimismo, recordó la amplia labor editorial que están haciendo con la gastronomía cubana: hasta ahora han publicado 36 libros sobre el tema.
Las autoridades culinarias cubanas quieren declarar a la cocina cubana como Patrimonio inmaterial de la Isla, y fomentar un Museo de Artes Culinarias en La Habana Vieja.
Delegados de la FACRC, además, participarán en Malasia, del 11 al 14 de julio, en el evento mundial de cocina a donde llevaran la gastronomía cubana.
La cocina cubana ha sido destruida por la escasez y la crisis permanente con los alimentos desde hace décadas.
El pasado año la estatal FACRC divulgó en un comunicado una lista de 26 platos tradicionales de la cocina cubana más consumidos en la Isla.
El ajiaco a la criolla, frijoles negros, tamal en cazuela, y en hojas, frituras de maíz y de malanga, sándwich cubano, moros y cristianos, congrí oriental, yuca con mojo, casabe, plátanos tostones, arroz con pollo y aporreado de pescado, entre otros, aparecían en esta.
El informe, que no precisaba en qué momentos ni dónde más se consumían, destacó que todas estas preparaciones integran la cocina tradicional, "han pasado de generación en generación y han estado presentes de una u otra forma en la mesa cubana, incluso pese a dificultades económicas".
Hoy día parte de estos platos son prohibitivos para el bolsillo del común de los cubanos. El día a día de la alimentación de las familias es una lucha perenne, sobre todo ante la escasez generalizada y la inestabilidad en el mercado de los ingredientes más básicos. Las recetas más elementales y económicas son imposibles de lograr muchas veces.
Donde sí han reconquistado espacio es en las paladares y negocios de restauración que llevan adelante trabajadores privados. Tampoco están exentos de las dificultades que entraña el suministro estable.
En los últimos años ha sido la emigración la protagonista en la divulgación del legado culinario cubano. Fuera de las fronteras nacionales, los cubanos han emprendido negocios en los que estas recetas tradicionales se conjugan con los productos locales.