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Medioambiente

Activistas alertan de que las Petrocasas son 'una opción contaminante'

El material con que se construyen es además cancerígeno, escriben desde el blog especializado 'El Guardabosques'.

La Habana

El blog independiente El Guardabosques, especializado en temas ambientales y de ecología, alertó que las casas de PVC que el Gobierno ha decidido levantar con la ayuda de Venezuela son "una opción contaminante" que además atenta contra la salud humana.

"Ya no basta con las tejas comunes de asbesto-cemento que se usan en Cuba, cuyo contenido de amianto ha sido suficiente para prohibirlas en toda la Unión Europea hace más de diez años. Ahora, además, pretenden construir en la Isla una planta productora de casas de policloruro de vinilo", señala en un reciente artículo.

Recuerda que el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU ha determinado que el cloruro de vinilo es una sustancia reconocida como carcinogénica en seres humanos. A esa misma conclusión —añade— llegaron la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer y la Agencia de Protección del Medio Ambiente de ese país.

La Comisión Europea reconoce que la mayoría de los compuestos de plomo y cadmio, incluidos los utilizados en el PVC, son tóxicos, nocivos, peligrosos para el medio ambiente, y presentan un riesgo de efectos acumulativos.

Menciona criterios de ambientalistas venezolanos que cita "la rigidez del diseño y las condiciones de habitabilidad de las casas (de PVC) no son las únicas preocupaciones en Venezuela".

Según María Eugenia Gil, activista ecológica e integrante de Agua Clara, el proceso de producción de PVC emite dioxinas y furanos, sustancias altamente dañinas.

Además, para "lograr la consistencia adecuada, se le agregan metales pesados y químicos con dosis de fatalatos, cuya toxicidad ha sido establecida como Contaminante Orgánico Persistente, prohibidos por el Convenio de Estocolmo por alterar la química celular, ser cancerígenos y disruptores del sistema endocrino, cardiovascular, nervioso e inmunológico".

Una idea ya traída a la Isla por el difunto Chávez

De acuerdo con Guardabosques, la ideas de estas casas no es algo nuevo en la Isla. Algunas de estas viviendas, donadas por Chávez, "en menos de seis meses comenzaron a sufrir filtraciones, ventanas caídas, rajaduras en el piso, cortocircuitos, salideros en las tuberías, y humedad generalizada".

"El problema ahora es que pretenden colocar sus fábricas en nuestro territorio, con obreros cubanos, lo que conlleva a nuevos y más severos impactos ambientales", alerta.

La mayor parte del cloruro de vinilo que entra al ambiente proviene de plantas como las de Petrocasas. Usan o manufacturan esa sustancia proveniente del petróleo y la liberan al aire o a aguas residuales. El medio recuerda que el cloruro de vinilo ha entrado al ambiente desde sitios de desechos peligrosos como consecuencia de la disposición inapropiada, o al filtrarse de tanques o derrames.

Cita un reciente trabajo de Periodismo de Barrio sobre cómo las industrias cubanas violan impunemente regulaciones nacionales e internacionales que limitan los vertimientos de sustancias tóxicas al medio ambiente.

Cuestiona lo que pueda suceder, con tales precedentes, "con los residuos de la planta de casas de petróleo venezolano".

Guardabosques cita experiencias en el tema de organizaciones de derechos humanos en Venezuela, fuentes europeas y denuncias de Greenpeace.

Daños a la salud

El medio destaca un resumen de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades que alerta del peligro a que se exponen quienes manejan el PVC.

"La exposición en el trabajo ocurre principalmente a través de la inhalación de aire que contiene cloruro de vinilo; sin embargo, los trabajadores también se exponen a través de contacto de la piel y los ojos", precisa.

"Respirar niveles altos de cloruro de vinilo puede conducir a mareos o somnolencia. Concentraciones aún más altas (25.000 ppm) pueden conducir a la pérdida del conocimiento, e incluso la muerte.  Derramar cloruro de vinilo líquido sobre la piel adormecerá la piel y producirá enrojecimiento y ampollas", enumera.

"(…) La falta de transparencia e información, los intereses económicos de ciertas élites, y las alianzas políticas, usarán a los cubanos más vulnerables (aquellos que, por supuesto, no solo no negarán el uso de las Petrocasas, sino que las agradecerán como un regalo de Dios y/o la Revolución) para avanzar en sus agendas populistas", sostiene.

"El pasado 10 de octubre, en Gibara, el primer vicepresidente Miguel Díaz Canel afirmó que  'está demostrado que las petrocasas son buenas'. Sin embargo, su mansión custodiada en Siboney (y a la que nos fue imposible tomarle fotos) no es de PVC", puntualiza el autor del artículo.

"Las Petrocasas, junto con la absurda propaganda de que son resistentes a huracanes, servirán, de paso, para desestimular y hasta anular otras posibles soluciones de menor impacto ambiental en la concepción, diseño, y construcción de viviendas y asentamientos humanos", añade.

"Al parecer, los estándares sobre protección a los individuos que se aplican en Europa, EEUU, y Siboney en La Habana, no son igualmente aplicables a las personas damnificadas de una Isla subdesarrollada en el Caribe", concluye.

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