Carlos Lage
Resucitar en un año de tantos desaparecidos no puede calificarse de otro modo que de manejar contra el tráfico. 2021 fue un año para volver a oír a Lage y asomarnos a cómo fue la grabación de Let it be por The Beatles. Emocionante fue ver a esos cuatro escarabajos peloteros de Liverpool empujando y haciendo rodar su pelota en el documental de Peter Jackson. Indescriptible fue escuchar el audio divulgado por la familia Lage donde el ex vicepresidente Carlos volvía de la muerte para retomar su interrumpida baba.
Lage se oyó clarito y tan presentizado que, por momentos, pareció que volvía a trabajar bajo las órdenes directas del comandante en jefe. Regresaba de la muerte para afirmar que la revolución sí y el socialismo también. Añoraba a su jefe, añoraba las mieles del poder.
Se escuchó su voz viva y a un edecán tocó avisarle a Raúl Castro que Lage pedía pista.
"¿Lage?", preguntó extrañado el general, sin apartar la vista de su flamante diploma de Premio Nacional de Historia. "Dile que no. Avísame únicamente si vuelve Urrutia".
Y, para sí mismo, dijo el general con un suspiro: "¡Ay, qué Revolución esta, que está triunfando cada día!"
Rafael Serrano
Por uno que regresa de la muerte, otro que se encamina a ella. La última emisión del Noticiero de Televisión con participación de su conductor Rafael Serrano fue un cambio de guardia del Palacio de Buckingham. Serrano y su bigote se levantaron del asiento, levántose la compañera Agnes Becerra, y aproxímose por la retaguardia el sustituto de Serrano, compañero Ray Gómez, quien atendió a la despedida con marcial apostura.
Agnes Becerra no sabía si era conveniente llorar y, por si las moscas, embarajó ajustándose los espejuelos.
"Sobre él los enemigos de Cuba han tejido decenas de campañas de desprestigio", dijo ella.
Aludía a las campañas de desprestigio de tarjetas de crédito que Serrano se pega apenas desembarca en Miami bajo pretexto de visitas familiares. Escondida la boca detrás de la penca de guano de su bigote, Serrano era capaz de denunciar en La Habana el criminal bloqueo imperialista yanqui y, nada más bajarse del camello en Miami, asaltar heroicamente la primera tienda que encontrara.
En su despedida de la televisión, la boca after la penca pronunció no sé qué cosa acerca del último aliento. Aquello parecía Tele Asma.
Indecisa entre llorar o no, la compañera Becerra volvió a toquetearse los espejuelos. Adiós, comunicados oficiales leídos con el rotundo engolamiento de Rafael Serrano. Adiós al locutor con un bigote de falso general mambí.
Mirando a su sustituto, el compañero Ray, Serrano expresó: "Dejo mi asiento bien seguro".
Esa misma noche, en la última emisión, tuvieron que llamar a los carpinteros.
Pañuelos rojos
Mira que luego de inventar la pañoleta pioneril, bajarse con eso de los pañuelos rojos… El Juraguá de la propaganda ya no pone una. Están tan anquilosados que, donde antes contaban con pioneros pululantes, tienen ahora que sentarse a reposar y convocan sentadas. Andan tan faltos de iniciativa propia que no pueden decidir por sí mismos las fechas de sus sentadas y dejan que sean los opositores quienes escojan las fechas.
El dolor en los huesos les dificulta las sentadas y convocan acampadas entonces. Casas de campaña rodeando al monumento de Martí con tal de horizontalizarse al primer ataque de lumbalgia.
Andan provistos de tan confusa mitología que sus acampadas se confunden con fiestas de piyama. O cargan hasta el malecón habanero una reproducción del yate "Granma" hecha por Kcho y, en lugar de hacerlo desembarcar, lo botan, como si también el barquichuelo ese se largara al exilio.
Mira que luego de inventar las flores a Camilo, bajarse con eso…
Gerardo Hernández
Resulta congruente que el miembro de una red de espionaje denominada Avispa termine repartiendo regaderas por los huertos urbanos. Gerardo Hernández no se aparta así de su destino jardinero.
Son de acero inoxidable. No los héroes, sino las regaderas. De diez litros de capacidad. "Cultiva tu pedacito", bautizaron la campaña de siembra por las casas y hay cederistas tan emocionados por el súbito regalo que les hace Gerardo que no atinan a sostener las regaderas. Los emociona un presente de tal envergadura cuando lo que regalan a los campeones deportivos del país es un módulo de artículos de aseo.
Y sin dudas una regadera de acero inoxidable es mejor trofeo que un tubo de pasta y dos jabones. La regadera de acero inoxidable da para hacerse fotos alzándola como una copa de fútbol y, con su capacidad de diez litros, sirve para almacenar agua. ¡La revolución está hecha de pedacitos cultivados!
Alpidio Alonso
Al ministro de Cultura Alpidio Alonso le arrebata hacerse selfis. Le gusta tanto hacerse selfis que sus colegas lo apodan —a espaldas suyas— Alpidio Kardashian. Teléfono que Alpidio Kardashian ve, teléfono del cual se apodera en arrebatamiento sélfico.
Debió de ser ese rasgo suyo el que lo condujo a abalanzarse sobre un periodista de DIARIO DE CUBA, Mauricio Mendoza Navarro, para hacerse un selfi con el celular que dicho periodista portaba.
Mendoza Navarro se encontraba apostado junto a otros jóvenes a la entrada de la sede ministerial donde Alpidio Alonso tiene buró, baño privado y perro aire acondicionado. Tal como aseguró a posteriori el viceministro de Cultura Fernando Rojas, esos jóvenes constituían "un grupo muy pequeño y muy provocador". Tan provocadores eran que no alcanzaron a percibir como un gesto de coquetería Kardashian que el ministro se acercara y les arrebatara un celular.
¡Armaron un escándalo por eso! ¡Fueron tan desfachatados que intentaron convencer a la opinión pública internacional de que ese dizque periodista había recibido un manotazo de parte del ministro! ¡Ingratos! ¡Malagradecidos! Se les acerca alguien de la famosísima familia Kardashian, procura regalarles un selfi, y ellos se ponen a contarlo como si fuera un vulgar episodio de violencia.
Fernando Rojas
Desde que Tania Bruguera quiere quitarle el puesto a alguien, la cosa peligra dentro del Ministerio de Cultura.
Como no tiene obra ni ganas de hacerla, Tania Bruguera se propone trabajar en el Ministerio de Cultura. Y Fernando Rojas anda ojo avizor por escaleras y pasillos. Fernando anda con la guardia en alto.
Lo avisó en un tuit: "Tania Bruguera está ansiosa por un cargo en el MINCULT".
Ni el licenciado José Rubiera habría pronosticado más certeramente el cono de trayectoria del huracán Tania, de categoría cinco en la escala Saffir-Simpson. Por eso hay que cuidarse tanto de la gente que se para fuera del Ministerio de Cultura. Por eso el viceministro Rojas salió varias veces a conversar con los jóvenes allí apostados. Para averiguar si Tania Bruguera se agazapaba entre ellos.
El viceministro Rojas, valiente retador de parques y jardines, tiene miedo. En su carrera ha pasado por muchas cosas, ha tenido que aguantar malos tragos sin llegar a ministro. El actual ministro fue alguna vez subordinado suyo. El anterior ministro fue nombrado cuando era él, Fernando, quien tenía que haber sido nombrado. Y el anterior al anterior… El colmo sería que ahora Tania Bruguera viniera a quitarle el puesto de viceministro en el cual él está resignado a jubilarse.
Si antes no cae heroicamente en una batalla de parque.
Edmundo García
¡Cómo se puso Edmundo García porque quieren más a otro que a él allá en La Habana! ¡Rabió más que Pedro de la Hoz con los dos Grammy de "Patria y Vida! Que fuera otro y no él, el que subiera al escenario a recoger el premio, eso no se lo iba a perdonar a ninguna autoridad cubana. Así que metió directa. Y en la directa, saoco. Y de masticar, coquito con mortadella.
"¿Hasta dónde quieren llevarme en ese país?", encaró a la cámara.
¡Todo el mundo iba a saber quién era el agente Gran Escena!
"¿Qué hice?", calentó motores, "¿Cuál es mi culpa? ¿Quién cojones está dirigiendo en ese país? ¿Dónde está Fidel?"
¡Qué pregunta esta última! Edmundo García no sabría dónde estaba Fidel, pero qué bien se le daba lo de montar el espíritu de Chibás. E imbuido de ese espíritu, amenazó con matarse. Pero, ¿por qué, tú? Ah, porque Raúl Castro recibía a "cuerpo de rey" a un castrista del exilio que no era él, un tal Carlos Lazo. Cuestión de celos. Raúl quería a otro más que a él, ponía a otro en su boca una buena cucharada de mieles del poder.
Recibir al tal Lazo (ninguna relación con Esteban) iba a "caotizar esta emigración", aventuró Edmundo. Y acerca de esa emigración en cuyo nombre hablaba, diagnosticó: "Jamás va a haber unidad". La búsqueda de tal unidad ha sido, al parecer, la misión del agente Gran Escena en Miami. Claribel que hay misión cuando, en otro momento de su directa, Edmundo lamentó: "Jamás hubiera venido aquí si no se me hubieran explicado muchas veces la necesidad".
De modo que el agente Gran Escena se veía postergado, engañado, abandonado en Miami, en tanto el avispado Gerardo Hernández repartía regaderas por todos los barrios y en La Habana recibían a cuerpo de rey al tal Carlos Lazo.
Edmundo's directa se hizo más directa todavía cuando se dirigió directamente a quien le estaba escondiendo a Fidel. "Si usted personalmente, presidente Díaz-Canel, si usted no me restituye, me voy a poner una pistola en la cabeza y delante de todo el mundo… Usted es responsable, usted y el Gobierno han permitido esta situación", amenazó.
Quedan muy pocas horas del año y, si Edmundo no se apura, será para el que viene. ¡Alquilad balcones de antemano! "Despecho amoroso", notificará el forense. Y, puesto que un ejemplo radial como el de Chibás no va a servirle, que pregunte Edmundo en Sarasota, allá en Florida, por Christine Chubbuck. Viejos televidentes de la zona le podrán contar cómo, un día de julio de 1974, la presentadora televisiva Christine Chubbuck se voló en directo la tapa de los sesos y fue el primer suicidio en directo del mundo.
El caso es que cuando uno pregunta a Alexa (o a su prima Siri) dónde está Fidel, Google Maps conduce a rincones sumamente tenebrosos.
Arleen Rodríguez
"No se asusten cuando haya actos de repudio", avisó. "Chapeando bajito", se llama su programa en la radio, y en la televisión conduce la "Mesa Redonda". Arleen Rodríguez viaja al extranjero en el séquito de Miguel Díaz-Canel y se encarga de suspirar largamente cuando no ve a su presidente en la primera plana de los grandes periódicos. En 2018, de visita en Nueva York, no apareció Díaz-Canel en The New York Times y The Wall Street Journal y ella sospechó del caso. "¿Los mandaron a callar?", preguntó en un artículo publicado en Cubadebate.
Arleen Rodríguez, que entiende la existencia de los actos de repudio en Cuba ("El pueblo también se cansa y la gente tiene derecho a defender", es su teoría), no entiende que las visitas de un presidente como Díaz-Canel no despierten el interés de las mejores cabeceras periodísticas del mundo.
Arleen tiene una cachaza de vaca guantanamera (nada contra los guantanameros, ella es oriunda de Guantánamo, y que me perdonen las vacas) y, en su lógica de rumiante, el pueblo cubano recurre espontáneamente a los actos de repudio y la indiferencia de la prensa internacional por Díaz-Canel está muy lejos de ser espontánea.
Eso es lo que da chapear bajito una mesa redonda. Que no se asuste ella si, de continuar con esos actos de repudio, empiezan a escasearle los viajes en séquito. La cosa se le pondrá tan fea que no será cuestión de salir o no en los periódicos, sino de salir del país. Y ella sabe bien que, por mucho que la toquen con jabitas sus jefes, la pacotilla endémica es flor mustia comparada con la fresca y variada y suculenta que se abre primaveralmente por esos mundos de Dios.
Versículo del Apocalipsis según San Shopping: "Porque quien alce el brazo en violencia contra uno de sus hermanos, terminará perdiendo su Rolex de imitación".
Miguel Díaz-Canel
En toda la historia cubana no ha existido un mandatario más bailón. Fidel bailaba tanto como un paredón de fusilamiento. Y, aunque su hermanito menor sí que baila, casi siempre que lo hace está borracho e impresentable. En cambio, Díaz-Canel tiene a su cucusita casinera, Lis Cuesta, a la que dio vueltas de lo lindo en fiesta neoyorquina que quedó filmada. Fue hace tres años, cerquitica de Broadway, y The New York Times y The Wall Street Journal recibieron órdenes de no hacerle publicidad a tan jaranero presidente.
¿Conoce usted, lector/lectora/lectore/…/lectoru, esa sensación de vacío en el estómago cuando, por una u otra razón, tumban la música y la pierna lanzada ya queda pedaleando en el aire? Pues con esa sensación vive desde hace meses el bailón Díaz-Canel.
En aquel año de su guaracheo en Nueva York, 2018, él y su primera dama bailaron en un concierto habanero de Laura Pausini y Gente de Zona. ¿Y qué pasó después? ¿Qué se hizo de Gente de Zona?
Hace poco más de un año, en febrero de 2020, la platea del teatro Karl Marx (antiguo Blanquita) fue testigo de su presidencial gozadera con la música de Descemer Bueno. ¿Y qué pasó después con Descemer Bueno?
¿Qué les queda a él y a Lis Kennedy para bailar? ¿Laura Pausini?
Al compañero presidente se le acabó la música. Facháronle los bafles y vendieron la pizarra del sonido da en Revolico. Tan desmejorado encontró a Díaz-Canel su homólogo uruguayo en un encuentro, que procuró animarlo cantándole una de las dos canciones cubanas conocidas por él (descartó "La Guantanamera", por hablar de la muerte). Era esa misma canción que Barack Obama reconociera haber cantado en la ducha a lo largo del año. La que los Grammy Latinos premiaron dos veces. Y, sin embargo, su amargura de bailador interrumpido hizo que Díaz-Canel le reprochara al uruguayo Lacalle su mal gusto musical.
Fue entonces que montones de cubanos, en diversas ciudades y pueblos, salieron a defender el buen nombre de aquella canción, coreando su estribillo y portando carteles con su título, a la par que otros carteles apuntaban a la crítica musical hecha por el presidente cubano y rezaban: "Díaz-Canel singao".
Lacalle se lo confirmoooó…
Y se formó la gozadeeera…
La calle se lo regalooooó…
Y se formó la gozadeeera…
Raúl Torres
"Mátalos con uno de tus temas", fue la orden recibida. Estaba obligado a componer un tema musical que derrotara a "Patria y Vida". Torres, eximio cultivador de la trovatiñosa, se propuso organizar sus desafinaciones en una canción que el enemigo no pudiera escuchar. Una canción que únicamente pudieran cantar los verdaderos revolucionarios.
Para el título no se lo pensó dos veces. Cogió el de la canción a derrotar y le pegó una curva: "Patria o Muerte por la Vida". Porque en esa curva agregada se desbarrancaría el enemigo.
"Esto es tremenda mierda", dictaminó su tocayo general, a quien le mostraron el demo.
Jefes de menor rango lo habían escuchado ya y su veredicto, sincero aunque reservado, era que no existía quien se sonara aquello. El general preguntó por Silvio y no supieron decirle. Preguntó por Los Van Van, y tampoco. Pero fue notificado de que contaban ya con músicos del Ballet Folclórico de Camagüey que iban a ponerla buena no, muy buena.
Llegó de provincias la dichosa canción, se la llevaron a Raúl (Castro, no Torres) y el general, que le daba al trago mientras contemplaba su diploma de Premio Nacional de Historia, preguntó qué título le habían puesto.
"Convicción."
El general asintió como si fuera a gustarle, se la hicieron a escuchar, y se empezó a cagar en progenitoras varias. ¿Dónde es que estaba metida Haila Mompié? Nada podían decirle. ¿Y Carlos Puebla? Carlos Puebla, le aclararon, llevaba varias décadas muerto.
"General, pero tenemos a Cándido Fabré."
"Ah, esa cotorra…"
Al parecer, no sentía mucha simpatía por Fabré, y tuvieron que informarle que Cándido Fabré no tenía voz ninguna, pero era echaopalante.
"Qué mierdanga", dictaminó el general al oír lo que Fabré mandara. Preguntó a sus ayudantes qué coño estaba pasando en Cuba que los verdaderos músicos del país no eran capaces de componer un convincente tema patriótico.
Tenían ante ellos un problema irresoluble y, siempre que tropezaban con lo irresoluble la consigna era reprimir. Así que terminaron apostando por un video en el que tres policías les salían al paso a "Patria y Vida" cantando reguetón.
Resumiendo: temas de Raúl Torres, Ballet Folclórico de Camagüey, Cándido Fabre y tres policías reguetoneros. Sumado todo aquello, el resultado no ganaba ni el Adolfo Guzmán. Raúl (no Torres, Castro) entró en furioso modo búsqueda. Se puso a echar abajo anaqueles y archivos. Buscó algo que ni él mismo parecía saber qué era y que no encontró. Y el no encontrar aquello lo hizo llorar.
El general se puso a llorar delante de su diploma de Premio Nacional de Historia.
"Yo tenía por aquí un casete", se le escuchó entre jipíos.
Se volvió hacia sus asistentes y los miró como si hubiesen sido ellos los compositores y cantantes de "Patria y Vida". Los miró fulminantemente, con silencioso odio. Preguntó a gritos si alguno de ellos, ineptos como eran, sabían dónde Vilma había metido el casete de la "Marcha del Pueblo Combatiente" que a él tan buenos recuerdos le traía.
Fernando Bécquer
Ahí va el Movimiento de la Nueva Trova tocando fondo. Para hacerse idea del personaje, agárrese una foto de Sara González y sobrepóngase a una de Noel Nicola. Lo que arroja tal montaje es Fernando Bécquer. Eso, en cuanto a lo físico. De su talento musical, por poco talento que desee adjudicársele a González y Nicola, ya quisiera Bécquer por un día de fiesta… Sin embargo, peor que su jeta y sus canciones es su catadura moral. Fernando Bécquer demuestra que hay cosas peores que un revolucionario: un trovador revolucionario. Y cosas peores que un trovador revolucionario: un trovador revolucionario con múltiples denuncias por abuso sexual.
Nada más saltar las primeras denuncias contra él, el también trovador Raúl Torres lo invitó a su peña. Cualquier zoólogo aficionado lo explicaría por amor a la carroña.
Humberto López
Otro trovador al que sus congéneres ven en peligro y se apuran a premiar. Humberto López, vocero televisivo, tuvo un rifirrafe con una opositora, lo escondieron por varios días, y terminaron por volver a sacarlo en televisión y hacerlo miembro del Comité Central.
La Unión de Periodistas de Cuba le otorgó el Premio de la Dignidad.
Gerardo Hernández le regaló, no una regadera, sino el Premio del Barrio. La Unión de Juristas Cubanos lo premió con la réplica del machete martiano.
"¿Y esto es todo?", se preguntó él.
Y con razón. Porque del Comité Central te sacan igual que te entran. Porque el Comité Central puede venirse abajo el día menos pensado, que está hecho de viga y losa, y la viga y losa filtra mucho. Y porque los premios son nada y la réplica de un machete no iba a servirle como medio de defensa. Ni aunque fuera propiamente el machete si, al fin y al cabo, ¿de qué le había servido a su dueño?
Todos esos lauros otorgados a Humberto eran para no ceder ante el enemigo, no para protegerlo. Y cuando alguien se compromete tanto como él se compromete, requiere inmunidad a los cambios. Inmunidad verdadera, de la buena. Inmunidad que solo da… Claro que se dijo que lo habían sorprendido saliendo de casa de una amante, pero él era un hombre serio y un marido ejemplar. Y, contando con esa seriedad ejemplar, contando también con su dignidad de premio, su membresía de Comité Central y su machetico, ¿no le quedaría al compañero general Raúl Castro una hija casadera que pudiera ofrecerle en matrimonio para así entrar él en la famiglia?
Agente Fernando
Carlos Leonardo Vázquez González, de nombre civil. Agente Fernando para sus íntimos. Doctor en Oncología por hobby, porque hay que entretenerse en algo luego de tanto trabajo.
¿Tanto trabajo? Sentaron al saco de papas este delante de las cámaras de televisión, le dieron cuerda para que hablara y la verdad es que si el Juraguá propagandístico anda tan jodido que únicamente pare pañuelos rojos y no puja una canción, tampoco la chivatancia es lo que solía ser en Cuba.
Gerardo Hernández, chivato en MLC, le armó un motivito al agente Fernando en la cuadra donde vive. Allí estuvo también Humberto López. A Carlos Leonardo Vázquez González, en vida anterior Fernando, le fue otorgado un pendón con la imagen del comandante en jefe que puede servirle de cortina de baño ahora que van a olvidarse de él.
"Pero no tiene que ser una hija suya", se le escuchó decirle a Humberto López.
Los dos hablaban en un rincón acerca del futuro y las precauciones a tomar para el futuro. Carlos Leonardo Vázquez González agregó que tampoco tendría que ser mujer, que a él le daba lo mismo la edad y el sexo. Le bastaría con cualquier pariente del general que padeciera cáncer. Y si no había plaza de doctor, entonces de enfermera, porque él estaba dispuesto a embutirse en un traje de enfermera.
"Deja ver qué puedo hacer por ti", le prometió Humberto.
Israel Rojas
"¡A los únicos que no quiero metidos en esto son a esos dos de Buena Fe!", ordenó el general Raúl Castro cuando se disponían a buscar canción que acabara con "Patria y Vida".
"¡No los quiero ni por los alrededores!", dejó claro.
No es que aquellos dos tipos le cayeran mal. El que cantaba tenía un aire de guardia de prisión que a él lo enternecía. Veía a Buena Fe en una pantalla y si echaba mano al remoto, no era para apagarla o cambiar de canal, sino por darle mute. Así, sin sonido, le simpatizaban ese guarda de prisión y el cachanchán con guitarra que lo acompañaba. Ahora bien, si lo ponían a escoger, él prefería que le dieran, no dos, sino todos los Grammy del mundo a esos de "Patria y Vida", antes que contribuir con una orden suya a la creación de una canción más del dúo aquel.
"Y me da igual si quedo como un anormal", dispuso.
Raúl Castro
Norte de Holguín. Camiones militares cargados de buenos víveres y buenas pertenencias viajan hasta la costa. Jóvenes militares trasvasan la carga de los camiones a unas lanchas. Desembarco de esas lanchas en Cayo Saetía, residencia de vacaciones del general Raúl Castro, que examina la operación en primera fila de playa.
"¿Trajimos mi salvavidas?"
"Sí, mi general."
"El rojo."
"Su salvavidas rojo, mi general."
"¡Y al final no apareció el casete de la 'Marcha del Pueblo Combatiente'!"
"No, mi general. Lamentablemente…"
"¿Le preguntaste a Mariela?"
"Sí, mi general, y no sabe nada."
"No sabe nada... No sabe nada... ¿Dónde carajo habrá metido Vilma ese casete?"
"Daremos con él sin falta, mi general."
"¿Y el diploma del Premio Nacional de Historia? ¿Trajimos mi diploma?"
"Lo tiene usted debajo del brazo, mi general."
"Ah, sí, claro que sí."
El diploma otorgado por la Unión de Historiadores de Cuba parecía, en la luz de Cayo Saetía, más merecido que nunca.
"Quién me lo iba a decir… ¡Ser Premio Nacional de Historia!"
"Es que usted es historia, mi general."
"Sí, sí, pero no es lo mismo… Deja ver cómo te lo explico… Pásame la caneca. Bien…"
Janazo de caneca por parte del general y un extenso silencio para ordenar sus ideas.
"La cuestión es que no es lo mismo ser historia que ser historiador, ¿entiendes? La cuestión es que con este diploma, yo paso de ser historia a ser historiador."
"Sin dejar de ser historia por ello, mi general. Tenga…"
Janazo de caneca. Bueno, bueno, su hija Mariela, que no sabía dónde estaba el casete que él estaba buscando, trabajaba en conflictos de identidad más graves que esa bisexualidad suya de ser historia e historiador. Y, aliviado al pensar en casos mucho peores que el suyo, al general se le llenaron los ojos de lágrimas.
"¡Me habría gustado tanto que mi hermano me viera con este diploma!"
"Lo comprendo, mi general."
"¡M hermano Fidel habría estado tan orgulloso de mí!"
"Seguro, mi general. Tenga."
Janazo de caneca. Y en Cayo Saetía no eran ni las diez de la mañana...
¡Solavaya, solavaya!
Y se fue el año, gente.
En lo personal reconozco que hay cosas que o se han hecho bien. Pero en honor a la verdad y la justicia debieran tomar nota de lo siguiente: Y no van a decir nada de las 2 Soberanas ni de Abdala? Tampoco del cacareado 15 N, que terminó con su promotor de vacaciones en Madrid? Ni del férreo bloqueo que quieren mostrar como "interno" sin ver qué es una atroz persecución de los EEUU? NI del derrumbe del edificio en Miami con decenas de muertos y gritan por uno en La Habana, con un lamentable fallecido? Y no merece los famosos "influencers" que promueven el odio y la violencia dentro de Cuba y que todo lo de la Isla lo bandalizan y persiguen como hacen con los artistas que son afines al gobierno? Y sin comentar los 110 años al cubano por un accidente de tránsito en esa "justicia"? NO SOLO QUIEREN DESPRESTIGIAR A LAS PERSONAS QUE TIENEN MAYOR VISIBILIDAD AGREDIENDO SU MORAL CON TOTAL DESFACHATEZ QUE NADA TIENEVQUE VER CON LA VERDAD Y LO PERIODÍSTICO. ES ESCANDALOSO LL QUE ddc HACE!
Jaáaaaaaaaaaa
Felicidades al autor del artículo. Aprovecho para felicitar a todo el personal de DDC y a sus "opinadores", que el nuevo año les traiga a todos al menos salud, que es lo más importante, y si puede ser algo más, pues mejor.
¡Feliz año nuevo a todos y cada uno!
Eres ccomo una mosca más. "Millones de moscas no pueden estar equivocadas, hágalo ud. también, coma mierda"!
Excelente! Feliz año nuevo a todos.
Qué cómico Kreutz... con eso de la muchachita, digo.
El comeclaria poniendo su toque de humor. Siempre espero sus artículos con emoción. Esta muchachita sabe escribir muy bien y tiene un gran sentido de lo satírico y lo cultural. Un abrazo
Hace varios años el compañero moderador de DDC me rastrilló con razón por alguna observación que hice de otro texto parecido del autor. El Moderador escribió algo así: “Vea el título de esta sección: HUMOR.” Yo no lo había visto y desde luego, tampoco me había percatado de que el texto era humorístico. Tremenda pena que pasé. Ya hoy estoy advertido. No me rio, pero no critico. Bueno, sólo un punto: demasiadas personalidades criollas desconocidas que reciben su tributo en estas páginas, cuando deberían quedar en el anonimato.
“tampoco me había percatado de que el texto era humorístico” eso habla muy bien de lo comemierda que eres…
Lauzán 2021 Akhbar!!!