'Necesidad y hambre': mujeres albergadas protestan y cierran una calle en La Habana

Una nueva protesta pública se produjo en Cuba cuando un grupo de albergados, sobre todo madres, cerraron el tránsito en una calle de La Habana, y mostraron carteles exigiendo atención, divulgaron varios activistas a través de las redes sociales.

En los videos compartidos por Osmani Pardo Guerra e Ismael Boris Reñí en sus muros de Facebook se ve a las personas con carteles desplegados en plena carretera, así como piedras sobre el asfalto para detener la circulación de vehículos.

"Necesidad y hambre" y "Niños en peligro", rezan los carteles, según el autor de una de las grabaciones.

De acuerdo con Cibercuba, las personas de la protesta están albergadas en un sitio ubicado en el reparto Trébol, muy cerca del Parque Lenin, en el municipio capitalino de Boyeros.

Según ese medio, una fuente propia aseguró que las albergadas "decidieron salir a la calle luego de varios meses denunciando cables eléctricos caídos que representan un gran peligro para los niños" y sin recibir solución de parte de las autoridades.

Un rato después, de acuerdo con Cibercuba, llegaron al lugar "agentes de la Seguridad del Estado y la Policía cubana, quienes lograron desactivar la protesta y prometieron solucionar los problemas".

Suman miles los cubanos albergados, sobre todo tras perder sus viviendas a causa de derrumbes y fenómenos meteorológicos extremos. Las autoridades los recolocan en sitios aislados, muchas veces edificaciones abandonadas, en general sin condiciones mínimas de higiene. Allí viven bajo promesas de solución para su problema, muchas veces durante décadas.

Recientemente, DIARIO DE CUBA reportó la situación de más de cien personas, muchas de ellas niños, albegadas en la antigua Escuela Solidaridad Latinoamericana, ubicada en Las Guásimas, municipio habanero de Arroyo Naranjo.

"Las condiciones en que vivimos en esta instalación son pésimas. El agua de la cisterna está contaminada, los sanitarios no sirven y están llenos de costra de años sin limpiarse. Muchas paredes presentan grandes filtraciones y la comida que a diario nos traen es muy mala, muchas veces no podemos probarla por estar en mal estado. Aquí en verdad vivimos como animales abandonados", dijo Marelys Ponce, madre de cuatro hijos.

"Desde hace varios meses padecemos un brote de sarna (escabiosis) que le ha dado a la mayoría de los niños y a personas mayores. Los médicos dijeron que nos habíamos contagiado de los perros que merodean por esta instalación, donde no hay higiene ninguna. Muchos dormimos en el piso, pues ni cama tenemos", se quejó Ivanka Llorens, otra de las residentes en esa antigua escuela.