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Opinión

Cuba, Navalny y la urgencia de un liderazgo opositor efectivo

La clave del éxito del nuevo liderazgo opositor cubano está en pasar por encima de afinidades ideológicas, diferencias personales y egos.

Ciudad de México
Jóvenes cubanos frente al MINCULT el pasado 27 de enero.
Jóvenes cubanos frente al MINCULT el pasado 27 de enero. Facebook

Mientras Alexei Navalny comparecía a finales de enero del 2021 en una corte de Moscú, miles de rusos en diferentes ciudades del país protestaban contra su detención y exigían al Gobierno de Putin una apertura democrática. Algo inusitado ocurría —después de años de apatía ciudadana ante el férreo control sobre la sociedad civil rusa— mientras el carismático Navalny arengaba a sus seguidores desde el banquillo de los acusados, llamando a Putin el "envenenador en jefe". En ese momento, personas de todas las tendencias políticas y generacionales —monárquicos, nacionalistas, feministas, liberales y socialistas— se enfrentaban coordinadamente a lo largo de todo el país a bien entrenados contingentes policiales.

Navalny y su movimiento lograron lo imposible: unificar en contra de un enemigo común a toda una amalgama de opositores, que juntos constituyen una fuerza poderosa capaz de poner en jaque a uno de los gobiernos más eficientes en el control y la vigilancia de su población. Aunque los resultados de estas protestas aún están por verse, la estrategia lograda por los opositores rusos de aglutinarse en torno a un líder carismático ha funcionado. Navalny pasó de ser un simple bloguero anticorrupción de tintes nacionalistas a convertirse en el opositor político número uno del país, capaz de amenazar la estabilidad de un régimen que hace unos meses parecía inamovible.

Lo sucedido en Rusia podría servir de lección para un incipiente pero corajudo movimiento opositor cubano, que pese a que en los últimos meses ha logrado revitalizar a ciertos sectores de la sociedad civil, aún no ha podido convertirse en una fuerza poderosa capaz de movilizar a miles a nivel nacional para exigir o forzar cambios democráticos.

Como en Rusia, los que abiertamente se oponen en Cuba a un gobierno totalitario y exigen una apertura democrática han sido una minoría valiente, sacrificada, muy reprimida y vilipendiada por los medios oficiales, pero sobre todo, desconocida e ignorada por la mayoría de la población del país. El reto entonces será hacer que esta oposición incipiente deje de serlo, sea reconocida y admirada por amplios sectores de la sociedad cubana, tal como sucede en la Rusia actual, donde Navalny y su movimiento, usando los medios a su alcance, principalmente redes sociales, lograron primero imponer una narrativa eficaz de denuncia sobre la corrupción y el carácter represivo del régimen de Putin, que después trasmutó en acciones de desobediencia civil masivas y pacíficas a nivel nacional.

Por supuesto que Cuba no es Rusia, ni el sistema autoritario cubano es idéntico al de Moscú. Cuba posee un sistema político muy cerrado, dominado por un único partido político de corte leninista, que como expliqué en un artículo anterior, imposibilita por orden constitucional el accionar político de cualquier otra entidad que no sea la hegemónica. En Rusia, el sistema es más flexible, con un sistema antidemocrático dominado por un partido político, pero no único, que permite la participación nominal de otros partidos, quienes en lo formal pueden participar en procesos electorales, como es el caso del movimiento de Navalny.

En Cuba, cualquier actividad opositora es ilegal. Por tanto, a diferencia del caso ruso, se cierran las puertas a cualquier oposición que combine resistencia civil con elecciones. Sin embargo, es posible que se pueda aprender también de otros modelos de resistencia, como el sudafricano durante el régimen del apartheid, donde un movimiento opositor ilegal logró tal poder de convocatoria de movilización y resistencia civil, que forzó al régimen racista a negociar un proceso de desmantelamiento del apartheid y la apertura democrática del país.

En el caso ruso y en el sudafricano confluye un elemento fundamental que no está bien definido en el movimiento opositor cubano: un líder, una lideresa o un conjunto de líderes que posean el carisma, la fortaleza moral, intelectual y de sacrificio que les permita pasar a ser una figura central aglutinadora a nivel nacional. Navalny, con su valor personal, su carácter telegénico, su facilidad de palabra, su sentido del humor y su vocación al sacrificio personal; y Mandela, con su inteligencia preclara y estratégica, su carencia de rencor y odio y su voluntad a escuchar, constituyen ejemplos de cómo líderes capaces y carismáticos pueden impulsar un proceso de cambio de régimen efectivo y sobre todo pacífico.

La sociedad cubana actual posee muchas mujeres y hombres que podrían emular a Mandela o a Navalny, liderazgos que pudieran inspirar a la sociedad a exigir el fin del régimen que oprime al país mediante un proceso pacífico de resistencia civil masivo. Las condiciones en Cuba están dadas para una transformación que conduzca al país del totalitarismo a la democracia, dada la erosión de los pilares que han dado estabilidad al régimen. Pero este cambio requiere de un liderazgo opositor efectivo.

A diferencia de Rusia e incluso de Sudáfrica, los dirigentes políticos del oficialismo cubano carecen de carisma, intelecto y voluntad para aglutinar cualquier apoyo social masivo. El presidente, su primer ministro, los miembros del gabinete, o los octogenarios y sus familiares que controlan efectivamente el poder político en la Isla son opacos, con oratorias deficientes, y proyectan en lo público una imagen acartonada y antipática. Pero eso sí, cuentan con una capacidad extraordinaria para reprimir.

Hoy empieza a surgir un liderazgo fresco que se contrapone a este aparato dirigente, liderazgo que posee, además, una destreza en el uso de herramientas para amplificar sus voces. Es un fenómeno que comienza a generar un proceso de ruptura del monopolio de información de los medios oficialistas, con la ayuda de medios alternativos que posibilitan la amplificación de investigaciones serias sobre la represión, la corrupción o los desafíos que enfrentan la mayoría de la población.

En mi opinión, la clave del éxito de este liderazgo emergente debe recaer en una determinación de pasar por encima de afinidades ideológicas particulares o de diferencias personales y egos, y se enfoque en un solo objetivo: el fin de la dictadura y la democratización del país. Liderazgos como los de Anamely Ramos, Yoani Sánchez o Luis Manuel Otero Alcántara, entre otros, constituyen ejemplos de líderes valientes, carismáticos e inteligentes que surgen fuera de las cúpulas oficialistas. Son este tipo de líderes los que necesita Cuba, quienes hablan de unidad y de lucha pacífica, mientras excluyen el odio o la venganza, a la vez que parecen tener la inteligencia y el buen tino de eludir asociarse a modelos excluyentes del signo político que sea.

Un liderazgo opositor efectivo y carismático podrá aglutinar a toda una nación con un solo objetivo, la transición democrática, por encima de diferencias políticas, religiosas, educacionales o raciales. Mandela lo logró en Sudáfrica, Navalny lo está intentando en Rusia. Es el turno para Cuba.

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8 comentarios

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Profile picture for user Lázaro González Valdés

Esto es un cálculo apróximado: 4 años de machadato, 7 años de batistato y 62 años de totalitarismo suman 73 años de opresiones más o menos violentas. Si se considera que la república comenzó hace 119 años, en 1902, una operación de matemática simple indica que alrededor de las dos terceras partes del tiempo "republicano" la sociedad cubana ha estado bajo opresión. Al parecer no basta, porque ahora se aboga por el caudillo liberador. y se propone la centralización de la lucha no violenta (que no es pacifismo, pero siguen con la catalinaria), cuando las experiencias de OTPOR en Serbia y la Plaza Maidan en Ucrania son claros indicativos de que el éxito derribando dictaduras radica en el liderazgo horizontal, compartido, ese que propicia la movilización de esos necesarios y diversos segmentos de la sociedad para ampliarlos hasta conseguir "el número mágico" que cause "la masa crítica", para mantener a esta masa poderosa y transformadora operando el tiempo necesario hasta el fin del horror.

Coincido con su apreciación totalmente. Muy precisa. Cuba ha estado durante casi toda su historia bajo opresión. Esto debe ser como usted dice ser tomado en cuenta en cualquier análisis sobre liderazgo histórico cubano. Eso no se menciona en este artículo. En defensa de este lo que si se pudiera decir es que reconoce el liderazgo horizontal cuando menciona la necesidad de liderazgos en plural y no sólo singular. También reconoce la importancia de los líderes actuales. Por lo que deduzco la idea central aquí en el texto es pasar a un proceso más complejo o superior que movilice a miles y no a cientos. Si creo que esto es necesario. Aquí no veo contradicción en lo que dice usted que es muy importante.

Profile picture for user Lázaro González Valdés

En respuesta a por Lázaro González Valdés

¡Ahhhh, me impactó tanto este texto que lo olvidaba! Anuncio: Busco un socio en DDC a ver si me dejan publicar a mí también. Aclaración: Por Cuba no cobro, trabajo pro bono. Ampliación: Como yo, hay otros que quieren publicar. Aclaración 2: Ellos tampoco cobran.

Profile picture for user Ricardo E. Trelles

// Líderes no, IDEAS //
Ideas desarrolladas con la interacción de nuestros mejores activistas. Para tomar decisiones colectivas (DE VERDAD, no como la mayoría de los congresos nacionales que vemos) y para que todos puedan trabajar, ser dueños del fruto de su trabajo y ser felices.
Gran Foro Nacional Cubano
https://tinyurl.com/Resumen…
Consejos Democráticos Municipales
https://tinyurl.com/ConsMun…

Es la hora magnífica,
1- UNIÓN ESTÁ LA FUERZA,DE TDS..MSI- LAS DAMAS- UNPACU- Y DEMÁS,...
2- HUELGAS/ PARO DE TDS LOS TRABAJADORESNACIONAL..
3- ELEGIR DE LIDER,A TANIA BRUGUERA..
HAN LEIDO SU HISTORIA..SUS RECONOCIMIENTOS...SUS ATRIBUTOS..SU ESTIRPE..SUS RAZONES...
Y SABEMOS QUE JAMÁS DEJARÁ EL PAIS PORQUE SABE LO QUE ESTA MAL Y QUE DEBEN DE MARCHARSE SON LOS DIRIGENTES..OK
MI VOTO TANIA BRUGUERA...

Profile picture for user Amadeus

Precisamente lo que le falta a Cuba es un caudilllo, un Anticristo, un Navalny que ponga de acuerdo a los caciques de todas las tribu. Cuando eso suceda al castrismo lo que le quedaría serían dos Mesas Redondas y al Randy una afeitada.

Como siempre muy buen artículo del profesor Grandio. Solo se podrá pasar a una nueva etapa de la resistencia a la tiranía con un liderazgo capaz de convocar a los cubanos masivamente y no solamente a unos cuantos. La historia de Cuba siempre ha estado ligada a liderazgos fuertes, desde la guerra de independencia. Desde la desaparición del cagandante el país ha estado sin líder, así que está a la espera de uno o unos que llenen ese vacío y conducir al fin del régimen. El articulo toca un tema importante y es necesario.

Todo lo expuesto aquí tiene lógica. Para mí, el único factor que es necesario y urgente es UNIÓN y buscar un líder único que toda la oposición reconozca como máximo y aglutinar ideas, principios. Cuando se logre doblegar al castrismo y se hagan elecciones libres y democráticas entonces los desesperados por ser jefes o presidentes, armen sus partidos. Si no es así, habrá castros hasta los últimos tiempos, hasta la venida de Cristo?. Tal vez.