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Los desconocidos de San Isidro

El apoyo a Osmani Pardo Guerra de parte de sus vecinos 'dejó a la Seguridad del Estado atónita'

El joven cuentapropista define el atrincheramiento como 'la mejor experiencia' de su vida. Él es el 'manitas' de los acuartelados de San Isidro, y esta es su historia.

Madrid
Osmani Pardo Guerra.
Osmani Pardo Guerra. Katherine Bisquet/Facebook

Lo mismo repara un armario roto que una acera de su barrio o prepara dulces para la boda de un amigo. Osmani Pardo Guerra es muy querido en su vecindario porque siempre está ayudando a sus vecinos, quienes vieron con estupor cómo las autoridades montaron un mitin de repudio contra el joven este mes de diciembre.

A principios de noviembre, Osmani seguía con atención por las redes sociales las acciones de los activistas que reclamaban frente a la estación policial de Cuba y Chacón la libertad de Denis Solís. A través de un perfil anónimo en Facebook compartía publicaciones de lo que estaba pasando, hasta que sintió la necesidad de expresar lo que sentía. Así fue como decidió ir a San Isidro.

"Siempre he sido un poco rebelde, no entiendo muchas cosas que pasan en este país y que los cubanos callan", dice Osmani, que sin conocer a ninguno de los acuartelados en la sede del Movimiento San Isidro (MSI) se unió a ellos.

"Les hablé con el corazón, les dije: 'aquí estoy yo, soy un joven cubano igual y estoy cansado de todo lo que está pasando en Cuba, estoy pidiendo un cambio'", relata, y luego les explicó a los atrincherados en San Isidro que él era la persona detrás del perfil "El cambio es necesario Cuba", del que muchos de los activistas eran amigos en Facebook.

"Fue la mejor experiencia de mi vida, compartir con esas personas que acababa de conocer físicamente, pero que ya conocía por las redes sociales, y son excelentes personas", dice Osmani sobre esos diez días de atrincheramiento. "Había diferentes maneras de pensar, diferentes religiones, pero al final todos concordábamos en lo mismo: estábamos ahí primero que todo por la libertad de Denis Solís, y por la libertad de Cuba…"

"Siempre llegábamos a un entendimiento, las decisiones las tomábamos entre todos, respetábamos cada uno su religión. Cuando hacíamos lecturas, como mi fe es cristiana, yo leía la Biblia, se respetaba el tiempo de oración del musulmán, se respetaba si los católicos quería decir algo, los de la comunidad LGBTI también; todo sobre la base del respeto, una cosa que me gustó mucho. Esa es la sociedad que quiero como cubano, que respeten tus derechos, que respeten tus desiciones, que respeten tu manera de ver la vida, que haya respeto y libertad para expresarse", destaca Osmani.

"Hice más de 100 horas de huelga. Pero la suspendí porque tengo cálculos en ambos riñones y mi salud se estaba deteriorando", explica. Tras deponer su huelga se incorporó a ayudar en la casa, convirtiéndose en pieza clave en el colectivo.

Osmani se crió con su mamá "en un ambiente sano, de tranquilidad y paz". Ella le enseñó "a hacer de todo en una casa", así que durante la convivencia en San Isidro lo mismo cocinaba que cargaba cubos de agua, limpiaba o reparaba algo.

Frente a la ofensiva represiva del régimen, Osmani resalta la solidaridad de los vecinos: "Los vecinos fueron muy solidarios todo el tiempo, eso que vi en San Isidro fue algo especial, los vecinos pasaban por encima de la Seguridad y les decían: 'yo vivo en esta cuadra, ustedes no me pueden impedir que vaya a ver a Luis Manuel [Otero Alcántara]', y nos llevaban sus alimentos, pan, pomos de agua…"

Para Osmani el allanamiento por "razones epidemiológicas" fue un pretexto, ya que no le realizaron ninguna prueba PCR al ser desalojados. Los activistas fueron detenidos, liberados al cabo de unas horas y conducidos a sus casas. "Aquí no ha venido nadie a preguntarme sobre el tema del Covid-19, todo fue una burda justificación de ellos, para hacer las cosas a la fuerza".

"Tú no te gobiernas", llegó a decirle en una ocasión el jefe del sector a Osmani en la puerta de su casa, tras entregarle una citación. Tras el asalto a la sede del MSI los acuartelados han sido asediados por la policía política. Han vivido actos de repudio, detenciones, citaciones y arrestos domiciliarios ilegales.

"Vino un oficial de la Seguridad del Estado y me dijo que yo no podía salir de mi casa porque iban a hacer un acto y que no podía salir, de lo contrario sería arrestado", relata Osmani, quien recuerda cómo trajeron un autobús lleno de personas que no eran del barrio, con una conga, banderas y música, gritando consignas de "abajo la gusanera", "las calles son de Fidel" y "que se vayan, que se vayan" frente a la casa del activista.

"Mis vecinos estaban muy molestos, de hecho no salieron, estaban con los ojos abiertos mirando lo que pasaba, los dirigentes al frente del acto les decían: 'súmense', pero mis vecinos entraron en sus casas. Y al otro día vinieron todos a decirme que ellos no habían salido al acto de repudio y que cómo era posible que ellos [las autoridades] sigan con el mismo discurso de los años 80".

"Eso dejó a la Seguridad del Estado atónita. Yo vivo en un pasillo, y se llenó de vecinos, diciéndome que soy un joven correcto y que estoy luchando por el bienestar de todos. Eso para mí fue algo muy grande, sentir el apoyo de mis vecinos", reconoce Osmani.

"Los jóvenes cubanos están despertando y no se creen esas mentiras que dicen en los noticieros de la televisión cubana. Me preguntan en redes sociales cómo pueden ayudar, y siempre les digo: 'desde el pacifismo, sin violencia, con paz, con amor. Protesta y exige tus derechos'. Muchos jóvenes me han contado que piensan pedir baja en su trabajo porque no se quieren prestar para un acto de repudio… La juventud está perdiendo el miedo", opina.

Osmani nació en Santiago de Cuba, pero su familia se mudó a San Miguel del Padrón. Sus padres se divorciaron cuando él tenía seis años. Su infancia estuvo marcada por las carencias: "en mi casa no había televisor, unos vecinos, que ahora viven en Estados Unidos, se iban a trabajar y le dejaban a mi mamá la llave de su casa para que yo viera dibujos animados".

Su don de ser un "manitas" también se mezcla con sus actitudes artísticas. "Me gusta mucho dibujar", cuenta Osmani, que intentó estudiar en la escuela de instructores de arte, y aunque aprobó todas las pruebas de actitud, no le fue bien a la hora de responder preguntas políticas. "Yo era un adolescente que me la pasaba pintando, no veía noticieros, estaba en mi mundo de la pintura y las tallas en madera. Cuando recogí los resultados de las pruebas me dijeron que estaba suspenso en el tema de la política. Y eso me indignó mucho. Aquí en este país lo ligan todo con política", dice Osmani, que terminó estudiando como instructor de Educación Física para dar clases a niños.

"Algo que también me gustaba porque desde pequeño practiqué deportes de combate, artes marciales, y tengo mucha paciencia con los niños", señala Osmani, quien trabajó de profesor de Educación Física un tiempo en una escuela, por 250 pesos cubanos, un salario que daba íntegro a su madre para la comida.

Osmani renunció a su trabajo porque no le alcanzaba el salario. Y se fue a trabajar como estibador, donde ganaba un poco más. Pero lo reclutaron para el servicio militar, a pesar de que explicó a las autoridades que necesitaba seguir trabajando para ayudar económicamente a su madre y a un hermano menor. "No les importó nada de eso, me dijeron que era obligatorio y si no vas te metemos presos". Osmani recuerda esos dos años como "perdidos", haciendo guardias y recibiendo maltrato de parte de los militares.

Después del servicio militar, dejó de participar en fiestas del CDR, votaciones "ni en nada que tenga que ver con este sistema".

Actualmente Osmani es trabajador por cuenta propia, ha trabajado en la construcción, hace piezas de artesanía, piñatas y artículos para cumpleaños reciclando materiales, trabaja como pintor en obras, entre otros oficios esporádicos. Con su madre enferma de cáncer e imposibilitada de trabajar, Osmani tiene la responsabilidad de sostener a su familia junto a su hermano, que también es cuentapropista.

Osmani cumplió 31 años el pasado 31 de octubre, día que los cuentapropistas habían convocado protestas en toda Cuba. "Ese día salí a la calle dispuesto a unirme a las protestas, pero no conocía a nadie ni vi ningún tipo de protesta. Regresé a casa y pensé que ya no quería esconderme tras un perfil anónimo. Mi boca no puede callar más, soy un hombre libre, a mí nadie me paga por lo que estoy pensando".

El apoyo de su madre y su fe cristiana han sido claves para Osmani. "A pesar de su miedo como madre a que me pasara algo, me dio fuerzas, oró por mí y por los muchachos… Cuando Dios me pone en un lugar es por una causa justa. Yo lo sentí así todo el tiempo, que estaba en San Isidro por una buena causa, desde la fe siento esa bendición de Dios", confiesa.

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12 comentarios

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Meni____ A ver Meni, da igual si pagan o no, lo importante es criticar al régimen. Allá en la UCI donde ustedes trabajan la situación se les pone difícil sin dólares, a ustedes si no les pagan. ????

Siempre has sido aquí el imbécil de servicio. Si no entiendes por qué es importante si pagan o no... es tu problema de unineuronal. No puedes ir mas allá de la gritería. No tengo ni idea de qué es la UCI ni me interesa. "Lo importante es criticar al régimen" ¿ladrando y no pensando?. Tú y otros parecen haber sido formados en un curso intensivo de Brigada de Respuesta Rápida. Buen uso le das a la única neurona que te dejó el comunismo.

Mucho bla, bla, bla e insultico pero nadie responde a mi pregunta : "¿Los autores de artículos como este son remunerados o colaboran gratuitamente?" ¡Respondan! ¿Remuneración o colaboración gratuita? Ahí está la clave (de la intención de perpetuar un circo de falsos héroes que ya es historia antigua).

Yo te respondo! La verdad no sé si le pagan o no, lo mas probable es que SI! ¿Y? ¿Todas las mentiras del NTV Cubana no son pagadas? ¿A Humbertico y a Lazarito no se les paga por mentir? Dejen la obsesión ya con los pagos, el periodismo como toda profesión se paga en el mundo entero!

Gracias, por fin una respuesta. Claro que es normal que paguen y tienes razón en lo de que el periodismo es profesión que se paga en el mundo entero PERO es risible que compares con Humbertico y Lazarito, pagados por mentir. Tu comparación es insultante para los autores que aquí publican y los deja muy mal parados. ¿También son mentirosos? Como otros, también tú debes usar la cabecita antes de escribir contra lo que supuestamente defiendes.

En esta segunda entrega de "Los Desconocidos de San Isidro", se puede apreciar que la autora echó a volar más la imaginación que en la primera.
Su alta carga dramática pretende que el lector siempre se deje llevar por el pensamiento intuitivo y no use el racional.

Es miy bueno poder conocerles, ojalá salgan más artículos asi, con muchos más jóvenes

Pura curiosidad. ¿Los autores de artículos como este son remunerados o colaboran gratuitamente?

Pura curiosidad,. Para escribir mierda se cobra o se hace espontáneo?. Y para comer mierda se nace o se estudia universidad?

Pura curiosidad. ¿Para que escribas esas imbecilidades eres remunerado/a o te gusta hacer el ridículo gratuitamente?

Profile picture for user Ana J. Faya

Excelente relato sobre este cubano, un resumen de dignidad de él y de sus vecinos.

Con un millón de jóvenes como este muchacho el llamado comunismo que es fascismo en Cuba se acaba.