Miles de ciudadanos protestan en Georgia contra la decisión de su Gobierno de alejarse de la Unión Europea y seguir políticas prorrusas

Desde hace varios días, las tensiones políticas son una constante en otra ex república soviética, toda vez que el Gobierno de Georgia decidió retrasar la solicitud de unirse a la Unión Europea. Esta acción, según alertó este lunes el Gobierno de Rusia, citado por CNN, sería el detonante para organizar en el país una revolución popular al estilo de las ocurridas en Ucrania en 2004 y 2014.

"El paralelo más directo es lo ocurrido en el Maidán en Ucrania. Se dan todos los indicios de que se intenta de organizar una Revolución Naranja", dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en su rueda de prensa telefónica diaria, citó Deutsche Welle.

Las tensiones, que estallaron a partir de la decisión del Gobierno, han crecido en los últimos meses a raíz de numerosos ciudadanos acusan al gobernante partido Sueño Georgiano de seguir políticas cada vez más autoritarias y prorrusas, en detrimento de las relaciones con Occidente y de seguir su largamente prometido camino hacia la membresía en la UE.

En tal sentido, Sueño Georgiano, que se adjudicó la victoria de las elecciones disputadas a finales de octubre, desconoció la voluntad de la mayoría de los georgianos, que apoyan la ruta europeísta de la nación, según muestran consistentemente las encuestas.

A pesar de que el año pasado Georgia obtuvo el estatus de candidato a la UE, el primer ministro Irakli Kobakhidze dijo que suspendería las negociaciones de adhesión al bloque durante cuatro años después de que el Parlamento Europeo rechazó los resultados electorales del país, citando supuestas irregularidades, lo que despertó el enojo de los ciudadanos.

La capital georgiana vivió entre el domingo y el lunes su cuarta noche consecutiva de violentos enfrentamientos entre las fuerzas antidisturbios y los manifestantes, quienes exigen la vuelta a las negociaciones con la UE, así como la celebración de nuevas elecciones parlamentarias.

Así, videos difundidos por la agencia Reuters muestran a los manifestantes ondeando banderas de Georgia y de la UE y gritando "esclavos rusos" contra los agentes de Policía que custodiaban el edificio del Parlamento, estos, a su vez, dispararon cañones de agua y gases lacrimógenos contra los manifestantes, mientras varios hombres con pasamontañas corrían hacia la multitud, golpeando a las personas.

Según las autoridades georgianas, más de 100 personas han sido detenidas y los manifestantes han lanzado piedras y botellas de cristal a las fuerzas del orden. Además, decenas de personas han sido hospitalizadas.

Los residentes destacaron la contundencia de la respuesta policial, que ha sido ampliamente condenada a nivel internacional. "He visto muchas protestas en Georgia: durante este Gobierno, el Gobierno anterior; también recuerdo algunas de la época soviética", dijo a CNN Tsotne Jafaridze, un vinicultor de Tbilisi, la capital. "Pero semejante agresión hacia las personas mayores, hacia los chicos muy jóvenes, hacia las mujeres, es increíble".

En tal sentido, Ketevan Chachava, investigador del Centro de Análisis de Políticas Europeas, dijo a CNN que "esto es una señal de alerta. Muestra que el Gobierno está dispuesto a ir mucho más allá en este asunto". Georgia se está "convirtiendo en un estado no democrático, donde no se respetan las libertades", añadió.

Ante el giro prorruso de Georgia, el Departamento de Estado de EEUU condenó "el uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía contra los georgianos" y anunció la suspensión de la Asociación Estratégica entre EEUU y Georgia, debido a "acciones antidemocráticas" del partido gobernante.

"Reiteramos nuestro llamamiento al Gobierno georgiano para que vuelva a su camino euroatlántico, investigue de forma transparente todas las irregularidades de las elecciones parlamentarias y derogue las leyes antidemocráticas que limitan las libertades de reunión y expresión", dijo el portavoz Matthew Miller.

Asimismo, el expresidente ruso y miembro del Consejo de Seguridad de dicho país, Dmitry Medvedev, dijo que Georgia está "avanzando rápidamente por el camino ucraniano, hacia el oscuro abismo. Por lo general, este tipo de cosas terminan muy mal".

A pesar de todas las críticas, tanto de un bloque como de otro, el primer ministro georgiano las ha desestimado todas y dijo que la Policía había "protegido con éxito al Estado de otro intento de violar el orden constitucional. Además, negó tener vínculos con Rusia, algo sobre lo que son escépticos los políticos occidentales.