Al menos 66 manifestantes fueron detenidos el martes durante las violentas protestas que estallaron frente al Parlamento georgiano tras la aprobación en primera lectura de una controvertida ley sobre agentes extranjeros, informó el miércoles el Ministerio del Interior del país.
"66 personas fueron detenidas por desacato a la policía y gamberrismo", señala la nota oficial, citada por EFE. Según el departamento del Interior, medio centenar de agentes del orden sufrieron lesiones de diversa gravedad en los choques con los manifestantes.
Pese a las críticas a la normativa en el seno del país, en Estados Unidos y en la Unión Europea, 76 parlamentarios georgianos apoyaron el martes el proyecto sobre agentes extranjeros, mientras 13 votaron en contra. Seguidamente, varios cientos de manifestantes equipados con piedras, botellas y palos, intentaron acceder al edificio situado en la céntrica Avenida Rustaveli, de Tiflis.
Según los opositores, algunos de los cuales llevaban banderas de Georgia y la Unión Europea, la ley aprobada en primera lectura es "antidemocrática". Los manifestantes profirieron también gritos contra Vladimir Putin, y acusaron a los diputados del partido gobernante Sueño Georgiano de ser "esclavos de Putin".
La Embajada de EEUU en Georgia tachó el debate parlamentario, en cuyo hemiciclo estalló incluso una pelea, como un "día negro para la democracia en Georgia", y advirtió que la ley perjudicará a la relación de Tiflis con sus socios, y sus aspiraciones euroatlánticas.
Los detractores consideran que la ley es similar a la aprobada hace una década por el Kremlin y que permite al Estado reprimir las críticas de oposición, ONG, medios de comunicación y activistas de derechos humanos.
Desde Estados Unidos, la presidenta georgiana, Salomé Zurabishvili, expresó públicamente su apoyo a las protestas.
"Me dirijo a vosotros, que os encontráis en la Avenida Rustaveli. Hoy me encuentro en Nueva York y ante mí está la Estatua de la Libertad. Ella es símbolo de por lo que siempre luchó Georgia. Estoy con vosotros, ya que hoy ustedes representan a una Georgia libre", aseguró.
En declaraciones a la televisión, subrayó que la ley "fue redactada bajo el dictado de Moscú", por lo que "el proyecto debe ser retirado".
Zurabishvili afirmó que desde el primer día de los debates sobre la ley, ella sostuvo que la vetaría si se aprobara en el Parlamento.
El presidente de Sueño Georgiano, Irakli Kobijadze, afirmó tras las protestas que el polémico proyecto ya ha sido enviado a la Comisión de Venecia y su discusión continuará solo después de que haya un veredicto.
La víspera, el presidente del Parlamento, Shalva Papuashvili, aseguró que la respuesta de la Comisión de Venecia podría llegar "dentro de unos tres meses". No obstante, los opositores georgianos reanudaron el miércoles sus acciones de protesta frente al Parlamento.
En 2008 Georgia y Rusia protagonizaron un conflicto armado en el que el Kremlin contó con la ayuda de las autoproclamadas repúblicas prorrusas de Osetia del Sur y Abjasia. La guerra terminó cuando ambas partes aceptaron un acuerdo de paz propuesto por la Unión Europea en agosto de ese mismo año.
Palos, botellas y piedras, son armas contra los enemigos de la libertad. Cubanos, imitad a los georgianos.
Contra—- Mientras Miami se envuentre a 90 millas de Cuba, en esa isla no se mueve nadia a no ser para la F,orida. Ese es el fatalismo geográfico que esta vez beneficia a la dictadura.