'Limpiamos el sótano y no nos pagaron': decenas de cubanos en Rusia denuncian una estafa

Alrededor de 36 migrantes cubanos que hacen trabajos temporales en Rusia denunciaron a medios de Moscú que otros trabajadores extranjeros los habrían estafado después de ofrecerles limpiar unos sótanos en la ciudad capital y negarse a pagarles el salario acordado.

Según el medio moscovita MSK1, que no identificó a los denunciantes, un migrante de Uzbekistán habría engañado a los cubanos, después de ofrecerles un trabajo de limpieza en una escuela en el oeste de Moscú a mediados de abril. 

De acuerdo con la denuncia, a cada cubano se le prometieron 3.500 rublos (poco más de 37 dólares) por limpiar los sótanos del edificio. Sin embargo, los naturales de la Isla no recibieron el dinero, que redondeaba los 126.000 rublos (casi 1.350 dólares) entre todos.

"Ellos me subieron a un auto, me llevaron al edificio. Me engañaron, me pusieron un cuchillo en el cuello y me dijeron que me fuera", denunció uno de los afectados, citado por MSK1, pero cuya identidad no fue revelada.

"Limpiamos todo el sótano porque, según el jefe, se iba a reunir una comisión. Y me amenazaron con un cuchillo en el cuello", recalcó el migrante cubano.

Según el medio moscovita, migrantes uzbekos habrían sido subcontratados para llevar a cabo el trabajo y, tras recibir el pago acordado, decidieron ofrecerlo a los cubanos.

Pese a la denuncia, MSK1 contactó a uno de los individuos que, según los cubanos, les ofreció el trabajo. Este dio una versión diferente de lo ocurrido: "Sí, conozco a los cubanos. Trabajamos juntos en la estación de metro Pionerskaya. Pero yo no engañé a nadie, fue otro quien lo hizo. A todos no nos pagaron", aseguró. Tampoco su identidad fue revelada.

Los cubanos aseguraron que harían una declaración a la Policía y que esperaban obtener el apoyo de la Embajada de Cuba en Rusia.

Una cifra desconocida de migrantes cubanos hace trabajos temporales en Rusia.  Dado el rechazo de los rusos a asumir tales labores, estas suelen cubrirse con extranjeros. La escasez de mano de obra que afecta a la mayoría de los sectores de la economía de la nación euroasiática se ha agravado tras el inicio de la invasión de Ucrania.

Asimismo, desde que a fines de marzo pasado un grupo armado atacara el Centro Comercial Crocus, cercano a Moscú, en una acción adjudicada al Estado Islámico y en la que murieron 150 personas, la xenofobia se ha disparado en Rusia, mientras que las normas contra los migrantes indocumentados se han fortalecido.

Días atrás, diez cubanos fueron detenidos en Kazán, ciudad de la República rusa de Tartaristán, y deportados por un tribunal que los encontró culpables de vulneración del régimen de estancia y actividad laboral ilegal. El grupo fue arrestado en una zona de almacén de un mercado de esa ciudad, y pese a que argumentaron que eran turistas y estaban de compras y no trabajando, la Policía no les creyó.

Los cubanos viajan a Rusia desde hace años sin visa, con permisos de estancia por 90 días. En una primera etapa, muchos hacían allí turismo de compras, pero en los últimos tiempos una cifra desconocida usó ese territorio como puente para cruzar a Europa y, últimamente, miles se emplean como trabajadores.

El antropólogo y etnólogo ruso Alexander Silantyev aseguró que en la actualidad hay entre 4.000 y 5.000 trabajadores migrantes cubanos solo en Moscú. Estos ven un contrato de trabajo en Rusia como una solución válida para la situación dantesca que viven en la Isla y como una salida migratoria.

Asimismo, cientos de cubanos viajaron a Rusia a partir de 2023 para sumarse como mercenarios a la invasión de Ucrania. Estos últimos, bajo la promesa de obtener la residencia para ellos y sus familiares tras al menos un año reclutados por las Fuerzas Armadas de ese país.

Las expulsiones de extranjeros de Rusia amenazan con complicar la situación económica nacional, tensada por la economía de guerra impuesta por el Kremlin a su industria, bajo sanciones de Occidente, que no tiene suficiente mano de obra y siempre ha dependido de la importación de trabajadores baratos de países exsoviéticos y, últimamente, de naciones como Cuba, India y Nepal.