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Ecuador

La militarización, una respuesta adecuada en medio de la crisis, no será la solución

'Nuestra región ya ha experimentado el impacto negativo que la militarización de la seguridad pública tiene en los derechos humanos, desde México y Brasil, hasta Colombia y Venezuela.'

Buenos Aires
Patio de una cárcel, Ecuador.
Patio de una cárcel, Ecuador. Fuerzas Armadas de Ecuador

Ecuador vive días de vértigo. Pese a noticias como la asesoría de EEUU y otros países para hacer frente a la crisis de inseguridad y violencia, esta situación está lejos de resolverse, como dejó en evidencia la ola coordinada de motines en varias cárceles del país que concluyeron con la liberación de rehenes de las prisiones tras la actuación de las autoridades.

El Gobierno del empresario Daniel Noboa, quien tiene escasas siete semanas en el poder, ha debido a hacer frente a una crisis de envergadura con grupos criminales organizados, a partir de la distribución de droga, y que han estado enfrentados en los últimos meses dejando como saldo que Ecuador pasó a tener la tasa de 43 homicidios por cada 100.000 habitantes, más alta de América Latina y el Caribe.

Según los reportes de entidades como Insight Crime, Ecuador se ha convertido en el lugar de tránsito de altas cantidades de cocaína producida en Colombia, gracias a su ubicación portuaria privilegiada de cara al Pacífico, y teniendo como trasfondo graves casos de corrupción en cuerpos policiales y en el aparato de justicia.

Noboa, quien venía preparando una consulta ciudadana para respaldar su decisión de militarizar la lucha contra la inseguridad y la delincuencia organizada, se vio desbordado la semana pasada con una ola de violencia que incluyó unas imágenes que dieron la vuelta al mundo: unos pandilleros tomaron la sede de un canal de televisión para transmitirle un mensaje al país. La decisión de militarizar y declararle la guerra a los delincuentes se adelantó sin esperar el anunciado referendo.

"Ecuador llegó a un punto en que las fuerzas de seguridad se han visto sobrepasadas, por ejemplo, en las capacidades de los cuerpos policiales para lidiar con una grave crisis de inseguridad. Eso les ha hecho recurrir al estamento militar para que les provea el poder de fuego y un recurso humano adicional, para poder hacer frente a esta situación", sintetiza el experto Andrei Serbin, en una visión compartida por otros analistas de la región.

Desde Buenos Aires, donde preside la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES), Serbin adelanta su posición al ser consultado por DIARIO DE CUBA: "Se trata de una situación complicada que no se va a resolver solamente con estas labores de militarización.

Noboa decretó el 8 de enero un estado de excepción tras un repunte de la violencia, una decisión que permite a las autoridades suspender derechos ciudadanos y movilizar militares para seguridad. Con la intervención de las Fuerzas Armadas, precisamente, el Gobierno logró poner fin a una ola coordinada de motines en siete cárceles y liberar a 150 rehenes, tal como reseñó DIARIO DE CUBA.

Junto a la militarización, Noboa ha confirmado que su Gobierno construirá antes de un año varias cárceles de alta seguridad y de amplias dimensiones, siguiendo el ejemplo de Nayib Bukele en El Salvador, quien logró doblegar a las maras, las bandas criminales salvadoreñas, pero a un costo alto en materia de derechos humanos, según entidades especializadas como Human Rights Watch o Amnistía Internacional.

El presidente Noboa apenas gobernará por año y medio, dado que fue electo para completar el mandato de Guillermo Lasso, aunque puede buscar la relección. Lasso forzó unas elecciones generales adelantadas para evitar su enjuiciamiento y destitución, como se proyectaba en la Asamblea Nacional. Siendo literalmente un desconocido para el público, Noboa logró hacerse con la Presidencia en octubre pasado en el balotaje al derrotar a Luisa González, una figura afín al expresidente Rafael Correa.

Al analizar el caso ecuatoriano, la socióloga chilena Lucía Dammert sostiene que un error de los anteriores gobiernos fue descuidar al mundo carcelario del país andino: los últimos tres gobiernos se hicieron la vista gorda mientras se construían "verdaderas ciudades del crimen".

"Abandonar el sistema penitenciario fue un error garrafal. Las cárceles deben ser lugares de control, castigo y rehabilitación y no un contenedor gigante de gente sin control", explica Dammert, quien ha puesto en tela de juicio el concepto de "guerra" declarado por Noboa a los narcos y bandas criminales.

Para la socióloga, pensar que "los malos" son solo los traficantes es algo limitado, ya que "no está claro cuantos funcionarios públicos y actores privados han tenido relación con las organizaciones criminales que manejan el negocio de la droga".

En esa dirección, Serbin asegura que la militarización ha sido una respuesta oportuna ante una situación desbordada, pero tal estrategia no puede constituir una política permanente. "Lo que en verdad podrá resolver esta crisis es luchar contra la corrupción, fortalecer el sistema judicial, mejorar significativamente las capacidades de inteligencia contra el crimen organizado, estos son los elementos realmente efectivos para poder enfrentar a grupos criminales organizados y sofisticados", añade.

Aunque en lo inmediato parece una solución, según Serbin, "está ampliamente estudiado que una militarización prolongada en situaciones como las que vive Ecuador no va a traer por sí solo la respuesta de estabilidad social y tranquilidad que está esperando la población".

"Nuestra región ya ha experimentado el impacto negativo que la militarización de la seguridad pública tiene en los derechos humanos, desde México y Brasil, hasta Colombia y Venezuela, entre otros países. Tal como lo demuestra la evidencia de estos países, los retos de seguridad que enfrenta Ecuador no se resolverán con el despliegue de militares y por el contrario podría agravar la situación de los derechos humanos", comentó a DIARIO DE CUBA la directora de Amnistía Internacional para América Latina, Erika Guevara Rosas.

Finalmente, Serbin apunta otro elemento, que tiene que ver con el impacto de medidas de este tipo en materia de opinión pública. Aunque la militarización puede tener una receptividad inicial positiva, ya que "el público lo percibe como un ejemplo de acción directa por parte del Gobierno", el experto en temas de seguridad enfatiza la necesidad de que su aplicación sea temporaria, excepcional, y no cotidiana o permanente.

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9 comentarios

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Al ver este continente tan revuelto le diría al Almirante si me pudiera oir: Colón, ¿por qué descubriste América?

Bukele debe ser el profe de Noboa. Si en El Salvador funcionó el plan de Bukele, ¿por qué no va a funcionar en Ecuador?

El wake autor ataca el efecto no la causa,seguro que no le han baleado o acuchillado un hijo esposa,hermano padre o madre.Tengo cubanos amigos en Ecuador ya naturalizados que aplauden las medidas.Pero el autor quiere que los policías ecuatorianos y el ejército salgan con una " Rosa Blanca" como cierto personaje cubano a pedirle rendición a delincuentes connotados y sin escrúpulos ni valores humanos. El como todos los de la agenda global quiere crear esclavos acefalos improductivos que se alimenten y tengan techo vivan pobres ,voten por ellos por un techo,comida y medicina gratuita.Eso pasó durante el correismo,pasa en USA con las " minorías étnicas" que dicen ser explotados por los blancos mientras extienden la mano por gratuidad y aún así roban y asaltan o se matan entre ellos.Total los beneficios sociales los pagará el trabajo de clase media que madruga para encaminar su negocio en tanto otro llena su pipa de crack o mariguana mientras mira tv.No me trago tu cuento autor zurdo...

Forma novedosa la de acabar con los malhechores incentivados por las erróneas políticas implementadas con respecto a los DH por diversas organizaciones en "exceso" humanitarias y todas o casi todas "rojitas" o "rosaditas". A Bukele lo estigmatizaron todas estas organizaciones izquierdosas" , comenzando por la ONU , sin embargo , el pueblo salvadoreño , según encuestas lo apoya en más de un 85% . De seguir así, con Noboa pasará lo mismo y en un final es lo que quiere la gente en cualquier país , trabajar, vivir tranquilo , disfrutar de libertad y que nadie lo chantajee , lo atemorice , lo humille , le corrompa con drogas a los hijos y otros males de estos carteles que pululan en nuestra América. Por ello, es una medida necesaria eliminarlos en guerra frontal y solo hay un modo : El empleo combativo de las FFAA con plenos poderes para actuar según prescriben prácticamente todas las constituciones del planeta y ponerle un "detente" a las organizaciones de DH buenas para nada !

Después , pues ya veremos , pero seguramente a estos maleantes hay que aniquilarlos porque ponen en riesgo la democracia y hacerle caso omiso a los "rosaditos" de los DH , que viven de dar trovas y analizar a los demás y sobre todo , a los que le conviene. ¿Porqué A la dictadura casi perpetua cubana , estas org. no se juntan en una haz con la izquierdosa ONU y la cierran totalmente por violadora contumaz de los DH? .

Eso que dice Azaya no es nada nuevo, si UD. Quiere drogarse hasta morir, puede hacerlo sin que nadie se lo impida, si agrede bajo los efectos y mata o roba lo buscarán y un juez Yankee lo pondrá en chirona, por ello, el problema es que de ninguna manera, un país sano en aras de acabar un problema va a permitir que mafias se den el lujo de contaminar poblaciones enteras, por buscar el camino más cómodo, la moral y los principios no se abandonan. El narcotráfico no se derrota, con abrazos y no balazos al estilo del presidente mexicano Andrés López Obrador. El Gobierno de Ecuador tiene el deber de defender los derechos humanos de todos los Ecuatorianos, no del grupo de asesinos a los cuales les da lo mismo Dios que un Caballo.

Profile picture for user JCAleman

El articulista Canizares no es tan activo ni apasionado en su discurso por los derechos humanos de los cientos de miles de víctimas de los gánsteres y mucho menos con la militarización en Venezuela, Nicaragua y Cuba, entre otras narco tiranías socialistas.

Sin embargo, estos izquierdistas delirantes con bagaje académico nos repiten que no se debe combatir a los carteles, a las pandillas y a los asaltadores con militares ni policías ni con leyes que defiendan a las víctimas, entonces las preguntas siguen siendo:
¿Y como se hace? ¿Que proponen?

Tal vez la solución que les gusta a estos iluminados es la del Socialismo del Siglo XXI, en la que el estado se alía a la delincuencia (des)organizada y juntos imponen el terror a la población sometida para preservar el poder y los privilegios de ambos.

Elemental, WATSON, y el amigo Cañizares parece no percibirlo. Detras de estas revueltas para desastibilizar, o derrocar, el gobierno del "incómodo" (para la izquierda) Noboa están Cuba y Rafael Correa. No como protagonistas a cara descubierta, pero sí los principales INSTIGADORES. El autor debe comenzar por preguntarse ¿QUIEN GANA Y QUIEN PIERDE? con esta sublevación antidemocrática?

Mi opinión: el negocio de las drogas depende de 1) la demanda y 2) la prohibición. La demanda no puede ser eliminada porque hay miles de tontos que quieren drogarse y la estupidez no se cura fácilmente. Luego la única posibilidad real es eliminar la prohibición. Que se drogue el que quiera. Y si cometes un delito, vas preso. Y si te matas por sobredosis, se te entierra y ya. Lo demás es comer de lo que pica el pollo. De esa forma el precio de las drogas bajaría hasta el punto de no ser un buen negocio para la mafia, que no podría sobornar jueces, políticos y policías. Posiblemente se busquen otra cosa sucia que hacer, pero no drogas. Claro, esa solución tendrían que implementarla los países que consumen la droga, no los que la producen. Mientras, no está nada mal que limpien las cárceles y persigan los dealers, pero esa solución no será nunca la definitiva. Remember la Ley Seca y como terminó aquel asunto. Punto.😀