La habilidad para administrar la mitología revolucionaria, unida a su eficaz represión interna y a la influencia internacional, convierte a Cuba en un caso histórico, un modelo estatal y un agente geopolítico de arraigada presencia en toda América Latina. Un caso histórico cuyos desastres se invisibilizan, un modelo que se venera, un agente geopolítico al que se invita. Una presencia extendida por la duración temporal, el alcance geográfico y la penetración en sociedades y grupos específicos, como los políticos, activistas e intelectuales de izquierda.
La incredulidad en cómo un país pequeño y pobre puede influir tanto —y no solo mediante "el ejemplo revolucionario"— alcanza a quienes descalifican como "paranoia" cualquier alerta sobre el tema. Baste recordar la influencia de la Stasi de Alemania del Este sobre su mucho más rico vecino, penetrando al activismo y liderazgo político germanoccidentales. O la capacidad de los medios de propaganda y desinformación de Rusia para formar la opinión de buena parte de la población latinoamericana (Kathryn E. Stoner, Russia Resurrected: Its Power and Purpose in a New Global Order, Oxford University Press, 2021). Y si se quiere tomar el toro por los cuernos, revísese la experiencia de la invasión consentida de Cuba en Venezuela. (Diego G. Maldonado, La invasión consentida, Debate, México, 2019).
No se trata de ver una conspiración detras de cada crisis y evento del proceso político latinoamericano. Ni el progresismo bobo ni el anticastrismo histérico explican la complejidad del devenir regional. Pero vale la pena comprender las muy especificas y reconocibles influencias autoritarias proyectadas desde La Habana sobre la acción e ideas políticas regionales. En América Latina la asimétrica influencia cubana confluye con la sobredimensionada presencia, dentro de la intelectualidad latinoamericana, de un progresismo hegemónico.
Este se aferra a una postura particular, que niega la pluralidad constitutiva detrás de la agenda del progreso humano. Si ser de izquierda significa el apego a ciertos conceptos, valores y opciones de política práctica, el saldo —en términos de libertad, equidad y prosperidad— de las izquierdas realmente existentes no puede asumirse a priori desde una superioridad moral autoasignada. Lo mismo vale para sus homólogos de la derecha. Cualquier liderazgo, movimiento y programa de político debe ser medido con apego a sus realizaciones, no a supuestos normativos definidos ex ante.
Contra esa trinidad autoritaria cubana —el caso, el modelo y el agente— lidian hoy activistas como Carolina Barrero, cuya lucidez intelectual y extraordinario valor cívico son reconocidos en la sociedad civil y diáspora cubanas. Tras su exilio forzado a inicios de 2022, la joven ha llevado su testimonio y denuncia sobre la represión en Cuba a sus pares de la política, academia y activismo progresista en América Latina. La respuesta mayoritaria, desde ese campo afín, la ha revelado de viva voz en días pasados: el silencio.
Que quede claro: la historiadora del arte no tiene más legitimidad por hablar desde sus coordenadas ideológicas. Nadie tiene hoy más derecho por denunciar, desde uno u otro ismo, la represión. Tras un siglo XX donde izquierda y derecha autoritarias llevan en su haber millones de víctimas, nadie puede arrogarse la superioridad moral o civil en la defensa democrática. Pero algún alma noble pensaría que, en momento de expansión "progresista" regional, el mensaje de Carolina tendría más recepción en la Latinoamérica de la marea rosa.
"¡Háblenle a la izquierda!", exigen los intelectuales del progresismo regional a los jóvenes activistas cubanos. Cuando estos, en Miami, México o Madrid, se reúnen con figuras y partidos liberales o conservadores, afloran, exquisitos, los reproches. Casi en paralelo con las diatribas antintelectuales que lo más reaccionario del exilio —pocas veces la oposición interna— depara a Carolina Barrero y sus colegas. Pero cuando los intentos de estos por dialogar con las izquierdas occidentales se topan con muros infranqueables, la consejería progre enmudece. Y la caverna anticomunista celebra. Hermanadas en una actitud donde se convergen simplismo analítico, complicidad política e insolidaridad humana.
Cuando jóvenes de una generación nacida tras la caída del Muro de Berlín abrazan causas realmente progresistas —redistributivas, identitarias, democráticas— lo hacen sin el sectarismo de sus críticos de izquierda o derecha. Pasa en Cuba, en Nicaragua y en Venezuela. Lo hacen bajo la represión oficial y el silencio de sus "aliados" del progresismo hegemónico latinoamericano. Porque su agenda no es complacer a nadie, sino luchar por sociedades más libres y justas.
Quienes deberían revisarse son aquellos que, desde la arrogancia intelectual o el analfabetismo político, insisten en prescribir las elecciones de quienes disputan un futuro ubicado, al decir Raymond Aron, entre lo preferible y lo detestable.
Sorry; I was very stupid. I thought you were available. Adios.
291 SE 6th Ave. Hialeah, FL 33010. 084-84-9247
I want to meet women like you.
Carolina: the state of being dedicated to a cause
( a committed woman)
En general las facultades de humanidades, filosofia, historia, psicologia, de Occidente están casi completamente dominadas por la extrema-izquierda. Estas instituciones tienen la hegemonía cultural y por tanto son los más influyentes en crear valores y por tanto imponer lo que es bueno y lo que es malo. Afortunadamente existen otras personalidades como los empresarios, algunos economistas sensatos y mucha gente que trabaja y sabe como son las cosas, que aportan algo de sentido común y finalmente los hechos suelen darles la razón. En general la extrema-izquierda no suele ganar las elecciones, pero al tener la hegemonía cultural puede ir ganando a la opinión pública y casi salir venciendo en muchas causas que chocan a la gente trabajadora y sensata. Obviamente estos intelectuales no dirán nunca nada en contra del castrismo y si denostarán constantemente a los EEUU y la cultural occidental, con lo cual la oposicion a la cleptocracia siempre tendrá a la cultura hegemónica en contra.
Para los países hermanos de este hemisferio; los militares cubanos son piratas buenos; y ellos representan la solución conceptual a todos los problemas sociales en sus países. Los países cercanos se sienten vinculados a (los derechos humanos a-la cubana.) El diablo es un héroe( pero más héroe por circunstancias que por diablo.)
Los exiliados cubanos de efervescencia constante y análisis prematuros confunden la izquierda occidental con el socialismo de hoz y martillo. Y son los ciudadanos europeos los que quieren programas sociales, nada impuesto.
Soluciones: interacción con la base social de los países hermanos vía la base de datos de Dun & Bradstreet.
Pedro: ¿Por casualidad usted es discípulo de Ricardo Trelles?
¿Soluciones?
No escribir sandeces y mucho menos en el "código morse" que utilizas.
Me parece que está acertando ...
Asere dile a tu dentista que le corrija el estrabismo a esa muela que soltaste ...
De los letrinamericanos no se puede esperar otra cosa que la hijeputez acostumbrada y absolutanente "normal" en ellos. Y no, a estas alturas no hay excusa que valga, si es que alguna vez la hubo.
La derecha, los contribuyentes y la gente que aprecia la libertad deben mover el debate en la dirección de establecer una dicotomía entre la parte de la sociedad que aporta y la parte que vive del gobierno. La derecha ha tratado de competir en buenismo con la izquierda durante mucho tiempo. La consecuencia ha sido el crecimiento del parasitismo, la demagogia, y el populismo, estados endeudados que imprimen billetes para comprar estómagos agradecidos. No hay forma de complacer a los viven del trabajo ajeno. No hay suma de dinero que parezca razonable a los que han decidido que merecen todo. Los intelectuales, los economistas, los empleados públicos, los periodistas, los estudiantes, etc no tienen idea de como se producen los bienes y servicios que ellos consumen. Sin embargo esta clase parasita es la que domina el debate público mientras los trabajadores reales solo reciben impuestos e inflación (otro impuesto). Se impone cambiar el debate publico hacia la responsabilidad individual.
"Adios, America: The Left's Plan to Turn Our Country into a Third World Hellhole"
Mejor seria tratar de explicarse las razones que alimentan el progresismo hegemónico. Hablar ya de restablecer la democracia en Cuba es casi un despropósito en medio de una America Latina roja y cooperante con Rusia. Putin ya tiene casi todos sus objetivos cumplidos en esta zona del mundo.
La batalla ya tiene que ser en la frontera de Estados Unidos para evitar la caída definitiva de este país, la cual parece estar llegando rápido.
Creo que la mejor forma de enfrentarse al progresismo, hegemónico o no, es atacando de frente el parasitismo que hunde hoy a todas las sociedades democráticas. La derecha, los contribuyentes y la parte productiva de sociedad, tienen que poner en su sitio a la parte de la población que vive del trabajo ajeno. El marxismo y la izquierda nunca han defendido los derechos de los trabajadores. La base de esta ideología es la parte parasita de la sociedad.
El camarada Chaguaceda ha inmolado muchas pestañas, horas de sueño e infinidad de horas laptop ... para crearse su nicho, comparte celebridad con Arnaud Desplechin, director de cine, Cédric Klapisch, realizador, actor, productor; Chiara Mastroianni, actriz y cantante; Jean-Pierre Thiollet, escritor y ensayista.
Tal gloria cubana no debe ser desdeñada al trabajo rudo del proletariado ...
Sus investigaciones miltíficas son fundamentales para asestar el golpe que va a decapitar al Capitalismo ...
De acuerdo con usted Plutarco. Todos estos intelectuales solo están motivados en dominar el dinero publico y encausarlo a su feudo. Toda su inteligencia se destina a manipular a lo peor de la sociedad, usándola de aliada para dominar a la parte productiva de la sociedad y exprimirla a impuestos. Se sienten superiores. Ellos: que no producen ningún valor tangible, dominan el debate político. Mientras los que producen se dedican a satisfacer la demanda de bienes y servicios; los catedráticos, los profesores universitarios, los empleados del gobierno, los artistas y los periodistas se dedican a imaginar un mundo “mejor” con el dinero de los demás. Para lograr el mundo “mejor” se valen de todo: la inmigración descontrolada, los programas sociales desmoralizadores, el odio a los ricos, el despilfarro climático, la guerra de géneros etc. En ese lodazal vive la izquierda hegemónica, tirando siempre hacia la entropía con el objetivo conquistar el poder hegemónico.
Los deseos de una inmensa mayoría cubana de acabar con la dictadura han chocado hasta ahora con esa intelectualidad metatrancosa que aún sigue suspirando por el "socialismo democrático". Chaguaceda cojea de esa misma pata y no duda en atacar peyorativamente a los anticomunista.
No nos vamos a entender la izquierda metatrancosa que aún sigue en su torre de marfil intelectual y el resto del pueblo que tiene la prosperidad como meta inmediata e impostergable. El socialismo no lo va a lograr, lo harán los "cavernarios" anticomunistas que no tienen pelos en la lengua a la hora de criticar a la dictadura y sus desmanes.
Los intelectuales metrancosos y tibios serán barridos a la hora de la liberación.
Uff,!!! Estás vivo AREITO Amoculo Cerebral? Yo creí que el covid-19 te había llevado o tal vez el G2 allá en Santiago te había dado vacaciones en tus guardias en el pedruco
Que bueno que he leído este artículo ... me acabo de reafirmar como un cavernícola ... pensándolo bien, le deseo toda la suerte del mundo a Otaola en sus intenciones de alcalde ...
Chaguaceda es de esas garrapatas oportunistas que infestan las cavernas ... se formó en Cuba pero vive cómodamente entre el Distrito Federal y algún lugar de Alemania ... vendiendo Aceite de Majá del Siglo XXI ...
Excelente artículo de Chaguaceda. La valoración que hace de la labor de Carolina Barreiro no solo es justa, sino muy necesaria.
Entre el pensamiento escrito y la articulación; en ella hay un iman para la interacción con otros cubanos y hermanos caribeños.