Milei se enfrasca en guerra verbal contra sus propios aliados, que se le rebelan en el Congreso

El presidente argentino Javier Milei está enfrascado de nuevo en una guerra de acusaciones "contra la casta", tras polémicas decisiones en el Congreso que fueron avaladas por sus propios aliados, teniendo como telón de fondo un público distanciamiento de la vicepresidenta Victoria Villarruel, lo cual alimenta un escenario de soterrada pugnacidad en el alto gobierno de Argentina.

Se trata de una cadena de situaciones y decisiones que atraviesan las endebles alianzas del presidente libertario en el Parlamento, donde depende justamente de otros bloques legislativos para aprobar sus propuestas. Su partido La Libertad Avanza (LLA) es clara minoría: en la Cámara de Diputados, de un total de 257 escaños, solamente tiene 38, y en el Senado, de un total de 72 representantes, apenas cuenta con siete. El peronismo es la primera minoría en ambas cámaras con 99 diputados y 33 senadores.

Un primer tema que generó este nuevo ciclo de agria polémica del presidente con el Congreso fue la decisión de los senadores de elevarse sus ingresos a unos 9.000 dólares al mes a partir del pasado 1 de agosto. La decisión contó con el respaldo de algunos senadores del PRO, el partido que lidera el expresidente Mauricio Macri, quien pese a una serie de diferencias públicas con Milei sigue apoyando al Gobierno.

Si bien la vicepresidenta Villarruel —quien por ley encabeza la Cámara del Senado y tiene voz y voto— se desmarcó de la decisión, diversos periodistas locales comentaron que al momento de decidir la vicepresidenta no ejerció una particular resistencia para evitar que se aprobara tal aumento. Una medida que terminó siendo un escándalo político, dada la contracción generalizada de ingresos que vive la sociedad argentina, justamente producto del severo ajuste fiscal que lleva adelante Milei.

"Cobrar nueve millones de pesos en este contexto es más que una burla, es traición al pueblo trabajador. Una vez más, la casta política se niega a soltar sus privilegios mientras el pueblo sufre las consecuencias. Repudio cada una de las firmas que dieron lugar a este despilfarro a favor de los políticos y en contra de los argentinos", declaró Milei.

Este 22 de agosto, tras una aprobación previa de diputados, el Senado sancionó por 61 votos a favor y ocho en contra la ley que establece cambios en el actual sistema de los pagos de jubilados y pensionados del país sudamericano. La iniciativa, que únicamente fue rechazada por los legisladores de LLA, propone mantener el esquema de actualización por inflación implementado por Javier Milei, pero suma una subida adicional para compensar la inflación del 20,6% de enero y tiene en cuenta la evolución de los salarios.

Milei, usando sus redes sociales, tildó de "irresponsables" a los legisladores, entre los cuales están sus aliados del PRO de Macri. El exmandatario, por otra parte, fue convocado por Milei a una reunión en la que le pidió explicaciones por el rechazo de su partido a la aprobación de fondos para una nueva agencia de inteligencia del Estado, una propuesta que el presidente libertario lleva adelante para reorganizar las funciones de varias dependencias.

El jefe de Estado anticipó que el veto de la reforma jubilatoria será total. Sostuvo que lo que busca el Congreso  es  "la ruina del país" y desafió a diputados y senadores a "que digan cómo se va a financiar" este modelo jubilatorio en el contexto actual. Según la estimación oficial, se necesitarían más de 300.000 millones de dólares, en el largo plazo, para honrar el esquema de jubilaciones aprobado.

Desde que asumió el poder, Milei  mantiene a rajatabla su política de tener a raya los gastos públicos, y eso ha incluido recortes de personal en diversas dependencias, así como la fusión de distintos órganos del Estado.

El analista y profesor universitario Ignacio Labaqui, consultado por DIARIO DE CUBA, se pregunta el por qué suceden estas decisiones que simbolizan la ausencia de compromisos de otros grupos políticos, en teoría aliados, con la política fiscal de Milei.

"¿Por qué no optaron (en LLA) por una coalición que al menos les diera el tercio necesario en una cámara para tener un escudo legislativo más o menos fuerte? Si tengo que apostar diría que es porque va a contrapelo de la estrategia de comunicación política de Milei", sostiene Labaqui, quien plantea cómo hipótesis que el presidente necesita decisiones polémicas que le permitan desarrollar su narrativa "anti-casta". Se trata, a su juicio, de "un nuevo episodio de lo que sirve para ganar (electoralmente), no necesariamente es bueno para gobernar".

La tercera línea polémica en la que está envuelto el Gobierno de Milei es en relación con su apoyo a la candidatura del juez federal Ariel Lijo para integrar la Corte Suprema de Justicia de Argentina. Este miércoles tuvo lugar una maratónica sesión pública en una comisión del Senado, que se extendió por más de ocho horas, en las que se le formularon diversas preguntas al juez.

Un día antes de esta comparecencia, la vicepresidenta Villarruel sorprendió al marcar una posición pública distinta a la línea del Gobierno de Milei. Villarruel cuestionó la honestidad de Ariel Lijo y acentuó su tensa relación con el presidente: "No creo que haya sido la mejor elección".

El abogado Alfredo Vitolo, profesor de Derecho de la Universidad de Buenos Aires remarcó que existe una falta de idoneidad y de valores éticos en las dos postulaciones que presentó Milei para ocupar las vacantes en el máximo tribunal argentino. El otro candidato es el conservador Manuel García-Mansilla. Sobre Lijo existen diversas denuncias de conducta impropia y de nexos con decisiones polémicas. En su momento fue recusado por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Vitolo recordó que Lijo y García-Mansilla cuentan con 34 y 12 impugnaciones a sus postulaciones, respectivamente, por parte de gremios de abogados y organizaciones sociales.

Para Labaqui, tal como están sucediendo las cosas entre el Gobierno y el Poder Legislativo en Argentina, en la coyuntura actual, el Gobierno de Milei "va a celebrar algo que no merece celebración alguna, sino más bien un minuto de silencio", como es la aprobación de Lijo a la Corte Suprema, mientras que "el Congreso le mete goles en los temas que más le preocupan a Milei", como lo es el equilibrio fiscal.