El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá anunció el miércoles 3 de julio el cierre de al menos tres pasos fronterizos con Colombia usados por cientos de miles de personas para acceder al conocido como Tapón del Darién o selva del Darién, considerado el corredor migratorio más peligroso del mundo.
En un comunicado oficial, citado por el medio local La Estrella de Panamá, la entidad oficial informó que colocó barreras perimetrales en tres puntos estratégicos del Darién, entre ellos accesos no autorizados en las costas pacífica y caribeña, así como en el sector del Hito de Chucurtí, conocido por ser una vía clave utilizada por migrantes irregulares.
En las dos primeras zonas, además, se han reforzado los patrullajes costeros y la interdicción marítima de embarcaciones en las que traficantes de personas trasladan a los migrantes.
Senafront aseguró que, con la medida, las autoridades buscan canalizar de manera más controlada el flujo migratorio hacia Bajo Chiquito, el primer asentamiento poblacional panameño al que llegan los migrantes tras días de dura travesía por la selva del Darién.
Esta región ha sido históricamente un paso difícil y peligroso para miles de personas que buscan llegar a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida.
El operativo iniciado se realiza en el marco de la campaña Escudo, que se ejecuta en coordinación con la fuerza pública para el control de la migración irregular masiva que enfrenta el Estado panameño, señaló el reporte.
Esa decisión se tomó, de acuerdo con el Senafront, para concentrar esfuerzos de protección, seguridad y asistencia humanitaria a los migrantes irregulares, puesto que con el anterior dispositivo de control las fuerzas de seguridad estaban dispersas, lo cual dificultaba la lucha contra las organizaciones delictivas transnacionales que se benefician del tráfico de personas.
De acuerdo con datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá, en lo que va de 2024 más de 195.000 migrantes ilegales han ingresado al país centroamericano camino a Estados Unidos.
Hasta el 6 de junio pasado, 174.513 personas habían transitado la peligrosa selva que divide a Panamá y Colombia. El país de procedencia más representado entre esos migrantes es Venezuela (113.244). Le siguen Ecuador (12.300), Colombia (11.219), China (10.348) y Haití (9.980).
Los 402 cubanos contabilizados en ese mismo periodo representan una tendencia a la baja con respecto a 2023, cuando en total fueron 1.124 los migrantes de la Isla que cruzaron por el peligroso territorio. Esa cifra fue también muy inferior a los 5.961 que lo hicieron en 2022.
El Senafront anunció que el recién instaurado Gobierno de José Raúl Mulino "planifica el lanzamiento de una nueva campaña denominada 'Darién', que tiene como objetivo garantizar un clima de paz y tranquilidad en esta región del país".
Mulino adelantó el pasado viernes, durante una gira por el Darién previa a su investidura, la colocación de "cercas de serpentinas" con "el ánimo de que la gente tome el camino único para llegar hasta aquí, no diseminado", además de la presencia policial en algunas zonas de esa selva.
Como reportó EFE, Mulino también se refirió a la problemática del Darién durante su discurso de investidura el pasado lunes. En esa ocasión, Panamá y Estados Unidos firmaron un acuerdo para repatriar a los migrantes, y Washington se comprometió a asumir los gastos.
El nuevo mandatario panameño mantiene un fuerte discurso frente a la migración por el Darién, tildándola de "ilegal", y ya en campaña había prometido el "cierre" del Darién, algo que después matizó.
"Panamá no será más un país de tránsito para los ilegales. No permitiré complicidades locales", declaró en su discurso de toma de posesión.
