Los planes del presidente argentino Javier Milei chocaron esta semana con la marcha masiva en defensa de la universidad pública. La concentración más grande desde que Milei asumió la presidencia, estuvo marcada por las consignas críticas a la gestión gubernamental, en medio de la estrategia oficial para instalar un mensaje de apoyo al ajuste.
El Gobierno estaba en días de plácemes, de intentar demostrar que las políticas económicas funcionaban, a caballo del superávit fiscal de enero-marzo, logrado en el comienzo mismo de su gestión, y el primero para un trimestre desde 2008, cuando las calles le cambiaron el cariz al asunto.
"Error de timing, subestimación, imprevisión o lo que hubiese sido, el punto es que la multitud en las calles se cruzó en el camino del mensaje de apoyo al ajuste que Javier Milei busca instalar ya, afanosamente", opinó la revista argentina Clarín.
"Es una hazaña de nivel mundial, un milagro económico y un hito que debe enorgullecernos como país", había alardeado el presidente en cadena nacional, poco antes de las manifestaciones. Y de seguido: "Fue un esfuerzo heroico que la mayoría de los argentinos estamos haciendo y una muestra de la entereza con la que se enfrenta este desafío que da sostenibilidad a las cuentas públicas".
Medios locales precisaron que la marcha de esta semana no mostró nada ni remotamente parecido a algún tipo de aval al apretón fiscal que le ha puesto el sello al modelo económico, sino todo lo contrario. Fue directo contra el saque del 28% real, descontada la inflación, que Milei le pegó a las transferencias del Gobierno a las universidades nacionales durante los dos primeros meses de 2024.
En este contexto, el Instituto Argentino de Análisis Fiscal dijo que el superávit del primer trimestre del 2024 estuvo marcado por el mayor recorte al gasto público en 30 años, al que las jubilaciones contribuyeron con 2,9 billones de dólares, que representaron el 35% del "ahorro" total.
En opinión de Clarín, en Argentina "la educación pública, libre y gratuita equivale a ascenso social, a trabajo generalmente bien pago, a igualdad de oportunidades y probablemente a vivienda propia. Cosas parecidas pasan con su prima hermana, la salud pública, y por eso tocarlas significa tocar valores que históricamente han distinguido a la Argentina y enorgullecido a los argentinos".
Luego de criticar la marcha y decir que se trataba de "lágrimas de zurdo", Milei recogió cable ante el impacto generalizado de las protestas. "Vamos a garantizar los fondos para las universidades y vamos a auditar cómo se utilizan", dijo, y anunció reuniones de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, con los rectores.
Entre los asistentes a la manifestación de Buenos Aires se encontraron el gobernador peronista de la provincia homónima, Axel Kicillof; el exministro de Economía y adversario de Milei en las últimas elecciones presidenciales, Sergio Massa; el presidente del radicalismo, el senador Martín Lousteau; y los diputados de izquierda Myriam Bregman y Nicolás del Caño.
Además, expresó su apoyo el exalcalde de Buenos Aires y cofundador del partido Propuesta Republicana (centroderecha) Horacio Rodríguez Larreta; y desde un balcón cercano al Congreso saludó a los manifestantes la expresidenta argentina Cristina Fernández, quien agitó en su mano una prenda universitaria.
No es “recorte al gasto público” es recorte al ROBO de dinero público.
Lo de la marcha “porque quieren cerrar las universidades públicas” es propaganda burda basada en una total falacia y los estudiantes, una vez más, dejándose manipular.
Ha sido económicamente inviable en la práctica, hasta este momento, todo intento socialista- comunista de regalar todos los servicios básicos al pueblo mientras se socaban paralelamente las bases económicas del país con una guerra solapada o frontal contra las bases capitalistas que lo sustentan.
Sobran los ejemplos.
Argentina ha implosionado en décadas de hermoso y fallido socialismo.
Milei tiene un diagnóstico correcto y la misión de aplicar un doloroso tratamiento que recupere la salud del enfermo país gaucho.
Pero no se cura en un año a una nación expuesta por décadas al populismo igualitarista que vivió de espaldas a la lógica económica.
El ser humano, aunque altamente conscientizado, es un ser biológico por excelencia: satisfacer sus necesidades de subsistencia está por encima de cualquier necesidad social superior.
Y se entiende, aunque duele.
El comunismo teórico es algo sólo inferior al paraíso bíblico.
Crear esa sociedad de igualdad social completa que asegura todas y cada una de esas necesidades biológicas es el sueño máximo de la especie humana.
Pero las riquezas materials necesarias para satisfacer las necesidades siempre crecientes de la población hay que crearlas con trabajo.
Lágrimas de zurdo, muy bien dicho. Se peinan, o se hace papelillos? No quieren mejorar la economía? Pues a recortar el gasto. No hay de otra. Las universidades y la educación pública son importantes, pero primero hay que comer. Los peronistas no saben hacer un puto boniato, pero ah, que bien joden! 😀
Otro artículo desafortunado de Cañizales sobre la realidad Argentina.