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Brasil

Tan lejos, tan cerca: Lula da Silva desconoce lo que pasa en el país vecino, pero interviene en otros

Su apuesta por hacer de Brasil una suerte de contrapeso a EEUU, ha terminado por alinear a su Gobierno electo democráticamente con regímenes no democráticos como Rusia y China.

Brasilia
Nicolás Maduro y Lula da Silva.
Nicolás Maduro y Lula da Silva. Reuters

El intento de la Cancillería brasileña de guiarse de manera profesional ha hecho aguas de nuevo por las intervenciones públicas del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, metido en la agenda internacional, solo que con una capacidad crítica que parece tener un doble rasero, como se quejan activistas de derechos humanos.

Lula da Silva, quien cumplirá 79 años en octubre, prometió devolver a Brasil a la escena internacional al juramentarse para un nuevo periodo de gobierno, el 1 de enero de 2023. Sin embargo, un intento de toma de edificios oficiales a escasos días de su juramentación, enfocaron al veterano líder de izquierdas en la política interna en su primer año de gestión.

El regreso de Lula da Silva al poder no le ha significado, por otro lado, recuperar automáticamente la ascendencia que tuvo en el pasado en América Latina. El septuagenario exsindicalista, además, ha acentuado su distanciamiento de Washington.

Todo ello se conjuga —junto a sus históricas posiciones favorables a la dictadura de Cuba o la comprensión que ha mostrado con el régimen de Nicolás Maduro para dejar en posiciones incómodas a una Cancillería que encabeza un profesional de carrera, como el actual ministro Mauro Vieira.

Así, en cuestión de pocos días, el presidente brasileño fue declarado persona no grata por Israel y restó responsabilidad al Gobierno de Vladimir Putin en la muerte del activista prodemocracia Alexei Navalni, fallecido mientras estaba en prisión. Por si fuera poco, dijo desconocer lo que ocurría en Venezuela, país vecino a Brasil, cuando era expulsado el personal en Caracas del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU.

Para diversos observadores no ha pasado desapercibida la presencia, como una suerte de sombra en los viajes internacionales de Lula da Silva, de quien fue su canciller, Celso Amorim, quien tiene una visión más ideologizada del rol que debe tener la diplomacia brasileña, dado el peso geopolítico de este país.

Asimismo, un cambio importante en relación al Lula da Silva protagonizado por la escena latinoamericana durante sus dos primeros periodos de gobierno, entre 2003 y 2010 (siendo Amorim canciller), es que la propia región se transformó con la irrupción de nuevos líderes, con diferentes posiciones ideológicas, que compiten por copar la escena internacional apalancados en las redes sociales, tal como sucede con el izquierdista Gabriel Boric (Chile) o el recién reelecto populista de derechas Nayib Bukele (El Salvador).

Las declaraciones de Lula, sin que sean parte de sus discursos escritos, también le han traído dolores de cabeza a la Cancillería de Itamaraty. Por ejemplo, Israel acaba de declarar persona non grata al presidente de Brasil, luego de que este comparara la actuación de las fuerzas israelíes en Gaza con el exterminio de los judíos por parte del régimen de Hitler en Alemania, en la Segunda Guerra Mundial.

El ministro israelí de Relaciones Exteriores, Israel Katz, dijo que el presidente brasileño pasa a ser considerado persona non grata en ese país hasta que se retracte de lo que ha dicho.

Lula da Silva evitó condenar al mandatario ruso, Vladimir Putin, por la muerte en prisión del opositor Alexei Navalni: "Creo que es una cuestión de sentido común (...) si la muerte está bajo sospecha, primero hay que llevar a cabo una investigación para averiguar de qué murió", sostuvo el mandatario brasileño en Adis Abeba, Etiopía, donde participó como invitado en la cumbre anual de la Unión Africana.

Además de Etiopía, Lula da Silva visitó Egipto y la Cancillería de Brasil indicó que estará en Guyana, donde tanto el Gobierno como altos mandos militares de Brasil han apostado por bajar la tensión entre Georgetown y Caracas en torno a un territorio en disputa, y sobre el cual el chavismo subió la temperatura de la discusión pública meses atrás, para eclipsar el arrollador triunfo de María Corina Machado en unas elecciones autoorganizadas por la oposición venezolana.

Interrogado por la seguidilla de sucesos en Venezuela (primero la detención de una destacada defensora de derechos humanos, Rocío San Miguel, a la que siguió la expulsión del personal del alto comisionado de derechos humanos de la ONU en Caracas), el presidente brasileño optó por la evasión. "No tengo información sobre lo que está pasando en Venezuela", afirmó.

La apuesta de Lula da Silva por colocar a Brasil en la órbita contrahegemónica, para hacer una suerte de contrapeso a EEUU en la escena internacional, ha terminado por alinear a Brasilia, con un Gobierno electo democráticamente, con regímenes no democráticos como los casos de Pekín y Moscú, con los que confluye en los llamados BRICS, acrónimo de Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, que en su origen se usó para identificar economías emergentes con grandes dimensiones geográficas y demográficas.

En su gira por África, Lula da Silva, más que hablar de la cooperación del continente africano con su país, ha resaltado el rol de los BRICS en la promoción de un nuevo modelo de desarrollo, según el veterano líder de izquierdas.

Y para muestra de cómo la geopolítica parece arrastrar a Brasil a las afinidades con los autoritarismos, está la gira que realiza el canciller de Rusia por América Latina esta semana. Además de visitar a las dictaduras de Cuba y Venezuela, Serguei Lavrov también incluyó a Brasil.

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2 comentarios

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Profile picture for user EL BOBO DE LA YUCA

La frase con la que concluye el artículo es inexacta. Dice: "Además de visitar a las dictaduras de Cuba y Venezuela, Serguei Lavrov también incluyó a Brasil." Resulta que es lo inverso: Lavrov va a Brasil porque en Rio se reúnen hoy los cancilleres del G20, en reunión preparatoria para la de presidentes en noviembre. Ese es el motivo principal del viaje a América Latina. Entonces la frase correcta sería: "En su viaje a Rio por el G20, Serguei Lavrov decidió visitar antes a las dictaduras de Cuba y Venezuela."

Profile picture for user Don Carlitos

Lula y AMLO fueron los delfines entrenados en los ochenta del siglo pasado por el castroesclavismo para liderar su penetración en América Latina. Todavía no había aparecido Chávez