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Ecuador

Los ecuatorianos dan un voto de confianza a Daniel Noboa y alejan a Correa del poder

El mandato de Daniel Noboa supondría la ayuda de efectivos policiales y militares de EEUU en la lucha por la seguridad ciudadana en Ecuador.

Brasilia
Daniel Noboa durante su campaña electoral.
Daniel Noboa durante su campaña electoral. Getty Images

Ecuador abrió la puerta a una gran incógnita y al mismo tiempo le cerró otra a lo ya conocido. De forma mayoritaria, los ecuatorianos convirtieron en presidente este domingo 15 de octubre al joven empresario Daniel Noboa, quien tuvo un meteórico ascenso en cuestión de semanas, y de paso alejaron un eventual regreso al poder del expresidente populista Rafael Correa (2007-2017).

Aunque Noboa es literalmente un recién llegado a la política, este joven empresario de solo 35 años es el hijo del hombre más rico de Ecuador, Álvaro Noboa, quien de forma repetida y sin éxito intentó ser el jefe de Estado en el país andino, media docena de veces. El nuevo presidente, sin embargo, no ha estado vinculado a los negocios de su padre, bautizado como El Rey del Banano, y ha optado por construir sus propios emprendimientos.

Con más del 97% de votos escrutados, las autoridades electorales le declararon presidente electo. Noboa obtuvo un 52% y su adversaria, Luisa González, quedó con un 48%. No es una cifra desdeñable para la candidatura de esta exlegisladora y cercana colaboradora de Correa, cuya principal oferta de campaña era retornar a las políticas del correísmo.

La posibilidad de que Correa pueda regresar al país se hace prácticamente imposible, por ahora, tras la derrota de González. El expresidente, un prófugo de la Justicia ecuatoriana por varios casos de corrupción y abuso de poder, reside en Bélgica desde donde, haciendo uso de las redes sociales y usando entrevistas de medios internacionales, intentar marcar la agenda política dentro de Ecuador.

En 2021, otro delfín político de Correa, Andrés Arauz, fue derrotado en las urnas en la segunda vuelta por el banquero Guillermo Lasso. Tras un período de diferentes trabas y tensión política, especialmente en el seno de una Asamblea Legislativa dominada por el correísmo y los movimientos indígenas, y ante la amenaza de un juicio político y eventual destitución, Lasso se acogió a una opción constitucional de llamar elecciones generales adelantadas.

De esta manera, Noboa solo tendrá una presidencia corta ya que en 2025, para continuar con los periodos constitucionales, habrá nuevamente elecciones en Ecuador.

Noboa, según el politólogo Santiago Basabe, tiene el desafío de la gobernabilidad, algo que no logró Lasso en sus dos años en la Presidencia. Y a juicio de este académico, director del capítulo ecuatoriano de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, el "casi" regreso de los adláteres de Correa en 2021 y en este 2023 seguirá acechando según se desenvuelva con éxito o no la gestión del joven empresario, con varios postgrados en EEUU.

En este caso, Noboa tendrá a su favor la merma significativa de diputados del movimiento indígena, que especialmente en el último año se aliaron con la llamada Revolución Ciudadana de Correa. En la nueva legislatura, el correísmo tendrá 50 legisladores de un total de 137.

El Partido Social Cristiano (PSC) consiguió 14 curules, y la alianza Acción Democrática Nacional (ADN), del presidente Noboa, 13 escaños. En las decisiones parlamentarias, de entrada, tendrá un papel clave la bancada de 28 legisladores de Construye, el movimiento que promovía la candidatura del periodista Fernando Villavicencio, quien fue asesinado tras un acto de campaña días antes de la primera vuelta en agosto pasado.

Así como la victoria de Noboa le cierra la puerta al regreso de Correa, por otro lado se allanaría bajo su Presidencia la presencia en territorio ecuatoriano de efectivos policiales y militares de EEUU, una decisión tomada recientemente por el presidente Lasso, y que espera una ratificación de la Corte Constitucional.

Será la segunda oportunidad, en el siglo XXI, que se desplegarán uniformados estadounidenses dentro del país. Y, en esta ocasión, será la primera en la que estarán involucrados en la seguridad de la ciudadanía del país andino, ya que tendrán autorización para actuaciones de corta duración que sirvan para hacer frente a bandas de criminales dedicados al narcotráfico o a la trata de personas.

La primera fue la cesión de una base aérea en la ciudad de Manta desde donde los militares estadounidenses cumplieron misiones contra el tráfico de drogas entre 1999 y hasta 2009, cuando el entonces presidente Correa cerró este convenio.

Este país de 17 millones de habitantes, y que usualmente se le consideró una nación pacífica, vive ahora su peor crisis en materia de seguridad y violencia. Las estadísticas de la Policía reflejan que entre enero y junio de este año se han registrado 3.513 asesinatos, lo que significa un aumento del 58% respecto al 2022.

El año pasado la tasa de homicidios fue de 26 por cada 100.000 habitantes, mientras que para el cierre de este 2023 podría cerrar con una tasa de 40 homicidios por cada 100.000 habitantes. Si tal cosa ocurre, Ecuador se convertiría en el país más violento de la región. Y esto será un problema urgente para Noboa, quien asume la Presidencia el 25 de noviembre venidero.

El nuevo presidente ecuatoriano no proviene de ningún partido político ni se define ideológicamente, pero su discurso es liberal, tiene intención de reducir impuestos y fomentar la inversión extranjera. Noboa, durante la campaña, se mostró como un hombre familiar. Está casado, con dos hijos, y su esposa está embarazada de un tercero.

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2 comentarios

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Profile picture for user JCAleman

Es cuestión de esperar que el comunismo retome las riendas de Ecuador en 17 meses cuando se complete el mandato de Novia.

Igual que la ignorancia y la indiferencia de los pueblos llevaron al poder a Fidel Castro, Daniel Ortega, López Obrador y Lula, entre otros fabricantes de miseria, los ecuatorianos regresaran a Correa y entonces será para quedarse.

Profile picture for user Nico

Un alivio que haya perdido la candidata correísta. Preocupa no obstante que el correísmo, afín al castrobolivarianismo, mantenga aún una fuerza considerable. Noboa tendrá que hilar fino porque la izquierda perniciosa tratará de sabotearle su gestión. Eso por seguro, y con el apoyo de Maduro y Evo, como puntas de lanza del castrismo desestabilizador de la región. Tendrá que hacer un buen trabajo tanto en lo político y lo económico como en lo social, poniendo freno a la violencia que sacude al Ecuador, a fin de poderse postular en la pròxima elección (puede, ¿no?) que será pronto, dado que esta elección fue solo para cubrir el tiempo que le faltaba a Lasso para cumplir su mandato.