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Nicaragua

El régimen de Ortega y Murillo tensa aún más las relaciones con la Unión Europea

La retirada del plácet al embajador Fernando Ponz ha sido la respuesta de Managua a las críticas europeas a la represión en Nicaragua.

Brasilia
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo. Presidencia Nicaragua

El régimen de Daniel Ortega y de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, ha dado otra vuelta de tuerca a su política de confrontación con la comunidad democrática de Occidente. Este martes 18 de abril le retiró el beneplácito al nuevo embajador de la Unión Europea (UE), con lo cual Fernando Ponz no podrá pisar Managua con rango diplomático.

Una nota firmada por el canciller del sandinismo, Denis Moncada, respondió de manera furibunda y le quitó a Ponz el plácet que se le había dado previamente. La embajada comunitaria de la UE en Nicaragua está acéfala desde hace medio año, cuando el Gobierno de Ortega y Murillo declaró persona non grata a la entonces representante de la Unión Europea, Bettina Muscheidt, y esta debió abandonar el país.

El año pasado, asimismo, la Cancillería nicaragüense rechazó la designación de Hugo Rodríguez como embajador de Estados Unidos, con lo cual quedaron en suspenso las relaciones diplomáticas entre Managua y Washington. Fue cerrada también la representación diplomática de El Vaticano y expulsados a Costa Rica los representantes de la Santa Sede.

Canadá, que históricamente manejó desde Costa Rica las relaciones con Nicaragua, también ha sido blanco de ataques verbales del propio Ortega, por no asistir a los actos convocados por el régimen autoritario.

"Canadá es un país completamente gobernado por colonialistas, y que a la vez son gobernados por el gran imperio; o sea, Canadá es una colonia de Estados Unidos", bramó Ortega en enero pasado, ante la ausencia de diplomáticos canadienses cuando se instaló el período de sesiones de la Asamblea Legislativa, ampliamente controlada por el sandinismo.

La medida contra el embajador Ponz fue la respuesta a un comunicado de la UE difundido en Bruselas en el cual se recordó, de forma crítica, la represión cometida hace cinco años en el país centroamericano.

"Han pasado cinco años desde que miles de ciudadanos nicaragüenses salieran a la calle para expresar su legítima reivindicación de los derechos humanos (...). En lugar de que sus demandas fueran escuchadas y respetadas, el pueblo de Nicaragua se enfrenta desde entonces a una represión sistémica", sostuvo la UE.

Las protestas que se encendieron en abril de 2018 fueron violentamente reprimidas por el Gobierno de Ortega y Murillo, dejando un saldo de 350 muertos, según reportes del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

"Ante su injerencista, atrevido e insolente comunicado (…), la República de Nicaragua (…) ha decidido suspender el plácet que había concedido al señor Fernando Ponz, como embajador de esa Potencia avasalladora", sostiene el comunicado oficial nicaragüense, que evoca el tono de los mensajes del régimen cubano.

Tras la expulsión de la embajadora Muscheidt, Bruselas optó por aumentar la presión diplomática contra el gobierno autoritario. A fines de septiembre, el Consejo de la UE declaró persona non grata a la representante de Nicaragua ante el bloque, Zoila Muller Goff. Luego, el 13 de octubre de 2022, el Consejo de la UE renovó por un año, hasta el 15 de octubre de 2023, las sanciones contra 21 ciudadanos y tres entidades de Nicaragua "en vista de la situación" política en el país.

De forma coincidente, este 18 de abril, la ONG de derechos humanos Amnistía Internacional difundió un contundente informe sobre el clima represivo que vive Nicaragua bajo la dictadura encabezada por la pareja presidencial de Ortega y Murillo.

"A través de la documentación de casos emblemáticos mostramos el continuum de represión a la que ha sido sometida la sociedad nicaragüense, y los diferentes patrones de violaciones a derechos humanos que han sufrido las personas que se atreven a alzar su voz para denunciar la crisis que sufre el país y exigir el respeto y el goce pleno de los derechos en Nicaragua", dijo Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.

De acuerdo con la información recabada por Amnistía Internacional, el uso excesivo de la fuerza ha sido ejercido por las fuerzas policiales, en muchas ocasiones en coordinación con grupos parapoliciales, quienes han sido los responsables de miles de detenciones arbitrarias en diferentes momentos a lo largo de estos cinco años.

La ONG, con sede principal en Londres, hizo un llamado a la comunidad democrática internacional a mantenerse atenta a lo que ocurre dentro del país centroamericano, para que actúe "de forma coordinada y contundente" ante la deriva autoritaria y la crisis generalizada de los derechos humanos.

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4 comentarios

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La bruja y el periquero están de truco los dos asesinos mal nacidos estos.

La bruja y el periquero están de truco los dos asesinos mal nacidos estos.

La Rosario, impresentable, parece una madama del barrio Colón.

Ortega, cuando esnifa perico, se pone a hablar incoherencias.