Si la renuncia de Tareck El Aissami, otrora figura poderosa dentro del chavismo, trajo unas cuantas sorpresas en Venezuela, la narrativa oficial, en su interés en mostrar de que está haciendo frente a la corrupción, abrió lo que parece ser otra caja de Pandora: Álvaro Pulido, socio del empresario colombiano Alex Saab, y quien gozaba de contratos, y protección de Caracas, ha sido detenido.
En el ajedrez el alfil simboliza un oficial del ejército o un funcionario medio, con la virtud de que puede moverse diagonalmente con cierta libertad. Álvaro Pulido y su socio Saab, juzgado en EEUU por lavado de dinero, pueden encarnar las figuras de alfiles en los negocios del chavismo, moviéndose tras bambalinas en diversos ámbitos (construcción, alimentos, petróleo), pero ahora ambos tras las rejas.
La televisión oficial de Venezuela ha mostrado a Pulido con un overol naranja, que no son usuales entre los detenidos del país, y que por paradojas le asemejan con Saab también mostrado con overol naranja en el proceso que se le lleva en territorio de EEUU, tras ser extraditado desde Cabo Verde en 2021, en un prolongado proceso judicial en el cual el chavismo intentó de diversas maneras evitar esa extradición.
La esposa de Saab, la modelo italiana Camilla Fabri, también señalada por la Justicia de su país de lavado de dinero, reaccionó de inmediato para sostener que apoyan la lucha contra la corrupción que se lleva adelante, podría decirse que de manera frenética desde el pasado 20 de marzo cuando El Aissami hizo pública su renuncia y desde entonces se desconoce su paradero y situación judicial.
Saab se deslindó de Pulido, sin mencionarlo directamente, y respaldó las detenciones e investigaciones por corrupción, siendo portavoz su esposa. Para no pocos analistas todo este caso, por el alto nivel y conexiones de los implicados, en realidad representan una recomposición en la estructura de poder puertas adentro del chavismo.
Al contrario de lo que es usual en Venezuela, de que familiares de los detenidos por razones políticas rápidamente denuncien las arbitrariedades, en estas casi seis decenas de detenciones no se ha conocido ningún pronunciamiento de familiares o allegados de los señalados por corrupción. "Son ahora una suerte de leprosos", le comenta a DIARIO DE CUBA un simpatizante del chavismo vinculado al campo de los derechos humanos.
La Fiscalía confirmó este 13 de abril, tras mostrarse a Pulido en las pantallas de televisión junto a otros nuevos detenidos, que ya son 58 las personas encarceladas. Se presume que esta suerte de razzia judicial proseguirá, dado el impacto que están teniendo en materia de opinión pública, desviando la discusión en redes sociales de problemas neurálgicos como las protestas de maestros y trabajadores públicos por "los salarios de miseria", que no llegan ni a un dólar por día.
Pulido, de origen colombiano y quien se cambió su nombre años atrás, ha sido señalado como el "operador financiero" del escándalo de corrupción y de estar vinculado a Hugbel Roa, un exdiputado detenido e imputado por gestionar asignaciones de contratos de carga de crudo a intermediarios. Roa forma parte, a su vez, del círculo más cercano, podría decirse que íntimo de El Aissami.
El portal de investigación periodística Armando.Info publicó recientemente documentos oficiales que reflejan un impago a PDVSA de 1.500 millones de dólares por parte de 19 empresas controladas por Pulido y Saab. Los trabajos de este portal en los últimos años han permitido conocer la magnitud del poder que adquirió Saab dentro del chavismo y que, junto a Pulido, ambos terminaron siendo "los contratistas predilectos de Maduro".
"Los que hoy muestran a Álvaro Pulido con braga (overol) naranja son los que durante años le dieron a él y su socio Alex Saab negocios por miles de millones de dólares aun a sabiendas de que su nombre real era Germán Rubio y que en el pasado estuvo ligado al narcotráfico en Colombia", comentó a DIARIO DE CUBA el periodista Roberto Deniz, de Armando.Info, quien junto a varios de sus colegas debió exiliarse en Colombia tras una persecución judicial orquestada por Saab en 2018.
De acuerdo con la Justicia de EEUU, Saab, un colombiano de 49 años de origen libanés, ha sido uno de los principales testaferros de distintos entramados de corrupción dentro del Gobierno venezolano. Se estima que hizo operaciones de lavado de dinero en territorio estadounidense y colombiano por el orden de los 350 millones de dólares.
Sobre Álvaro Pulido, en tanto, pesa una oferta de recompensa de EEUU, que ofrece hasta diez millones de dólares por quien brinde información sobre el paradero del socio de Saab, quien permaneció por varios años en Caracas, contando con protección del Gobierno de Maduro. No se descarta que Saab y ahora Pulido puedan ser parte de intercambios de prisioneros que ya el año pasado pusieron en práctica la Casa Blanca y el Palacio de Miraflores.
