El pasado enero Miguel Díaz-Canel visitó México por cuarta ocasión desde que asumió como administrador de la finca Cuba, pero esta vez, aparte de intentar sacar algo de "lana" de los cuates, iba para ser condecorado con la más alta distinción que impone aquella nación: la Orden del Águila Azteca.
Sin embargo, más que el condecorado —un mero borrón en la historia humana— preocupa el condecorador, que sí es presidente democráticamente electo de uno los países más importantes del orbe y quien, pudiendo condecorar a personas realmente relevantes y positivas, sin embargo escoge para ello al fútil Canel, lo que genera preguntas sobre qué tiene en la cabeza este Huey Tlatoani de los aztecas.
Por allá por 2006, cuando por primera vez Andrés Manuel López Obrador candidateaba en las presidenciales, su abierta admiración por la revolución cubana y su cabecilla, Fidel Castro, dio pie a que sus contrincantes políticos le acusaran de querer cubanizar México, y bueno, parecían vacías aquellas estridentes acusaciones, hechas con la intención de dañar la imagen del pobre hombre, pues, ¿quién en su sano juicio querría cubanizar algo que no fuera el jazz o alguna que otra receta culinaria?
Sin embargo, ahora como presidente, anda López Obrador declarando que "esa isla es la nueva Numancia por su ejemplo de resistencia y, por esa misma razón, Cuba debería ser declarada patrimonio de la humanidad"… Oh… my… God.
Y no queda en retórica Andrés Manuel López Obrador cuando afirma que el castrismo "es un Gobierno profundamente humano". Realmente lo está imitando, avanzando en la militarización del país, la centralización del poder, la estatalización de empresas y recursos, el reparto indiscriminado de subsidios y un ataque, a veces agazapado a veces frontal, contra los otros poderes republicanos, minando el árbitro electoral y el Tribunal Supremo en un probable intento de eternizarse personalmente, él o su partido, en el Palacio Nacional.
En verdad la "cercanía" de México con el castrismo no comenzó ahora, en tiempos de la "dictadura perfecta" del PRI, cuando algún presidente quería remarcar su independencia del vecino del norte iba y apachuchaba a Fidel para regocijo de la izquierda continental. El impresentable Luis Echevarría, incluso le regaló a Fidel un espectacular mural para una de esas escuelas en el campo donde a este le gustaba mantener a los adolescentes alejados de la nociva influencia de sus propios padres.
Pero ni siquiera cuando en Cuba vivía un mito viviente del antiimperialismo y no el actual general cobarde y su banda de ineptos, ningún mandatario mexicano osó declarar tanta admiración por la revolución cubana.
Probablemente sea el nacionalismo, nota ideológica dominante en López Obrador, lo que explique esa patológica devoción por la isla caribeña, pues en sus discursos sobre Cuba es reiterada la alusión a "la dignidad y la soberanía". Y eso preocupa, preocupa que un presidente de México realmente crea que el pueblo cubano tiene dignidad y tiene soberanía. ¿Qué engranajes chirrían en ese cerebro para delirar así?
¿Dónde está la dignidad de vivir 30 años de los soviéticos y diez de los venezolanos? ¿En qué lugar de la cola para cualquier producto básico se encuentra la dignidad? ¿Cuán digno es morir aplastado por medio balcón? Y solo hay que mirar la arquitectura y tamaño de las respectivas embajadas de yanquis y bolos para entender cuando fue Cuba menos soberana.
Aun emponzoñado México por la oportunista cruzada antidroga de las elites norteamericanas, ha sabido construir una arquitectura democrática que, aunque lamentablemente compuesta por corruptos y ladrones con una frecuencia alta incluso para estándares hispanoamericanos, ha dado suficiente estabilidad y sabido aprovechar —al menos a medias— la enorme oportunidad de compartir frontera con la nación más exitosa de la historia.
Es alarmante que al frente de esa arquitectura institucional esté ahora un sujeto que no entiende lo destruida que está Cuba y cuánta culpa tiene el modelo castrista en ello. O peor, que sí lo entiende, pero está dispuesto a pagar con destrucción el precio de su poder. Y quizás las intenciones de López Obrador sean buenas, como quizás lo hayan sido —en algún momento— las intenciones de Fidel, pero de buenas intenciones está pavimentado el camino al infierno… o a Cuba.
¿Cuantos periódicos locales, emisoras de radio, y revistas hay en los Estados Chihuahuas de Mexico, Colombia y Brasil? =Dun & Bradstreet.
Rafaela FC nunca tuvo buenas intenciones
AMLO le debe el poder a la mafia castrista. De ahi su actitud perruna hacia el imbecil de Canel.
NAFTA contribuye al crecimiento de la clase media en Mexico. Y muchos de los gastos y programas sociales, incluyendo Bienestar; se resumen en trasferencias de efectivo a corto plazo. Sin embargo, los programas sociales no entregan habilidades a los trabajadores mexicanos; sino crean una transacción directa con los votos. Estos programas de (lealtad política) pueden afectar el crecimiento de la clase media en México.
---SOS--- LA SOBERANÍA DE MÉXICO ESTÁ EN PELIGRO-------.---SOS--- LA SOBERANÍA DE MÉXICO ESTÁ EN PELIGRO-------.---SOS--- LA SOBERANÍA DE MÉXICO ESTÁ EN PELIGRO-------.---SOS--- LA SOBERANÍA DE MÉXICO ESTÁ EN PELIGRO-------.---SOS--- LA SOBERANÍA DE MÉXICO ESTÁ EN PELIGRO-------.---SOS--- LA SOBERANÍA DE MÉXICO ESTÁ EN PELIGRO-------.---SOS--- LA SOBERANÍA DE MÉXICO ESTÁ EN PELIGRO-------.---SOS--- LA SOBERANÍA DE MÉXICO ESTÁ EN PELIGRO-------. AMLO está copiando a Chávez. Esos medicastros enviados de Cuba pueden ser militares fingiéndose médicos. Ese viejo con bradilalia y de sonrisita socarrona quiere convertir a México en colonia cubana como es hoy Venezuela, y atornillarse en el poder. México será MEXICO LINDO Y HERIDO por la traición que está preparando el viejo AMLO. Después no digan que no lo advertimos. Y cambiando de tema ¿Qué ha sido del avión presidencial?
Deberían mandarle a vivir a Cuba, en Centro Habana, UN MES, con el salario de lástima que recibe cualquier vecino ahí y cuando vea q no hay harina ni maiz para sus tortillas, ni carne para sus tacos, ni luz (menos cable) para ver a sus Águilas, va decir con la cara de don Ramón: "que pasó, que pasó, vamos ay?"
Para los que no lo saben, AMLO y Lula fueron los seleccionados por FCR en los años 80 para ser los líderes del cambio de estrategia de penetración y toma del poder castrista en América Latina (guerrillas por partidos políticos), cada uno comenzaría el proceso en su país utilizando las vías democráticas y después de llegar a ser presidentes, extender los tentáculos al resto del área. Desde esa época, han sido preparados, entrenados y dirigidos por La Habana.
El AMLO puede ser un anormal a lo Hugo Chávez o puede estar "comprometido" con el castrismo (o sea, que le tiene que dar apoyo por muy mal que luzca). Pero, en resumen de cuentas, el muy HP es un reflejo de su país, un país enfermo, corrupto y MUY disfuncional. Letrinamericano a pulso.
Y por cierto, la foto bien pudiera venir de "El Padrino" de Coppola--ambos sujetos lucen ser mafiosos.
La fotografia es bastante sugestiva, parece que el camarada Lopez Obrador ademas del abrazo y los apapachos tambien hacia otra cosa con su mano derecha, y Diaz Canel que juega en los dos bandos, luce complacido.
Dos narco estados mas unidos que nunca en las rutas de trafico de drogas y personas, y el lavado de dinero, entrelazados (enroscados) ahora tambien por la atraccion de sus mandatarios.
Con su mano derecha, aunque no se ve en la foto, parece que está agarrando "algo".
El dilema de estos personajes de comedia es que defienden y apoyan sistemas que no quieren y además no pueden, aunque quisieran, instalar en sus propios países por el riesgo de perder la cabeza (literalmente). Un país con el grado de corrupción y violencia de todo tipo como lo es Mèxico debía estar más preocupado en combatir esos males que hacerle la corte a un presidente incomptetente y a un general de opereta. Pero el atávico complejo de inferioridad de México con respecto a los Estados Unidos le obligan a buscarse socios como los castristas cubanos, por aquello de que “el enemigo de enemigo es mi mejor amigo”. Al final saben que pierden más que lo que ganan, pero lo ha más pa’ joder como el cuento del curro, que por una razón geopolítica.