Estudios recientes demuestran que un número cada vez mayor de personas no solo presentan adicción a las redes sociales, sino que sufren de ansiedad o depresión si pasan horas o días sin revisar su perfil en Instagram o Twitter.
En la actualidad, las redes sociales son las plataformas digitales más usadas tanto para la denuncia social, cómo para buscar pareja e incluso como sustento de vida. En este último ejemplo se encuentran los influencers. El creciente protagonismo de estas páginas en las sociedades más conectadas nos lleva al debate acerca de la privacidad y de cuánta información personal dominan estas plataformas sobre sus usuarios.
La mayoría de los expertos coinciden en que las redes sociales guardan un volumen considerable de datos personales, más de lo que nosotros mismos pensamos.
Facebook es sin duda, la red social que más información posee y solicita de sus más de 2.000 millones de usuarios, algo así como el 25% de la población mundial. Cuando se introducen los datos para tener un perfil, la compañía estrella de Meta te pide lugar de residencia, centro de estudios, lugar de trabajo, situación sentimental, dirección de correo electrónico y hasta creencias religiosas.
Cierto es que existe la opción de no rellenar muchos de estos campos, pero el consejo es que si se opta por llenarlos, el usuario sepa cómo restringir quién pueda acceder a esa información. Para ello es fundamental buscar la opción de Configuración de Privacidad y aprender a cómo limitar el acceso a información privada de aquellos que acceden a tu perfil.
Pero Facebook, aunque posee un volumen de datos personales descomunal, no es una de las redes más usadas por los ciberdelincuentes para extraer información valiosa.
LinkedIn, por ser una red social para profesionales, es la preferida por los estafadores. Estos usan la llamada técnica de phishing, que consiste en ir ganándose la confianza de los usuarios de esta red social hasta que el estafador, que ha suplantado la identidad de una empresa o persona real, envía uno o varios correos electrónicos con adjuntos maliciosos que piden información personal y bancaria a la víctima. Una buena parte de las personas caen y el ciberdelincuente obtiene datos altamente confidenciales.
Según el estudio de la empresa ChekPoint, de diez marcas analizadas, la red social LinkedIn es la más usada para la técnica del phishing.
Hay tres aspectos de la configuración de LinkedIn que son esenciales para garantizar la seguridad de sus usuarios. Uno de ellos es la privacidad de datos, en la que se establece cómo utiliza esta red social la información y qué puede o no recopilar y compartir.
El segundo, la visibilidad: quién puede ver el perfil, contactar, ver la dirección de correo o el teléfono. El tercero es los datos de publicidad. En este menú es donde se da permiso a la red social para recopilar información del perfil (contactos, ubicación, empresa, entre otros), así como los sitios webs visitados, anuncios fuera de LinkedIn o interacciones con empresas. En ese último, es donde los usuarios de esta red social profesional deben tener más cuidado de proteger o limitar la información brindada, para no abrir la puerta a posibles estafas.
Instagram y Twitter, las otras dos redes sociales más usadas a nivel mundial, no llegan a poseer tanta información de sus usuarios como Facebook, pues solicitan menos datos como una foto de perfil y la geolocalización. Poco más.
Estas redes sociales tienen la particularidad de que puedes solicitar un informe de tus datos personales. En el caso de Instagram, la obtención de esa información puede demorar hasta 48 horas en que te llegue el enlace de descarga. Dicho enlace permanece activo por cuatro días.
En Twitter, la información personal del usuario se descarga en aproximadamente 24 horas mediante un archivo ZIP que contiene la información de la cuenta, el historial, la actividad, los intereses y los datos de Twitter Ads.
La recomendación es ir siempre a los apartados de privacidad y seguridad tanto en Instagram como Twitter y limitar la información que se da al público, como la vía más efectiva de proteger tus datos.
En ningún caso se puede asegurar que tu privacidad esté 100% seguro en las redes sociales, pero las personas que sepan configurar de manera correcta el acceso a su información personal, minimizan los riesgos en el gran universo virtual donde todos, de alguna manera, hoy estamos presentes.
