Dos noticias, entre fines de 2019 e inicios de 2020, simbolizaron crudamente el fin de los días de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR). Por un lado estuvo la decisión de Ecuador de recuperar para su gestión pública el edificio del ente en Quito, por otro, Uruguay le dio "la estocada final" al retirarse oficialmente de la iniciativa.
La idea de reflotar UNASUR ya estaba en los círculos políticos de varios países de la subregión, y este 14 de noviembre una carta pública firmada por siete expresidentes latinoamericanos, solicita claramente que se reconsidere la reinstitucionalización de un ente bajo la tesis de que "la integración es hoy más necesaria que nunca".
El punto de inflexión ha sido el reciente triunfo electoral en Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, el gran referente de la izquierda latinoamericana, quien ya ocupó la presidencia de su país entre 2003 y 2010, y quien vive una suerte de resurrección política tras haber estado encarcelado y, junto a su Partido de los Trabajadores (PT), envuelto en muy diversos escándalos de corrupción en su paso por el poder.
En América Latina en general, y en Sudamérica en particular, se registra una nueva ola de gobiernos encabezados por presidentes que enarbolan las banderas de izquierda. Si bien hay diversos matices en sus propuestas y discursos, ciertamente todos parecen coincidir en su admiración por la dictadura castrista en Cuba. Ninguno de los nuevos gobiernos, electos gracias a modelos democráticos en sus respectivos países, exige un modelo electoral similar para Cuba.
DIARIO DE CUBA supo que la carta difundida este 14 de noviembre, en buena medida fue una iniciativa del expresidente colombiano Ernesto Samper, quien a la sazón fue el último secretario general de la UNASUR, concluyendo su mandato al cierre de 2019.
La misiva fue suscrita por Michelle Bachelet (Chile), Rafael Correa (Ecuador), Eduardo Duhalde (Argentina), Ricardo Lagos (Chile), José Mujica (Uruguay), Dilma Rousseff (Brasil) y el propio Samper. Para estos ex mandatarios, Sudamérica se enfrenta a un nuevo escenario internacional y debe recuperar un rol protagónico geopolítico ante una pandemia que azota al mundo por casi tres años, la invasión de Rusia a Ucrania y la agudización de la disputa entre China y Estados Unidos.
La UNASUR surgió en 2008 como un nuevo modelo de integración impulsado por el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y los entonces mandatarios Lula da Silva, de Brasil, y Néstor Kirchner, de Argentina. Venezuela tuvo un papel destacado en financiar las actividades y operaciones de la entidad.
En marzo de 2020, el gobierno uruguayo encabezado por Luis Lacalle Pou formalizó su retiro de la unión y con esta decisión el organismo quedó moribundo, con apenas tres países como socios: Venezuela, Guyana y Surinam, de los doce que inicialmente integraron el bloque.
Las diatribas ya se habían hecho públicas en los últimos meses de 2019. El gobierno ecuatoriano, encabezado entonces por el presidente Lenin Moreno, decidió recuperar para el patrimonio de su país el edificio sede, que había sido donado por Rafael Correa (2007-2017), y simbólicamente la estatua del fundador, Néstor Kirchner, deambuló hasta acabar guardada en una bodega.
Es temprano para saber dónde se instalará UNASUR en esta nueva etapa, dado que no parece haber condiciones en Ecuador, ni tampoco claridad sobre quién financiará la iniciativa, dado los públicos problemas financieros de la Venezuela del régimen de Nicolás Maduro.
Desde Buenos Aires, el experto en geopolítica Andrés Serbin dijo a DIARIO DE CUBA que, más allá de las aprehensiones que le causan algunos de los firmantes de la carta, el asunto de fondo le parece positivo, dado que estamos ante "un contexto internacionalmente altamente desfavorable para la región".
Para Serbin, presidente de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES), "es una buena oportunidad y es absolutamente necesaria para la región". Sin embargo, matizó su entusiasmo advirtiendo la necesidad de que se revise lo que fue la experiencia anterior y evitar una politización marcada, dado el giro a la izquierda que se vive en la región: "Debe estar orientada por los intereses genuinos de integración y de voz conjunta de toda la región."
El experto recuerda que la anterior experiencia de UNASUR no solo dejó errores. "Poco se ha hablado de los éxitos, por ejemplo de las coordinaciones en materia de salud y de infraestructura regional", precisa. Según Serbin, también deberán revisarse asuntos que no estuvieron exentos de polémica, como lo fue el Consejo Sudamericano de Defensa.
La carta pública de los ex presidentes fue dirigida a los mandatarios Alberto Fernández (Argentina), Luis Arce (Bolivia), Lula da Silva (presidente electo de Brasil), Guillermo Lasso (Ecuador), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Irfaan Ali (Guyana), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Pedro Castillo (Perú), Luis Lacalle Pou (Uruguay), Chan Santokhi (Surinam) y Nicolás Maduro (Venezuela).
"La globalización tal cual se organizó hasta hoy está en cuestión", sostiene la misiva, que también fue suscrita por diversos ex cancilleres y ex funcionarios de organismos internacionales de la región. La conclusión, según la carta, es que "se requiere una intervención urgente de los organismos multilaterales, que hoy día están desgraciadamente debilitados y son a menudo impotentes".
Giro al comunismo...que es el caos de la fisica aplicado a la sociedad. Y como la entropía es la medida del grado de desorden (caos) de un sistema y sin desorden no hay entropía, entonces no esperen otra cosa que la ruina como moda o regularidad.
Tarde o temprano la inconformidad humana despliega toda su capacidad destructiva y los sistemas estables o medianamente estables que con defectos prosperan son aniquilados. EEUU, Canada, Chile y Europa no son la excepcion.
Y como decia James Gleick: "A veces parece que frenar la entropia es nuestro proposito quijosteco en este universo"