Las protestas desatadas en Irán por la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo cumplieron el domingo un mes sin síntomas de perder fuerza, a pesar de que los jóvenes manifestantes han sufrido golpes y disparos, que han costado la vida a más de un centenar de personas.
Las movilizaciones comenzaron hace un mes por la muerte, el 16 de septiembre, de Amini, joven kurda de 22 años, tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por no llevar bien el velo en Teherán, y se han convertido en un desafío al Gobierno de la República Islámica.
Las protestas están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres que, al grito de "mujer, vida, libertad", lanzan consignas contra el Gobierno y queman velos, uno de los símbolos de la República Islámica y algo impensable no hace mucho, subrayó EFE.
Las protestas han ido evolucionando conforme las autoridades han reaccionado: comenzaron con medianas movilizaciones en docenas de ciudades, para pasar a las universidades, y de ellas a pequeñas concentraciones, esporádicas y dispersas por las calles, para volver a las facultades.
Incluso estudiantes de colegios e institutos se han sumado a las protestas, haciendo ondear sus velos y pisoteando retratos del líder supremo de Irán, Ali Jameneí, contra quien también se grita "muerte al dictador".
A Amini se han sumado otras jóvenes como símbolos de las protestas, como son Nika Shakarami, de 17 años, y Sarina Esmailzadeh, de 16, fallecidas en la represión de las movilizaciones, según denuncias de sus familias, y en accidentes, de acuerdo con la versión de las autoridades.
A media mañana del domingo el país persa aún se recuperaba del incendio y los choques ocurridos la noche anterior en la prisión de Evin, de Teherán, donde están encerrados presos políticos, activistas y periodistas.
Según la versión oficial, presos comunes prendieron fuego el almacén de ropa, lo que provocó un incendio y choques entre presos y los funcionarios de la prisión, en los que murieron cuatro personas y 61 resultaron heridas.
Las autoridades iraníes se han apresurado a asegurar que no hay vínculos entre las protestas y el incidente de la prisión, pero no se recuerda un incidente similar en el medio siglo de esta prisión, levantada por el último sha de Irán, Mohamad Reza Pahleví.
Mientras tanto, los jóvenes se echaron a las calles de Teherán, Tabriz, Rasht, Najafabad o Ardebil, ciudad esta última donde la represión de las protestas fue especialmente dura el sábado.
"No queremos espectadores, únanse a nosotros", cantaban los estudiantes de la Universidad de Gilan, de la ciudad de Rasht, según videos compartidos en redes sociales por el colectivo 1500tasvir. Las imágenes se repitieron en la Universidad de Teherán, donde de nuevo se lanzaron cánticos contra el régimen iraní.
La Policía ha reprimido duramente las movilizaciones con el uso de porras, gases lacrimógenos, cañones de agua y, según la ONU, munición real. La ONG Irán Human Rights, con base en Oslo, ha registrado 108 muertos, entre ellos 23 menores, de entre 11 y 17 años.
También hay miles de detenidos, muchos de ellos de 15 años, según un alto cargo de la Guardia Revolucionaria. Además, han sido arrestados exfutbolistas, activistas, 39 periodistas y fotógrafos, y al menos 19 abogados, algunos de los cuales representaban a detenidos en las protestas, en un intento de silenciar las movilizaciones.
Para acallar las protestas, las autoridades también han impuesto fuertes restricciones de internet, con el corte de los servicios móviles, la ralentización de las redes fijas y el bloqueo de las aplicaciones de Whatsapp e Instagram, las únicas que no estaban censuradas en el país.
La fuerte represión policial ha despertado las simpatías de personas de todo el mundo, con protestas frente a las embajadas iraníes y el apoyo de celebridades y políticos.
"Lo que ha despertado es algo que no creo que vaya a poder callarse durante mucho, mucho tiempo", dijo el viernes el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien aseguró que está "impresionado".
También han provocado sanciones de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá contra los cargos e instituciones iraníes implicados en la represión. Por su parte, la Unión Europea ha llegado a un acuerdo para imponer sanciones a miembros del régimen iraní por la represión desatada contra quienes se manifiestan.
El Gobierno iraní ha acusado a sus "enemigos" de las protestas, en concreto a Estados Unidos e Israel, y advertido a la UE que no imponga sanciones, a lo que responderá con "reciprocidad".
Las autoridades forenses iraníes insisten en que Amini falleció por una dolencia previa y no "por golpes en la cabeza y órganos vitales y extremidades del cuerpo", algo que volvió a subrayar el Parlamento.