Los 12 tripulantes del avión venezolano-iraní que fueron liberados el martes, tras más de tres meses retenidos en Buenos Aires, llegaron este viernes a Venezuela, mientras permanecen en Argentina siete miembros del grupo y la aeronave, objeto de investigación por posibles vínculos con el terrorismo internacional, informó EFE.
Los liberados, entre los que se encuentran 11 venezolanos y un iraní, aterrizaron cerca de las 18.30 hora local (22.30 GMT) en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, donde fueron recibidos, minutos después, entre aplausos de familiares, empleados del aeropuerto y personas que transitaban por la terminal.
Entre quienes los esperaban, estaba el ministro de Transporte, Ramón Velásquez, también presidente de la aerolínea estatal Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), propietaria del avión venezolano-iraní retenido en Buenos Aires.
Velásquez dijo a EFE que el país no descansará hasta que Argentina libere a los otros siete tripulantes -tres venezolanos y cuatro iraníes-, que están "detenidos ilegalmente", y devuelva la aeronave, que, según ha declarado recientemente el funcionario, importaba "vacunas, medicamentos e insumos médicos" y enviaba ayuda humanitaria a algunos países como "Colombia (y) Nicaragua".
El funcionario señaló que están "fortaleciendo más las estrategias (y) organizando los equipos diplomáticos para que, más temprano que tarde", aterricen en Venezuela tanto el avión como el resto de la tripulación.
La aeronave ingresó en Argentina el 6 de junio procedente de México, haciendo escala en Venezuela, presuntamente para trasladar cargamento a una empresa automotriz, y dos días después despegó para ir a Uruguay a cargar combustible, pero aterrizó nuevamente en el aeropuerto argentino porque el país vecino no habilitó su aterrizaje.
Sin embargo, las petroleras argentinas no cargaron combustible al avión por temor a las sanciones de Estados Unidos y posteriormente, el 11 de junio, se difundió que el Gobierno argentino había ordenado inmovilizar el avión.
Unos días después, un juez ordenó retener los pasaportes e impedir la salida del país de los tripulantes, que nunca fueron detenidos y hasta ahora han tenido plena libertad de movimientos. Ya en agosto, el Departamento de Justicia de EE UU solicitó a Argentina que le permitiera confiscar la aeronave.
La reacción del Gobierno de Nicolás Maduro fue contundente, y ni siquiera fue suavizada ante el hecho de que las relaciones diplomáticas entre ambos países apenas habían comenzado a deshelarse tras haber sido degradadas durante el Gobierno del expresidente Mauricio Macri.
Como "un secuestro" fue catalogada la retención del avión por Nicolás Maduro y altos funcionarios, quienes promovieron una campaña para exigir la vuelta de la tripulación y la entrega de la aeronave.
Para 12 de ellos terminó la incertidumbre el pasado martes, cuando la Justicia argentina autorizó su salida, tras un primer fallo emitido a principios de agosto por el juez Federico Villena, quien levantó la prohibición y autorizó a devolver los pasaportes a 11 venezolanos y un iraní, a condición de presentarse, mensualmente, ante las embajadas de Argentina en sus respectivos países.
Un montón de interrogantes surgen del avión venezolano - iraní. Si bien existió una carga comercial, los cálculos eran muy inferiores a lo que surgiría de una ganancia que justifique el viaje. Además, la cantidad de personal era cuantiosísimo, teniendo en cuenta las limitadas tripulaciones de los aviones de carga. Tanto Uruguay como Paraguay señalaron inconsistencias de la unidad y de los tripulantes, relacionados con el terrorismo internacional.