El presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó que no depende solo de su Gobierno la decisión de dónde se harán las negociaciones de paz con el ELN, pues esa guerrilla debe determinar si siguen en La Habana o van a otros países que se han ofrecido para tal fin, como España, reportó la agencia EFE.
El presidente español, Pedro Sánchez, quien está de visita oficial en Colombia, brindó este martes su país para albergar las conversaciones de paz. Petro quiere relanzar este proceso con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y extenderlo a otros grupos armados, como las disidencias de las FARC o el paramilitar Clan del Golfo.
En una declaración conjunta con su par español, Petro aseguró que llevará la propuesta a la contraparte (la delegación del ELN que se encuentra en Cuba). Afirmó: "si el Reino de España es garante y así se decide, a mí me encantaría".
Petro señaló que llevan cuatro años sin comunicación con el ELN, y esa falta de comunicación perjudica los ritmos.
Acercamientos con el ELN
La pasada semana el Gobierno de Colombia ordenó suspender las órdenes de captura y de extradición contra 11 miembros del ELN, entre ellos uno de sus máximos jefes, Israel Ramírez Pineda, alias "Pablo Beltrán", quien se encuentran en La Habana.
"Los negociadores del ELN se pueden ya mover libremente, reconectarse con su organización y saber en qué estado están para lograr un proceso de negociación de paz", explicó hoy Petro.
Así podrán volver a la mesa de diálogos para establecer "un proceso de común acuerdo para la negociación" y que debe incluso establecer si la mesa sigue en La Habana.
Este miércoles, en una entrevista con la cadena colombiana W Radio, Sánchez aseguró que "España va a estar con Colombia ayudando en lo que el Gobierno colombiano nos pida".
Además de España, también Chile ha ofrecido su país para estos diálogos, aunque ambos presidentes, Sánchez y Gabriel Boric, son conscientes de que Colombia tiene la última palabra y a su vez depende también de la voluntad del ELN.
Diálogos con otros grupos
Petro, investido el 7 de agosto, ha emprendido una política de "paz total" en la que quiere lograr un acuerdo con el ELN, como ya se alcanzó en su momento con las FARC, y también lograr algún tipo de acuerdo jurídico —o de sometimiento a la justicia— con las disidencias de las FARC y otros grupos.
El presidente colombiano aseguró que ha recibido cartas de todos los grupos, menos de los Comandos de la Frontera, un grupo de disidencias que opera en la región fronteriza con Ecuador. Aunque subrayó que por el momento son simples misivas y no sabe qué tan sinceras son.
"Hay que pasar indudablemente a acciones", manifestó Petro, y "esas acciones deberían significar que si se quiere la paz, se deje de matar", añadió.
Por el momento, además de suspender las órdenes de captura para los altos mandos del ELN, Petro también ha ordenado que se suspenda la fumigación en aéreas de cultivo de coca. También prometió "revivir" el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos Ilícitos para fortalecer el diálogo entre el Estado y los campesinos.
En Cuba hay una cantidad descomunal de ciudadanos que rechazan al gobierno (la mayoría) pero que no tienen una forma legal de encauzar su rechazo. Dos alternativas : te callas o te vas.
La mayoría tiene que callar porque no tiene los recursos para irse.
Los que protestan en las calles van a la cárcel.
La opción violenta, la lucha guerrillera en las montañas como en Colombia, sería aplastada en horas.
Colombia es un país diferente. Tiene violencia porque falló el diálogo. Pero el diálogo existe. El pluripartidismo, la tripartición de poderes del estado , las elecciones presidenciales regulares, existen en Colombia. En resumen hay democracia.
¿Qué hace Cuba actuando de árbitro en un diálogo político colombiano si no es capaz de establecer un diálogo con su pueblo dentro de sus propias fronteras?
Lo más decente que pueden hacer las partes involucradas en ese proceso de paz es buscar un país democrático para continuar sus pláticas.
"CRONICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA", del aracataqueño Garcia Marquez, cobra hoy mayor vigencia que nunca. Y quien la está reeditando es su coterraneo Gustavo Petro, comunista de vocación y corazón, quien si no lo paran va a hundir a la democracia más solida que había en Sudamérica desde la primera mitad del siglo XX
Antes de lo de Petro, yo pensaba que Colombia era mejor, más respetable que muchos otros países de la región, pero me ha decepcionado, igual que Chile. He llegado a la conclusión que los "latinos" (entre los cuales no me cuento) tienen una suerte de tara insuperable que siempre acaba aflorando.
Petro es una de las caras emblemáticas de la especie letrinamericana. Qué mierda de gente.