El principal organismo de integración en América Central ha quedado bajo la dirección de Nicaragua. El resto de países centroamericanos, incluso Costa Rica que había puesto más objeciones, terminaron por respaldar al candidato de Managua, una decisión que de inmediato ha aplaudido el régimen de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.
Luego de un año en el cual estuvo trabada la selección de un nuevo secretario general del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), este 11 de agosto el Gobierno de Rodrigo Chaves le dio el aval de Costa Rica, que era indispensable. La decisión debía ser unánime y durante largos meses Nicaragua postuló candidaturas que fueron rechazadas.
Finalmente, el régimen de Ortega y Murillo optó por postular a un diplomático que ya había sido alto funcionario del SICA y eso, junto al anuncio de que se repartirán de inmediato créditos represados, allanó la decisión. Diversos referentes democráticos de América Central fustigaron la decisión.
Managua, según diversos analistas, se apuntó un tanto en un momento en el cual diversos países, con EEUU y la Unión Europea a la cabeza, apuestan a la presión internacional contra el gobierno autoritario de la pareja presidencial, tras unas fraudulentas elecciones en noviembre pasado.
"Nos complace, nos llena también de orgullo, poder representar caminos de unión para nuestra Centroamérica, caminos de prosperidad para nuestra Centroamérica", manifestó de inmediato Rosario Murillo, tras difundirse la elección de Werner Vargas.
Esta selección del secretario general del SICA tuvo retrasos y polémica. Al Gobierno de Nicaragua, por el mecanismo rotatorio del organismo, le correspondía la secretaría general para el período 2021-2025. Sin embargo, el Gobierno de Costa Rica, encabezado entonces por Carlos Alvarado se negó a darle el aval, dado que no cumplía con los principios fundacionales del organismo referidos a la democracia y la libertad.
El actual canciller de Costa Rica, Arnoldo André Tinoco, nombrado por Chaves, confirmó que había conversado telefónicamente con Vargas para refrendar la postura de San José en relación a los principios democráticos que deben regir al SICA.
También confirmó que estaban "en espera" proyectos para diversos países por el orden de los 153 millones de dólares, que solamente podrían ejecutarse tras la firma del secretario general.
La ex presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, criticó agriamente la decisión que tomaron de forma unánime los países de América Central y que, en términos prácticos, parece legitimar a la dictadura nicaragüense.
"Es un día triste y de claudicación en Centroamérica cuando más urge defender la democracia y los derechos humanos", sostuvo Chinchilla. Asimismo, manifestó que es un contrasentido que en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA) haya declaraciones críticas contra el régimen de Ortega y Murillo, cuando los países vecinos avalan que pase a ocupar una posición estratégica y con impacto en la subregión.
"Pondremos nuestro granito de arena para llamarnos todos, todos los días, los pueblos centroamericanos, los gobiernos, los jefes de Estado y de gobiernos, llamarnos a trabajar por el bienestar, por la alegría que merecemos los pueblos de esta región", afirmó una eufórica Murillo, quien celebró ampliamente la decisión.
Antes de Vargas, el Gobierno de Nicaragua había propuesto que la presidencia del SICA se mantuviera en manos del ex presidente guatemalteco Vinicio Cerezo, pero esto no tuvo consenso. Nicaragua también propuso al ex guerrillero sandinista Orlando Tardencilla, la arquitecta Luz Marina López Escobar, y a su actual ministra de Gobernación, María Amelia Coronel Kinloch. En ningún caso se logró la aprobación de Costa Rica.
Tras el cambio de mando en San José, Managua optó por buscar una figura no política y que además ya había tenido una posición dentro del SICA. Vargas fue director ejecutivo del SICA entre 2014 y 2020, y antes de integrarse al organismo, se desempeñó como colaborador jurídico de la Corte Centroamericana de Justicia (2010-2014). Todo ello, más los fondos represados, contribuyeron a que Costa Rica diera el giro en su postura.
"Con el voto de Costa Rica, el representante de la dictadura de Daniel Ortega, la que viola derechos humanos, persigue medios de comunicación y periodistas, y mantiene presos políticos en condiciones inhumanas, liderará el SICA", comentó agriamente el ex presidente Alvarado.
Ortega quien gobierna el país desde 2007, se reeligió el año pasado con su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta, luego de unas votaciones sin garantías democráticas, marcadas por el encarcelamiento de siete precandidatos presidenciales y más de 40 líderes políticos, sociales y económicos.
Miren bien a esa bruja repugnante y esperpéntica (bueno, no mucho, porque pudieran acabar vomitando). Esa es la cara de la especie letrinamericana, a la cual yo absolutamente NO pertenezco ni con la cual tengo NADA que ver. Me provoca profundo despreciao y rechazo total. Mierda de gente.