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Colombia

Un Petro que acaricia la presidencia opta por 'el control de daños' y aparta a Piedad Córdoba de su campaña

Los escándalos han acompañado largamente a Piedad Córdoba, al igual que los turbantes con los que se muestra en público.

Caracas
Gustavo Petro y Piedad Córdoba.
Gustavo Petro y Piedad Córdoba. El Colombiano

Tras 12 años y varias campañas fallidas, el candidato izquierdista Gustavo Petro está en 2022 más cerca que nunca de la presidencia de Colombia. Aunque acaricia el triunfo deberá lograr los votos necesarios en las elecciones que tendrán lugar el mes próximo y para evitar ser salpicado por el escándalo que envuelve a una aliada histórica, Piedad Córdoba, optó por separarla de su campaña.

En una estrategia usualmente llamada "control de daños" en la comunicación política, con una puesta en escena cuidada, pero mostrada como si fuese un asunto menor, Petro se desligó de la recién electa senadora Piedad Córdoba, una de sus aliadas históricas, catalogada de más "petrista" que el propio candidato de la coalición de izquierda Pacto Histórico.

Los escándalos han acompañado largamente a Piedad Córdoba, al igual que los turbantes con los que se muestra en público.

Fue senadora desde 1994 hasta su destitución en 2010, luego de que la Procuraduría General de la Nación la acusó de colaboración con las FARC. Tras un proceso de seis años se le levantó la inhabilitación. Por tal razón justamente regresó al Senado en las votaciones legislativas de este 2022, siendo candidata del frente que encabeza Gustavo Petro.

En este 2022, Petro optó por liberarse del escándalo que se avecina sobre Córdoba y del impacto negativo que tendría sobre su campaña. Además, una vez definidas todas las candidaturas presidenciales, en marzo pasado con unas elecciones primarias por coaliciones (izquierda, centro, conservadores) el ex guerrillero del M-19 sigue luciendo favorito, pero ya no con suficiente fuelle para ganar en primera vuelta.

Las encuestas proyectan que de la votación del 29 de mayo saldrán al balotaje Petro y el conservador Federico Gutiérrez. En la segunda vuelta en junio ganaría el izquierdista, pero se pronostica una votación cerrada. Así las cosas, Petro optó por cortar con una figura muy cercana a su entorno, por años, como lo ha sido Córdoba, por el daño que le generaría a su campaña.

Petro trata de evitar verse envuelto en el escándalo del empresario colombiano Alex Saab, acusado de ser testaferro del régimen de Nicolás Maduro y montar operaciones de lavado de dinero de la corrupción del chavismo en varios países, incluidos Colombia y Estados Unidos.

Un reciente libro publicado por el periodista de investigación Gerardo Reyes establece que la senadora Córdoba fue una estrecha colaboradora de Saab y pieza clave para lograr insertar al empresario colombiano en el círculo de poder de Maduro.

Saab es una suerte de personaje de serie de ficción. Saltó del negocio familiar en Barranquilla, en la costa colombiana, a estar al frente de varias tramas de corrupción, lavando dinero del chavismo y tratando de blanquearlo en Colombia, Ecuador y EEUU. De acuerdo con la Fiscalía estadounidense, lo que está documentado abarca cientos de millones de dólares.

Detenido en Cabo Verde mientras reabastecía combustible de su jet privado cuando se dirigía a Irán para cerrar la compra la gasolina destinada a Venezuela, también hizo pingües negocios con la importación de alimentos desde México, que se distribuían por las redes de control social del chavismo conocidas como CLAP (Comités Locales de Alimentación y Producción).

Tras permanecer detenido por más de un año en Cabo Verde, mientras se decidía su extradición a EEUU, Saab pisó finalmente suelo estadounidense el 16 de octubre de 2021. Si bien el juicio oficialmente comenzará en octubre de 2022, cada cierto tiempo salen revelaciones de impacto público. La colaboración de Córdova con Saab, detallada en un libro de investigación de Reyes, por ejemplo, ha tenido fuerte repercusión en la sociedad colombiana.

Córdoba fue mediadora las FARC y el Gobierno del presidente conservador Álvaro Uribe para liberar a políticos secuestrados por la guerrilla. Aquello también le sumó acusaciones y señalamientos. Uno de sus asesores, años después, la acusó de aprovecharse de su relación, de comunicación directa con Hugo Chávez y los comandantes de las FARC para, por ejemplo, retrasar la liberación de víctimas como Ingrid Betancourt, que pasó seis años secuestrada en la selva.

Betancourt justamente está en la carrera presidencial, de forma independiente, pero según las encuestas no tiene ningún chance de ganar en las elecciones del 29 de mayo o de colocarse entre los tres primeros aspirantes a la jefatura de Estado para el periodo 2022-2026.

Además del escándalo Saab, a Piedad Córdoba la acusa la Fiscalía de mantener un acuerdo con el chavismo y las propias FARC para aumentar su popularidad en aras de consolidar su candidatura presidencial en 2018, cosa que no alcanzó.

"Solicito a Piedad Córdoba suspender todas sus actividades dentro de la campaña, hasta que pueda resolver, ojalá, favorablemente, las sindicaciones jurídicas que se le hacen", manifestó secamente Petro a través de Twitter. Tras eso ha evitado ahondar en el tema.

La senadora respondió con un comunicado público en el cual acepta mantenerse al margen de la campaña electoral, que está precisamente en semanas cruciales, pero reiteró que ella sigue siendo parte de la coalición de izquierdas Pacto Histórico.

En marzo pasado, Córdoba garantizó su regreso al Congreso junto a otras figuras reconocidas de la izquierda colombiana como María José Pizarro e Iván Cepeda. Los tres tuvieron posiciones públicas de respaldo al régimen castrista tras la dura represión de las manifestaciones populares del 11 de julio de 2021.

Con matices, los tres responsabilizaron al "bloqueo" estadounidense como causante de la crisis en la Isla y pusieron en tela de juicio la autonomía de los manifestantes cubanos que fueron duramente reprimidos. Ni Pizarro, ni Cepeda ni Córdoba criticaron la represión implementada por el régimen de Miguel Díaz-Canel.

Gustavo Petro, por su parte, que ha estado prácticamente en campaña desde 2018, cuando perdió la elección ante el actual presidente Iván Duque, ha sido más cauteloso en mostrar simpatía con la dictadura cubana.

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3 comentarios

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A Piedad Córdoba la aparta un poco porque le puede resultar demasiado tóxica por su trayectoria a la hora de las elecciones y teme que le vaya a espantar parte del crédulo electorado.
Ya habrá tiempo luego de darle cargos y ministerios cuando se adueñen del poder.

La Córdoba tiene tremenda pinta de matrona de burdel. Por algo será.

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