El 2022 se ha iniciado de forma sangrienta en dos zonas de Venezuela. En ambos casos se ha denunciado la presencia de grupos guerrilleros colombianos, en aparente lucha por el control de territorio contra otras bandas criminales. En esta ocasión no solo la ya violenta zona fronteriza ha sido escenario de matanzas.
El 1 de enero en la población de Barrancas, al sur del estado Monagas, en el oriente venezolano, la irrupción de un grupo de guerrilleros colombianos, presuntamente del ELN, provocó la muerte de siete personas y una docena resultó con heridas.
Barrancas está casi en la desembocadura atlántica del río Orinoco. A más de 900 kilómetros de la frontera con Colombia, este caso, a juicio de expertos en seguridad, muestra cómo el chavismo ha venido perdiendo control sobre el territorio de Venezuela.
El medio digital CrónicaUno, resguardando la seguridad de periodistas y pobladores, relató lo sucedido el primer día de este 2022 en Barrancas. Este poblado estaba bajo control de una banda delictiva denominada "El Sindicato" y estos delincuentes ya esperaban la llegada de los irregulares colombianos.
La ubicación de Barrancas, en las orillas del Orinoco, y la condición de canal de tráfico fluvial para drogas y minerales que ha adquirido este río, estaría detrás de la lucha entre bandas al margen de la ley. La periodista Pableysa Ostos informó que hubo fuego cruzado en este poblado venezolano durante cinco horas, este 1 de enero, sin que ninguna autoridad militar o policial interviniese.
"El enfrentamiento entre 'Sindicato de Barrancas' y un aparente grupo guerrillero en el estado Monagas, demuestra la consolidación del crimen organizado en el territorio nacional. La disputa en este caso sería por las rutas del narcotráfico y de contrabando a través del río Orinoco", explica a DIARIO DE CUBA el criminólogo venezolano Luis Izquiel.
Para entender qué ha ocurrido, dada la actuación de grupos guerrilleros colombianos a centenares de kilómetros de la frontera, según la experta en temas de seguridad se debe a que las Fuerzas Armadas, controladas por el chavismo, entregaron territorio y cedieron poder de fuego a los irregulares dentro del territorio nacional. "Barrancas es el retrato de una nueva frontera", sostiene la abogada y defensora de derechos humanos.
Entretanto, este 2 de enero se registraron igualmente hechos de violencia en la tradicional zona fronteriza de conflicto entre las provincias de Arauca (Colombia) y Apure (Venezuela), donde operan varias facciones de las guerrillas colombianas, dedicadas tanto al tráfico de drogas, como a la extorsión y el chantaje de ganaderos y productores agrícolas.
"Estamos muy preocupados por los enfrentamientos entre el ELN y la disidencia del Frente Diez de las FARC en Arauca y Apure. Hemos recibido denuncias de 24 muertes, así como desplazamientos forzados y secuestros", denunció este 3 de enero Juan Pappier, investigador senior de Human Rights Watch (HRW) para las Américas.
Pappier urgió a las autoridades de Colombia y Venezuela a que actúen para proteger a la población y asistir a las víctimas.
Colombia ha denunciado de forma sistemática que el chavismo, primero con Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro, ha permitido que grupos al margen de la ley cuenten con una suerte de aliviadero. En no pocas ocasiones se han conocido de acciones violentas de las guerrillas y al ser estas atacadas por los uniformados colombianos terminan refugiándose en suelo venezolano.
Diversos analistas y expertos en seguridad coinciden en que el ELN y las disidencias que se apartaron del proceso de paz con las otrora Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuya corriente principal se desarmó y pasó a ser un partido político, tienen cada vez más presencia en territorio venezolano, sobre todo en Apure, fronterizo con Arauca.
HRW, que ha documentado diversas violaciones a derechos humanos en el marco del conflicto interno colombiano, alertó a través de Pappier los hechos de este 2 de enero podrían indicar que se ha roto la alianza entre el ELN y la disidencia del Frente Diez de las FARC, lo cual podría resucitar una nueva versión del conflicto que durante varios años atormentó a la población en la región fronteriza.
El dia menos pensado toman Caracas y cuelgan a Maduro de un puente.
Recuerden que los Castro nunca se casan con una sola opcion.