La Administración de Joe Biden cambió la estrategia con el llamado "Síndrome de La Habana" y pidió a sus diplomáticos, personal de Seguridad Nacional y oficiales de inteligencia que informen "sin demora" sobre cualquier síntoma de salud extraño y repentino, que sea similar a los padecidos por los funcionarios en la embajada de Estados Unidos en Cuba, informó el medio McClatchy DC Bureau.
"Aléjese del área inmediata lo antes posible si alguna vez siente un inicio agudo de presión, sonido o calor en la cabeza", fue el mensaje recibido por miembros de Seguridad Nacional. También en el Pentágono se dieron instrucciones de informar cualquier "incidente de salud anómalo" porque son graves, generalizados y representan un peligro real para su salud en en casa y en el extranjero, señaló la citada fuente.
"Necesitamos creer a nuestro personal. La gente se enfrenta a síntomas reales. Somos muy conscientes de que la gente está experimentando algo muy real y está teniendo un efecto negativo real en su salud. Y estamos viendo mejores resultados de salud cuanto antes podamos responder a eso", dijo un alto funcionario de la Administración no identificado.
El funcionario negó que el "Síndrome de La Habana" pudiera haber sido "histeria masiva" y dijo que "los efectos físicos que hemos visto en varios casos son muy, muy reales". Washington rechazó que la histeria masiva podría explicar el fenómeno después de que la teoría resurgió por un informe científico de 2018 encargado por el Departamento de Estado y desclasificado por BuzzFeed.
Al respecto, funcionarios estadounidenses dijeron que los científicos detrás de ese estudio tenían acceso limitado a las víctimas y la evidencia, y que ha surgido nueva información desde entonces. Un estudio de 2020 de la Academia Nacional de Ciencias, también encargado por la Administración de Donald Trump, dijo que lo más probable es que la energía de microondas dirigida fuera la causa de los incidentes de salud, pero se necesita más investigación para llegar a una conclusión, reseñó McClatchy DC Bureau.
Según dijeron dos funcionarios a McClatchy DC Bureau, "a fines de septiembre, un alto funcionario del Departamento de Estado que supervisaba la respuesta de la Administración al fenómeno, que se negó a descartar la posibilidad de que la histeria masiva fuera la culpable en una conversación con las víctimas, dejó su puesto en medio de desacuerdos internos con otros nombramientos de Biden".
Los funcionarios dijeron que "si bien algunos casos después de la revisión resultan no estar relacionados con el 'Síndrome de La Habana', hay suficientes casos convincentes para establecer un patrón claro".
"Esta Administración cree que los afectados por incidentes de salud anómalos deben ser creídos, escuchados y respetados. Nos tomamos muy en serio cada informe que recibimos de un incidente de salud anómalo, y estamos empleando todos los recursos del Gobierno de EEUU para determinar la causa de estos incidentes e identificar a cualquier actor extranjero involucrado", dijo un segundo alto funcionario de la Administración.
"Las víctimas se quejaban anteriormente de que no recibían atención suficiente o que no se las tomaba en serio. La respuesta de la Administración de Biden ha sido estandarizar el proceso de denuncia y alentar la autoevaluación lo antes posible. El Consejo de Seguridad Nacional estableció dos paneles de expertos esta primavera para investigar el mecanismo detrás de los eventos y cómo proteger al personal estadounidense en el futuro", apuntó McClatchy DC Bureau.
"En primer lugar, quieren que se les crea, y quieren que las agencias para las que trabajan se ocupen de ellos; asegurarse de que sean tratados, de que reciban el mejor asesoramiento médico de inmediato. Creo que estamos progresando más en los últimos meses que en los últimos años. Ciertamente me preocupa la frecuencia con la que se han vuelto estos incidentes y su gravedad", dijo Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
Schiff fue coautor de la Ley de Ayuda a las Víctimas Estadounidenses Afligidas por Ataques Neurológicos de 2021, o la Ley de La Habana, que fue aprobada por el Congreso el mes pasado y que Biden planea convertirla en Ley. Washington subvencionaría la atención a las víctimas y exigiría a la Administración informar al Congreso sobre los episodios.
"En este espacio, al igual que en el ámbito cibernético y en otros espacios, no siempre estás lidiando con certezas, e incluso cuando estás lidiando con certezas, no siempre puedes hacer público por qué estás seguro de qué estás seguro. Si descubrimos que se trata de ataques deliberados contra nuestro personal, las consecuencias deben ser muy, muy graves", dijo Schiff.
Además de en Cuba, funcionarios estadounidense informaron de síntomas del "Síndrome de La Habana" en Vietnam, Austria, Gran Bretaña y China, e incluso en el área de Washington.
Sospechas sobre Rusia
Según altos funcionarios de la Administración de Donald Trump había sospechas sobre la implicación de Rusia en el "Síndrome de La Habana".
"Él era consciente de ello, pero debido a todo el problema con la colusión rusa, hasta que no tuviéramos algo más definido o procesable, otros y yo pensamos que sería contraproducente seguir hablándolo con él", dijo en una entrevista John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Trump de 2018 a 2019.
"Había la sensación de que Rusia era el culpable más probable. Encaja en un largo patrón de comportamiento -su uso de veneno, el Novichok, su uso de ciberespacio- y no hay muchos otros países que tengan esta tecnología. Pero cuando estuve allí, hasta donde yo sé, no había certeza. Lamento que no supiéramos más en ese momento", dijo Fiona Hill, quien fue directora senior para Europa y Rusia en el Consejo de Seguridad Nacional de 2017 a 2019.
El tema se planteó durante la cumbre de Biden con el presidente ruso Vladimir Putin en Suiza en junio, según un alto funcionario del Departamento de Estado, apuntó McClatchy DC Bureau.
A lo largo de la Administración Trump y al comienzo del mandato de Biden, los funcionarios sospecharon que los incidentes de salud podrían haber sido el subproducto de una operación de recopilación de inteligencia: que un dispositivo destinado a recopilar datos del teléfono celular de una persona estaba causando daños inadvertidamente. Sin embargo, fuentes gubernamentales dijeron que las circunstancias en torno a casos recientes sugieren un mayor propósito estratégico de interrumpir y perturbar al personal estadounidense, agregó la citada fuente.
"Tal vez ahora haya más pruebas. Era más preocupante si apuntaban a personas directamente, y pueden hacerlo en nuestras embajadas y consulados en todo el mundo. Pueden hacerlo en los hogares de las personas en Washington. Pueden hacerlo a un par de cuadras de la Casa Blanca", dijo Bolton.