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Terrorismo

Perú libra su última batalla contra Abimael Guzmán

El Congreso y el presidente Castillo estipulan la vía legal para convertir en cenizas el cadáver del líder terrorista, por temor a su veneración.

Caracas
Pedro Castillo, presidente de Perú.
Pedro Castillo, presidente de Perú. Gestión

Pasaron casi dos semanas entre el fallecimiento de Abimael Guzmán, líder del grupo terrorista Sendero Luminoso, tristemente célebre en los años 80 y 90 del siglo pasado, y la incineración de su cadáver. Convertir en cenizas al icono de la violencia desmedida en Perú esconde, en realidad, el temor a que el emplazamiento de su cadáver enterrado pudiera devenir en un lugar de culto.

El Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), publicado en agosto de 2003, estableció que más de 60.000 personas fueron asesinadas o desaparecidas en Perú a partir de 1980. La mitad de estos casos se los atribuyó a Sendero Luminoso esta comisión formada por expertos en derechos humanos.

Guzmán fue apresado en 1992, aunque las actividades terroristas y en algunos casos sanguinarias de Sendero Luminoso, grupo de orientación maoísta fundado en 1970 por quien entonces era un profesor en Ayacucho, en la sierra peruana, se mantuvieron durante un tiempo más. Guzmán falleció el pasado 11 de septiembre a los 86 años, a causa de una neumonía, luego de complicaciones de salud a mediados de julio.

Su muerte se convirtió en una suerte de papa caliente para las autoridades, que durante varios días debatieron qué hacer con el cadáver. Elena Iparraguirre, histórica pareja de Guzmán y una de las cabecillas de la organización terrorista, pidió que se le entregara para darle sepultura. La propia Iparraguirre está en prisión, capturada en 1992 junto al "camarada Gonzalo", como se conocía al líder de Sendero Luminoso, con quien se casó en prisión en 2010.

A las volandas, el Congreso peruano aprobó una norma que habilita a la fiscalía para ordenar la cremación de los restos de los condenados por terrorismo o traición a la patria, al igual que los de miembros de cúpulas de organizaciones subversivas que fallezcan en prisión. El presidente Pedro Castillo promulgó la ley el sábado 18 de septiembre.

Guzmán resultó condenado a cadena perpetua por un tribunal de jueces no identificados, por temor a las represalias terroristas, en un juicio que más tarde se determinaría irrespetuoso de las garantías del debido proceso.

Ya en el siglo XXI, el camarada Gonzalo, así como su mujer, fueron juzgados nuevamente y condenados a cadena perpetua. A Guzmán se le responsabilizó de las masacres de Lucanamarca y de la calle Tarata, en Lima, en 1992. En el primer caso, miembros de Sendero Luminoso asesinaron a 69 campesinos en la sierra de Ayacucho en 1983; mientras que la capital hicieron estallar un coche bomba que causó 25 muertos y más de 200 heridos.

Precisamente la llegada de Castillo al poder ha reavivado el debate sobre Sendero Luminoso y la forma en la que la sociedad se aproxima o recuerda lo que fueron años nefastos en Perú.

Pese al rechazo de la clase política tradicional de Lima, Castillo logró la aprobación legislativa para que Gustavo Bellido, un abierto simpatizante del castrismo, sea su primer ministro, un jefe de gabinete en funciones desde la juramentación del maestro de izquierdas como jefe de Estado el 28 de julio pasado.

Antes de su designación, Bellido ya estaba envuelto en una fuerte polémica pública por sus opiniones personales sobre el grupo maoísta. De hecho, el nuevo primer ministro está siendo indagado por la Fiscalía peruana debido a una publicación que hizo en Facebook en 2017, en la que conmemoró la muerte de Edith Lagos, quien fue una de las cabecillas de Sendero Luminoso.

Ya en plena campaña para la elección de Castillo, en una entrevista con Inkavisión, en abril de este 2021, Bellido volvió a ratificar sus palabras señalando que todo peruano tiene derecho a expresarse. Edith Lagos fue detenida en 1980, pocos meses después de iniciarse la violencia armada senderista en la sierra peruana. Se le responsabilizó de diversos atentos en Ayacucho.

Por otro lado, el médico formado en Cuba Vladimir Cerrón, un factor de poder detrás del presidente Castillo, tampoco es ajeno al tema del terrorismo de hace décadas. Su padre, el profesor universitario de izquierda Jaime Cerrón, fue asesinado por grupos paramilitares en 1990, hecho que marcó la vida personal y políitica del hijo.

Recientemente, el sitio de investigación periodística Convoca Perú reveló que el padre de Cerrón habría tenido vínculos con Sendero Luminoso.

Si bien Castillo ha evitado referirse al tema del terrorismo de Sendero Luminoso para lograr la ratificación legislativa de Bellido, colocó a éste a dar una declaración pública, en su nombre, en la cual condenaba la violencia de cualquier signo ideológico.

Diversos analistas coincidieron en señalar que, de forma pragmática, Castillo se alineó con los otros poderes, legislativo y judicial, para dictar de forma express y de aplicación retroactiva la norma que permitió convertir en cenizas a Guzmán.

Un comunicado del Ministerio de Interior reportó este viernes 24 que apoyó las acciones del Ministerio de Justicia de dispersión de las cenizas “con tiempo y lugar de naturaleza reservada, como indica la ley”.

De esta forma, se extinguió el icono de la violencia terrorista sin que sus actuales seguidores —Sendero Luminoso confirmó su reactivación en 2020— puedan tener un lugar de veneración.

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4 comentarios

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Y que esparzan sus cenizas en una letrina; que es lo
mismo que hay que hacer con las cenizas de las heces de cagastro.

Profile picture for user Mr. Grinch

Que no agarren tanta lucha las autoridades peruanas. Inhumar a Guzmán bien lo pueden realizar en un lugar secreto, lo único que deben hacer antes, es mandar a realizar varias perforaciones al ataúd para que los gusanos salgan a vomitarlo.
Cremarlo, el muy hdlgp asesino podría causar un nuevo acto de terrorismo al hacer explotar el horno una vez que su cuerpo entre en combustión.

Profile picture for user Ana J. Faya

Que lo incineren y desaparezcan las cenizas. Así y todo, contra las creencias metafísicas, como el espiritismo, no hay quien pueda. Ya los ignorantes del mundo peruano encontrarán al fantasma de Abimael Guzmán hasta en el pisco que se disparan en sus casas.

Profile picture for user Ares I

Hay momentos en los que el estado debería velar por el bien común y este es uno de ellos. Igualito que Fujimori, cuando dio la orden de acción a los comandos que rescataron de los tupamaros a la familia del embajador de Japón con la coletilla "no quiero prisioneros", por causas parecidas, ahora aplica lo mismo. "no quiero sepultura" por lo mismo.
Que tengan lo que hay que tener.