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Brasil

El fantasma del impeachment se reactiva con fuerza contra Bolsonaro

El tema Covid-19 y la demanda de vacunación están presentes en el último escándalo que envuelve al presidente de Brasil.

Madrid
Protestas en Brasil a favor del impeachment de Jair Bolsonaro.
Protestas en Brasil a favor del impeachment de Jair Bolsonaro. AFP

Con más de 120 solicitudes de que sea enjuiciado políticamente y destituido de la Presidencia apelando a la figura constitucional de Brasil del impeachment, el actual presidente Jair Bolsonaro enfrenta ahora un nuevo escenario, ya que todas las demandas en su contra se han unido en una sola solicitud.

Las cifras en torno a este fantasma del impeachment dejan en claro la fragilidad de Bolsonaro. Se le acusan de 23 delitos diferentes, incluyendo uno último sobre un caso en el cual se habrían pagado muy por encima de su precio vacunas contra el Covid-19, un tema harto sensible en Brasil dado el errático manejo que ha tenido el presidente de esta pandemia.

Pese al tono exacerbado que tienen algunos discursos políticos y periodísticos, que incluso señalan que el Gobierno de Bolsonaro "se tambalea", no hay una mirada unánime sobre si son estos los días finales de la presidencia iniciada el 1 de enero de 2019 para un periodo de cuatro años, con posibilidad de reelección.

Lo que sí es notable, es que se han reactivado las protestas callejeras en diversas ciudades para rechazar al presidente.

Stephan Mothe, analista de mercado e investigador de relaciones internacionales con base en Río de Janeiro, comenta a DIARIO DE CUBA que la vida económica y cotidiana de Brasil, afectada seriamente por la pandemia, está más atenta a asuntos sobre cómo volver a la normalidad que a trazar proyecciones sobre el impacto que tendría un eventual juicio político contra Bolsonaro.

Para que la demanda de impeachment sea tramitada, según el marco legal de Brasil, debe tener el visto bueno del presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, quien hasta ahora ha sido aliado público de Bolsonaro. El presidente se anotó un tanto políticamente a inicios de este año cuando logró que Lira fuese nombrado al frente de la Cámara, ya que por esta posición este diputado puede impedir por sí solo que avance el juicio político.

Según Mothe, esta nueva etapa de la crisis política no debería generar inquietud en los mercados. "Por un lado, no hay certeza de que el proceso vaya a avanzar, de que el presidente de la Cámara de Diputados lo acepte; y, por el otro, desde que Bolsonaro asumió la presidencia el mercado mostró ser indiferente a lo que sucede en el mundo político", sintetiza el analista.

Debe recordarse, por otro lado, que en el caso de Brasil la vida económica ya está preparada para situaciones que incluyan la destitución de un presidente antes de que concluya su mandato. Fernando Collor de Melo fue destituido en 1992 y Dilma Rousseff en 2016, sentando precedentes de cómo el impeachment fue llevado hasta sus últimas consecuencias.

A juicio de Mothe, en este momento el impeachment no es la principal preocupación de cómo se verá afectada la economía de Brasil, que figura entre las principales del mundo. "Hay más interés en el tema de cómo avanza la vacunación y la presencia de otras cepas del Covid-19 en Brasil", precisa.

Además, tras la paralización que ha implicado la pandemia, Mothe asegura que la previsión de un crecimiento de 4,8% en el Producto Interno Bruto, "que es un incremento significativo", es improbable que incluso si se activa el impeachment esto haga retroceder la recuperación económica, que está asociada no a la dinámica política sino al avance de la vacunación y el retorno de actividades económicas, principalmente en el campo de los servicios.

Justamente el tema Covid-19 y la demanda de vacunación están presentes en el último escándalo que envuelve a Bolsonaro, dentro de ese paquete de pedidos de destitución.

Por un lado está la denuncia por el caso de sobreprecio para la importación de 20 millones de dosis de la vacuna Covaxin de la farmacéutica india Bharat Biotech. El convenio, que fue suspendido en medio de un escándalo este 29 de junio, estipulaba la adquisición de estas dosis a un precio de 320 millones de dólares, lo que supondría un incremento de hasta el 1.000% del precio real.

En este caso, Ricardo Miranda, jefe de importaciones del Ministerio de Salud, aseguró a principios de año ante una comisión parlamentaria de investigación que había tenido "presiones atípicas" para autorizar y acelerar la compra de las dosis. Esto incluyó realizar un pago a una empresa registrada en Singapur pese a que esta no figuraba en el contrato.

Pero el meollo del asunto, que apunta directamente a Bolsonaro, es el hecho de que el hermano de Ricardo Miranda, el diputado oficialista Luis Miranda, afirmó que días después de la firma del contrato le comunicó directamente al presidente estas irregularidades.

Ante los señalamientos, Bolsonaro ha reaccionado asegurando que "no tengo cómo saber lo que sucede en los ministerios".

A este escándalo se ha sumado otro que llevó al despido del director de logística del Ministerio de Salud, Roberto Ferreira Dias. La salida del funcionario se produjo luego de que este 29 de junio el influyente diario Folha de Sao Paulo informara que Dias había presuntamente pedido a un proveedor de vacunas que aumentara los precios de cada dosis en un dólar, para un pedido de 400 millones de dosis de la farmacéutica AstraZeneca.

Todo el polémico manejo que ha hecho Bolsonaro de la pandemia ha tenido un efecto en su valoración pública. Un sondeo reciente del Instituto IPEC indica que el mandatario tiene una intención de voto de 23%, cuando en 2018 fue elegido con 55% de los votos.

La base de apoyo que fue la clase media urbana ahora rechaza el manejo la pandemia, que ha sido errático, siendo Brasil uno de los países más afectados de todo el mundo. En el país se han registrado 515.000 muertes y más de 18 millones de contagios.

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1 comentario

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El Trump loco de Latinoamérica. Por eso es que el pueblo siempre termina eligiendo a los arrastrados socialistas comunistas. No hay de otra. Tantos abusos al estilo Trump, se creen que las enfermedades van a desaparecer o algo mágico va a pasar. Esperen al ladrón de Lula como presidente una vez más. A robar se ha dicho.