La crisis sanitaria, hasta ahora imparable en Brasil, sigue golpeando políticamente al Gobierno de Jair Bolsonaro, quien en cuestión de horas perdió a dos estratégicos ministros, Exteriores y Defensa, en medio de críticas hacia la gestión gubernamental del Covid-19 por parte de la ciudadanía y ahora también por factores de poder en Brasilia.
Al final del día, este lunes 29 de marzo, Bolsonaro hizo una jugada política para minimizar públicamente la crisis al hacer varios enroques y cambios ministeriales. Sin embargo, el presidente ha perdido a uno de sus "halcones", el canciller Ernesto Araújo, una suerte de ideólogo de las posiciones extremas de Bolsonaro.
La cabeza de Araújo, según reseñan diversos medios de prensa en Brasil, fue pedida por los aliados de Bolsonaro en el Congreso, en donde no goza de mayoría propia. Los factores de poder en Brasilia han pasado a cuestionar la política sanitaria del Gobierno, cuando el impacto de la pandemia de Covid-19 luce imparable. Brasil es en este momento el epicentro mundial del coronavirus.
Al ahora excanciller le achacan los legisladores su posición ideologizada, que le impidió firmar acuerdos amplios para producir en suelo brasileño y de forma masiva la vacuna Sinovac de China. Bolsonaro mantuvo meses atrás un discurso en contra de las inmunizaciones chinas, incluso enfrentándose al gobernador de San Pablo, Joao Doria, quien si implementó un plan de vacunación estadual en alianza con firmas chinas.
Tras las renuncias de Araújo y del general Fernando Azevedo, quien era ministro de Defensa, Bolsonaro trató de minimizar la crisis y los voceros de Planalto, el palacio de Gobierno, señalaron que se trataba de un reajuste decidido por el propio presidente. Bolsonaro hizo movimientos en seis ministerios de menor peso, según analistas, para cumplir con cuotas de las Fuerzas Armadas y de partidos aliados.
Azevedo, en tanto, fue obligado a dimitir por el presidente, quien reaccionó tras unas declaraciones de un subordinado a la prensa sobre los beneficios en el Ejército del aislamiento social, la mascarilla y tras pronosticar una tercera ola. Bolsonaro se mantiene negado a las recomendaciones de la OMS, para prevenir el Covid-19, y al mismo tiempo se manifiesta escéptico sobre la vacunación contra el coronavirus.
El general Walter Souza Braga Netto, quien diversas publicaciones de análisis castrense catalogan de "presidente operativo" de Brasil, pasa a ser ahora el nuevo ministro de Defensa. Fue el primer uniformado activo, desde los tiempos de la dictadura militar (1964-1985), en ocupar el cargo de jefe de Gabinete de la Presidencia, cargo para el cual lo designó Bolsonaro en febrero del año pasado.
Para la Cancillería, tras la derrota que significó para el mandatario la salida de Araújo, se designó como responsable de la política exterior a Carlos Alberto Franco França, quien venía siendo jefe de ceremonial en la Presidencia. De acuerdo con otros diplomáticos con rango de embajadores, consultados por el influyente Folha de Sao Paulo, el nuevo canciller tiene poco brillo y no ha tenido una carrera destacada.
Tal como ocurrió con la reciente designación del ministro de Salud, Marcelo Queiroga, el nuevo canciller brasileño tiene relaciones con el entorno familiar de Bolsonaro en Brasilia.
La crisis política, que tiene como trasfondo la ausencia de una estrategia sanitaria realista ante el avance de la pandemia, coloca una sombra de incertidumbre e inestabilidad en la Administración Bolsonaro.
Según el instituto Datafolha, el 54% de los brasileños desaprueban la gestión del mandatario en la crisis sanitaria, en este mes de marzo, porcentaje que implica una subida en relación al 48% de desaprobación de un sondeo similar de enero pasado.
En las últimas dos semanas, lastimosamente, Brasil viene estableciendo nuevos récords propios en materia de mortalidad por el Covid-19. De acuerdo con el Consejo Nacional de Secretarios de Salud (un órgano federal), este 29 de marzo la cifra de fallecidos en el gigante sudamericano ascendió a 2.634, una cifra inédita para un día.
Casi 314.000 muertes han tenido lugar en Brasil, mientras que han sido contagiadas 12,5 millones de personas.
Por otro lado, Brasil recibió con esperanzas el anuncio de que el país podrá contar con una vacuna contra el Covid "100% brasileña", bautizada como ButanVac. Sin embargo, en el mejor de los casos la aplicación masiva de esta inmunización comenzaría en julio.
El éxito de este proyecto, por otro lado, representaría una afrenta para Bolsonaro, ya que el gran promotor del proyecto es su adversario político, el gobernador Doria, quien ha aseverado que en diciembre se dispondrán de 100 millones de dosis.