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Política

En México el Día de la Mujer envuelve una lucha simbólica

De 'muro de la paz' a 'muro de la memoria': los movimientos feministas transforman el blindaje alrededor del Palacio de Gobierno ordenado por López Obrador.

Madrid
'Víctimas de Feminicidio', el muro frente al Palacio Nacional en Ciudad de México.
'Víctimas de Feminicidio', el muro frente al Palacio Nacional en Ciudad de México. D. AGUILAR/TWITTER

Hace 15 años, el entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador llamó a que un millón de personas se hicieran presentes en una protesta que concluyó en el emblemático Zócalo de la capital mexicana. Incluso seguidores del ahora presidente, en aquel 2006, desplegaron sus tiendas de campaña y permanecieron largamente en esta plaza central, frente al Palacio Nacional, para denunciar un fraude electoral.

Ahora en el poder, el hoy presidente AMLO (como es conocido por su acrónimo), cercó las inmediaciones del palacio de Gobierno de México cerrando el paso peatonal para evitar que las manifestaciones de las organizaciones de mujeres este 8 de marzo pudieran copar el Zócalo, cosa que habitualmente hizo él cuando era líder opositor.

Como lo reseñó DIARIO DE CUBA, el mandatario aseveró el sábado 6 que no fue por miedo que se colocó una valla metálica alrededor de Palacio Nacional en la capital de México, sino para prevenir enfrentamientos entre las manifestantes, en el marco del Día Internacional de la Mujer, y las fuerzas de seguridad.

Voceros del Gobierno de AMLO insistieron en llamar a esta inédita fortificación como "muro de la paz". Las activistas del movimiento de mujeres en México "madrugaron" al Gobierno de AMLO y durante la madrugada del domingo 7, de forma pacífica, escribieron nombres de mujeres víctimas de la violencia, lemas exigiendo justicia, colocaron fotografías y flores.

Como muestra de descontento, ya que denunciaron que se les impedía el derecho a la movilización pacífica, las organizaciones transformaron el "muro de la paz" de AMLO en lo que han pasado a llamar el "muro de la memoria".

La lucha simbólica le ha quedado a AMLO como una suerte de papa caliente. Analistas creen que levantar el cerco, ahora que está repleto de nombres, fechas y símbolos para recordar a las víctimas de los feminicidios, tendrá otro costo político elevado para el presidente, quien ha asomado la tesis de que "la derecha" infiltró al feminismo mexicano.

"Estamos hartas", sentenciaron más de 2.000 firmantes de una carta pública a AMLO, que posicionaron en Twitter el #SomosUnaVoz, quienes critican la colocación de vallas metálicas alrededor de Palacio Nacional, pero que no se proteja a mujeres del feminicidio y la violencia de género en México.

El reconocido periodista Joaquín López-Dóriga se preguntó "y ahora cómo lo quita el Gobierno".

"El Zócalo ha sido testigo de innumerables protestas que han quedado en la historia y el propio presidente López Obrador lo sabe, ya que él encabezó muchísimas durante sus más de 12 años en los que insistió en llegar al poder", dijo  a DIARIO DE CUBA la analista política Laura Garza.

"Las vallas metálicas de aproximadamente tres metros simbolizan el desinterés y el rechazo del presidente a la mujer mexicana y sobre todo su dejadez ante las atroces cifras que desnudan la violencia de género en nuestro país", recalcó Garza desde Ciudad de México.

La violencia en México parece desatada, incluso como lo admiten organismos oficiales. Solo en los primeros seis meses de 2020 fueron asesinadas 1.844 mujeres en México, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Ese semestre, desde que se llevan cifras oficiales en la materia a partir de 1990, ha sido el más violento en los últimos 30 años.

En enero de este 2021, en tanto, se registraron 67 feminicidios, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). 

Además de la polémica valla de protección del palacio de Gobierno, sobre AMLO llueven las críticas por su respaldo a Félix Salgado Macedonio, aspirante a gobernador en el estado de Guerrero y presentado por el partido Morena, controlado por el presidente, y quien ha sido denunciado por violación.

El escándalo de Salgado Macedonio ha sido un controvertido telón de fondo para AMLO en el inicio de la campaña para las elecciones federales y legislativas del 6 de junio. Estas elecciones de medio término, en las cuales no estará en juego la Presidencia de México, serán un termómetro sobre la gestión de López Obrador. 

Una encuesta de SIMO Consulting, hecha a solicitud del diario El País, señala que el 68% de los mexicanos opina que la violencia de género ha crecido mucho en el último año, mientras que un 62% considera que el comportamiento del presidente frente a los movimientos feministas ha sido inadecuado.

Sin embargo, tras asumir la presidencia el 1 de diciembre de 2018, López Obrador conserva una aceptación popular bastante alta: alcanza el 65%, de acuerdo con este sondeo.

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1 comentario

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A AMLO le están dando cucharadas de su propia medicina para que, como dicen en México, sepa lo que es amar a Dios en tierra de indios. Su gestión como presidente ha resultado un fiasco espectacular: no ha arreglado la corrupción (en realidad ha aumentado, y mucho), ni la policía, ni el ejército, ni los narcos, ni la economía, ni la inseguridad, ni los asesinatos de mujeres, ni la pobreza, ni la educación, ni la salud pública... Si se hubiera propuesto serlo, no hubiera podido ser más inútil. Un populista de manual, un fracasado.