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China

El caso Jimmy Lai: así destruye China un símbolo de la causa democrática en Hong Kong

Todo parece indicar que el magnate textil, comprometido con la defensa de la democracia en Hong Kong, será la primera víctima de la nueva Ley de Seguridad Nacional.

Caracas
Arresto del magnate chino Jimmy Lai, en Hong Kong, bajo la nueva Ley de Seguridad.
Arresto del magnate chino Jimmy Lai, en Hong Kong, bajo la nueva Ley de Seguridad. EFE

El nombre de Jimmy Lai es desconocido para muchos. El magnate textil, el hombre que se hizo a sí mismo y que una vez alcanzó una inmensa fortuna, se comprometió con defender la democracia en Hong Kong a través de los medios de comunicación, y debería pasar a ser una figura familiar para quien defienda la causa democrática en cualquier país, también en Venezuela o en Cuba.

Aprovechando la pandemia del coronavirus, con Estados Unidos y Europa ocupados en sus agendas sanitarias internas, China aprobó el 30 de junio pasado una controvertida ley de seguridad sobre el territorio de Hong Kong, que siendo parte del gigante asiático ha mantenido un sistema distinto desde hace algo más de dos décadas. Tras ese paso, el modelo "un país, dos sistemas", como fue bautizado a fines de los 1990, podría llegar a su fin.

La aprobación de la Ley de Seguridad Nacional, pese a la advertencia de Occidente de que no lo hiciera, le da amplias facultades a China para, bajo una lógica de represión, terminar de acallar al movimiento prodemocracia de Hong Kong, que ha estado en las calles en los últimos años precisamente advirtiendo de las intenciones de Pekín.

La ley tiene como objetivo criminalizar la secesión, subversión y colusión con fuerzas extranjeras, pero también restringe el derecho a las protestas y la libertad de expresión.

El corresponsal de la BBC en China, Stephen McDonell, dijo el 1 de julio que la normativa es "un temido instrumento de libre interpretación para reprimir disturbios políticos". Este lunes 10 de agosto quedó en evidencia que sus temores eran fundados.

Un nuevo cuerpo policial generado por esta ley detuvo a Jimmy Lai, fundador de Apple Daily, el principal periódico prodemocracia del territorio autónomo. A Lai rápidamente se le acusó de fraude, así como de "conspiración con fuerzas extranjeras" y "expresión de palabras sediciosas", dos tipificaciones que están dentro de la nueva Ley de Seguridad Nacional.

Para muchos analistas de la dinámica prodemocracia china, Lai es una suerte de "materia gris" detrás de la ola de protestas de los últimos años, encabezadas por jóvenes de manera pacífica.

Las imágenes de los jóvenes hongkoneses han dado la vuelta al mundo en varias oportunidades dado que lograron mantenerse activos, dignos y pacíficos en largas y multitudinarias jornadas de protesta.

La demanda de este tiempo ha sido pedir un rol activo de la comunidad internacional para evitar el control y la represión de China sobre el territorio hongkonés.

La crisis global de Covid-19 ha permitido a Pekín avanzar en su propósito de poner fin a las libertades en Hong Kong. Detener a Lai, someter a su familia y equipo de trabajo con un inusitado despliegue policial, forma parte de ese plan y tiene un claro propósito: destruir a un símbolo. El magnate lo ha sido en muchos sentidos.

De forma simultánea, mientras era detenido en su casa, más de 100 efectivos tomaban la sede de Next Digital, empresa de Lai y propietaria de Apple Daily. Imágenes compartidas en redes sociales mostraron cómo los agentes ordenaban a los periodistas que se colocaran en fila para revisar uno a uno sus pertenencias. Al menos otras seis personas fueron puestas bajo custodia policial, entre las que se cuentan los dos hijos de Lai. También han sido detenidos altos cargos de Apple Daily, como Cheung Kim-hung, director general, y Chow Tat-kuen, director financiero.

Con este operativo Pekín dejó claro que no tiene límites tampoco en su avance sobre Hong Kong.

"La operación sigue en marcha y no descartamos más arrestos", adelantaron los uniformados. Destruir a Lai será la segunda victoria para China. La primera ha sido imponer la Ley de Seguridad Nacional pese al rechazo de los hongkoneses y de la comunidad internacional.

Lai no figura entre los más ricos de Hong Kong, pero tiene una fortuna superior a los 1.000 millones de dólares. Su vida representa la historia de un hombre que se hizo a sí mismo.

Nació hace 71 años en la ciudad china de Cantón. Para huir de la pobreza extrema generada por el sistema comunista en el país, fue llevado clandestinamente en un bote precario a Hong Kong cuando tenía 12 años. Tras hacer actividades diversas para sostenerse, a los 25 años ingresó como obrero a la industria textil. En 1975 estableció su primera factoría, que creció en la medida en que logró colocar sweaters para los principales comercializadores de Estados Unidos de forma masiva.

Tras la masacre de la plaza de Tiananmen, en 1989, Lai comprendió que debía ser más activo en la vida pública para defender la democracia que disfrutaba Hong Kong. Así comenzó la historia del magnate que destina parte de su fortuna a promover medios de comunicación, con el claro objetivo de hacerle frente al régimen chino.

La detención que sufrió este 10 de agosto, aunque pocas horas después haya sido liberado, abre paso a su enjuiciamiento, que será el estreno de la nueva ley de seguridad. Con este caso, China apuesta por destruir a Lai, quien representa al Hong Kong de libre empresa y libertad de expresión.

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